El presidente electo de Venezuela, Nicolás Maduro, asume este viernes 19 de abril el cargo en sustitución del fallecido líder Hugo Chávez, aplacada la grave crisis política que desató el rechazo de la oposición a su ajustada victoria electoral.
Maduro, que ganó por 1,8 puntos porcentuales al opositor Henrique Capriles las elecciones del pasado domingo, tomará posesión ante la Asamblea Nacional para gobernar por seis años, en un acto previsto para las 11H00 locales (15H30 GMT), con asistencia de una veintena de dignatarios.
Maduro, un ex conductor de autobús y ex sindicalista que llegó a ser ministro de Asuntos Exteriores y vicepresidente, fue nombrado por Chávez como su heredero político pocos meses antes de morir de cáncer el 5 de marzo.
El presidente electo, de 50 años, llegó en la madrugada a Caracas desde Lima, donde poco antes recibió un espaldarazo en la cumbre de presidentes de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), convocada de urgencia para analizar la situación de Venezuela.
"Gran éxito en la reunión de Unasur en Lima. Apoyo total al Pueblo y a la Democracia venezolana. Gracias Suramérica! Los espero en Caracas!", escribió en otro mensaje de Twitter el delfín de Chávez.
La Unasur saludó la elección de Maduro e instó a los participantes en los comicios "a respetar los resultados oficiales" y canalizar todo reclamo o cuestionamiento "dentro del ordenamiento jurídico vigente y la voluntad democrática de las partes", según una declaración consensuada por los mandatarios.
Pese a los cuestionamientos de la oposición, toda Latinoamérica, excepto Paraguay, avaló la victoria de Maduro, a cuya investidura asistirán tres de sus socios del Mercosur, los presidentes Dilma Rousseff (Brasil), Cristina Kirchner (Argentina) y José Mujica (Uruguay), quienes viajaron de Lima a Caracas.
Sin reconocer el resultado de la elección, Estados Unidos apoya un recuento de votos, pero el jueves abogó por que no se "cierren las puertas" entre ambos países, con una deteriorada relación diplomática. A la investidura, en cambio, asistirá el presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad.
Mientras Maduro buscaba en Lima el apoyo de Unasur, en Caracas el órgano electoral anunciaba casi a la medianoche su decisión de ampliar la auditoría de las urnas del 54% -hecho el día de la elección- al 100% con base en muestras, a fin de evitar brotes de violencia, como los que esta semana dejaron ocho muertos.
Nicolás Maduro, presidente electo del país, se prepara para su investidura este viernes 19 de abril tras la crisis política por el rechazo opositor a su ajustada victoria electoral.
Autoproclamado "el hijo" y "apóstol" del hombre fuerte que gobernó Venezuela durante 14 años, Maduro afrontará el reto de llenar el vacío que dejó el líder, cuya revolución socialista partió políticamente en dos al país, ya de por sí dividido entre ricos y pobres.
"Voy a ser el primer presidente chavista de la historia", afirmó la víspera antes de partir a Perú el mandatario electo, quien está casado con Cilia Flores, un peso pesado del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
Sin el carisma de Chávez y ante una oposición fortalecida -en su mejor momento de los últimos 14 años-, Maduro deberá encarar el desafío de enderezar la economía, dependiente de la renta petrolera y las importaciones, afectada por la inflación, la escasez y la falta de divisas.
Maduro promete continuar el legado de su mentor en favor de los más pobres -casi un 30% de los 29 millones de venezolanos- y mantener los populares programas sociales de Chávez costeados con los ingresos del petróleo de este país con las mayores reservas del mundo.
Otra de sus prioridades será atacar la criminalidad, que hizo de Venezuela en el país sudamericano con el récord de homicidios -54 por cada 100.000 habitantes-.
Pero además enfrentará el reto de asegurar la lealtad de las Fuerzas Armadas, claves para la estabilidad del poder y donde tendrá que lidiar con divisiones políticas e ideológicas.
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