La Hoguera de las Vanidades
Todo el mundo anda indignado por el fraude electoral. En el fondo no hay mucha duda que a pesar de la división innecesaria del voto opositor— magistralmente orquestada por Daniel y su colaboracionista Arnoldo Alemán—Daniel hubiera ganado. El problema estriba en el margen de ganancia. Un 63% del voto popular en circunstancias normales solo lo obtienen Nelson Mandela y Princess Diana. La única explicación que tiene el fraude es la vanidad de Daniel. Oscar Wilde decía que ganar no era suficiente; alguien tenía que perder para poder realmente gozar la victoria. Ese es el caso de Daniel y ese acto de fraude innecesario revela sutilmente y con una elegancia sublime su gran complejo de inferioridad.
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