miércoles, octubre 24, 2007

CAE CONFIANZA EN ORTEGA



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El 63 por ciento de la población cree que el Gobierno no lleva al país por un buen camino

Costo de la vida y falta de trabajo abruman a nicaragüenses; sentimiento de bienestar cayó 25 puntos

Xiomara Chamorro

politica@laprensa.com.ni
Mayoría teme comentar sobre política

Un 50 por ciento de la población nicaragüense no cree que pueda hacer comentarios políticos sin consecuencias, refleja la encuesta de Cid-Gallup.

En la encuesta se incluyó la pregunta: ¿Pueden sentirse los ciudadanos de nuestro país seguros y respetados, haciendo comentarios políticos en lugares públicos? Solamente un 46 por ciento, mayoritariamente sandinista, se siente seguro de hablar sin temor.

En febrero del 2007, un 31 por ciento tenía mucha confianza de expresar comentarios políticos, no obstante, ahora se reduce a un 20 por ciento, pero la desconfianza se incrementa de 19 a 26 por ciento.

No a las reformas

Un rotundo no a las reformas constitucionales propuestas por el PLC y el FSLN, dieron el 44 por ciento de los consultados por Cid-Gallup, frente a un 20 por ciento de ciudadanos que las apoyan. Un 36 por ciento se mostró confundido o sin mayor información al respecto.

Un 63 por ciento de la población nicaragüense, abrumada por el alto costo de la vida y la falta de trabajo, cree que el presidente Daniel Ortega lleva al país por un rumbo equivocado, según la última encuesta de Cid-Gallup realizada entre el 5 y el 11 de octubre de este año.

Según la encuesta, que tiene un margen de error de 2.8 por ciento, el declive en la confianza popular fue de 46 puntos en relación al minoritario 17 por ciento que en febrero pasado ya creía que Ortega no llevaría al país por buen camino.

Pero el que la nación esté mal dirigida no es únicamente una percepción propia de los opositores al Gobierno, ya que incluso un 38 por ciento de los consultados que se identifican con el Frente Sandinista, también coinciden con esta opinión.

Según la encuesta realizada a nivel nacional entre 1,252 personas, la falta de empleos, señalada por un 39 por ciento de la población; la corrupción gubernamental (18 por ciento) y el alto costo de la vida (14 por ciento), son los principales problemas que aquejan al país de acuerdo a la percepción ciudadana.

“La corrupción en el Gobierno, que alcanzó su punto más alto durante el último año del Gobierno de Enrique Bolaños (con un 22 por ciento), cayó cuando el presidente Ortega asumió la Presidencia, y parece estar regresando al mismo nivel que tenía durante el año 2006”, indica la encuestadora.

La proporción de familias que dicen que su situación económica ha empeorado, se incrementó a lo largo de este año, reporta la Cid-Gallup, que señala que el índice de bienestar ha caído 25 puntos entre febrero y octubre de este año.

Esta situación lastima el optimismo de estas familias cuyas expectativas para el próximo año bajaron de 41 por ciento en febrero hasta 5 puntos al momento de realizarse esta encuesta.

El incremento en el costo de la vida es resentido por el 77.8 por ciento de los consultados en la encuesta, incluso por un 71.8 por ciento de los simpatizantes del partido de Gobierno

ESTABLE EN UN NEGATIVO DIEZ

Aunque el presidente Ortega ha logrado frenar su dramático declive en la opinión pública sobre su administración, no ha logrado superar el negativo diez por ciento que mantiene desde junio pasado, cuando cayó desde un sorprendente 54 por ciento de aceptación obtenido en febrero de este año.

Los resultados del estudio indican que un 38 por ciento de los ciudadanos consultados a nivel nacional califica entre pobre y muy pobre la gestión del mandatario, en contraste con un 28 por ciento que la califica entre buena y muy buena.

De acuerdo a la encuesta, el deterioro en la opinión ciudadana sobre la gestión de Ortega es más acentuado en las cabeceras departamentales del país donde se llega a un negativo 13 por ciento.

“El presidente Ortega entró a la Presidencia rogando a los votantes nicaragüenses que le dieran una oportunidad de gobernar en tiempos de paz mientras la canción de John Lennon Give Peace a Chance tocaba en el fondo, pero parece que se han cansado de él de una manera muy rápida y ya son más los propensos a percibir que está haciendo un muy pobre trabajo como Presidente de la República”, comenta el estudio de la Cid-Gallup.

EL PEOR CALIFICADO EN EL MENOR TIEMPO

La Cid-Gallup realizó un análisis comparativo entre la calificación de los presidentes durante los últimos 17 años, y el presidente Ortega ha logrado devaluar su posición ante la opinión pública en menor tiempo que el resto de mandatarios.

Después de un período similar al frente del Gobierno, la ex presidenta Violeta de Chamorro llegó en noviembre de 1990 a un negativo 7 por ciento en la opinión ciudadana.

Posteriormente, Arnoldo Alemán logró dividir la opinión salvándose de un saldo negativo ya que consiguió idéntico porcentaje entre quienes lo aprobaron y los que lo desaprobaron.

El ex presidente Enrique Bolaños ha marcado un récord cuando para noviembre del 2002 tenía un 26 por ciento de calificaciones positivas para su gestión gubernamental.

MANEJO DE LA ECONOMÍA Y CREACIÓN DE EMPLEOS

El manejo de la economía nacional en la administración del presidente Ortega es visto en forma negativa por una mayoría, frente a un minoritario 15 por ciento que considera que el mandatario está haciendo muy buen trabajo en ese rubro.

También en lo que respecta a nuevas oportunidades de trabajo desde que Ortega asumió el poder es respondido positivamente por un 12 por ciento, mientras el 44 por ciento de los consultados considera que hay menos oportunidades, y un 42 por ciento siente que todo está igual. Son los sandinistas los más propensos a decir que hay más oportunidades de trabajo.


DIVIDE Y VENCERÁS

La administración de Ortega se sostiene en precarios hechos, pero decisivos para darse un margen que le permite gobernar, aún en saldos rojos.

De acuerdo a Luis Haug, gerente de Cid-Gallup, una de esas premisas es “divide y vencerás, siempre y cuando yo no me divida”, lo que explicaría el peso que tiene en la opinión ciudadana el punto de vista de un monolítico sandinismo.

Para Haug, si bien los sandinistas (reflejado en la muestra usada por la encuestadora) solamente representan un tercio de la población, su peso en la opinión ciudadana se lo da el tercio de los indiferentes, a pesar del otro tercio correspondiente a la oposición como tal.

“El tercio indiferente vive el día a día”, dice Haug, lo que implicaría que mientras tanto el sandinismo se enfrenta en igualdad de fuerzas con la oposición, pero con las ventajas del poder.

Es decir, que la división no solamente le permitió a los sandinistas obtener el poder, sino que además le está permitiendo conservarlo.

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