Cuando el bus se detuvo a levantar a los pasajeros ella se dió cuenta de que su faldita era demasiado estrecha para permitirle dar el paso para subir.
Algo avergonzada le sonrió al conductor y llevó la mano hacia atrás y bajó un poco el zipper de la falda pensando que tal vez eso ayudaría...
Intentó subir, pero no pudo.
Sintiéndose todavía más avergonzada, bajó el zipper un poco más y volvió a intentar subir al bus, pero sin éxito.
Casi llorando de la vergüenza bajó del todo el zipper y de nuevo no pudo subir al bus.
Entonces un tipo alto que estaba detrás de ella en la fila la levantó por la cintura y la subió al micro.
Furiosa, ella se volvió hacia el buen samaritano y le gritó:
- Cómo se atreve a tocarme? ¡Yo a usted no lo conozco!
El hombre con una amplia sonrisa, dijo suavemente:
- Bueno, señora, yo normalmente no hago esas cosas, pero después de que usted me bajó 3 veces el zipper de la brageta, pensé que ya éramos amigos.
Raynaud
domingo, noviembre 27, 2011
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