Espiritualmente hablando, todos estamos a medio cocer; pero Dios, en su misericordia, usa nuestra fe para romper barreras. Él se glorifica en usar vasos frágiles para desplegar su poder y misericordia. Recuerda: No tienes que ser un gigante espiritual. Podrás ser una persona con luchas y ataduras emocionales, con inconsistencias, y estar muy en proceso, pero Dios puede usar tu fe para romper las barreras. La bendición de Dios es para todo aquel que cree (Romanos 1:16), no necesariamente para todo aquel que es perfecto. ¡Siempre recuerda esto!
Moisés Absalón Pastora.
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