domingo, febrero 12, 2012

¿LAGRIMAS EN EL CIELO?

APOCALIPSIS 21:4 “El enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor.”

En 1991, el afamado guitarrista británico Eric Clapton quedó devastado por el dolor cuando su hijo de cuatro años, Connor, murió como resultado de una caída de la ventana de un apartamento.

Buscando un escape para su dolor, Clapton escribió su tal vez más conmovedora balada: Tears in Heaven (Lagrimas en el Cielo). Parece que cada nota tiene un sentido enorme de dolor y pérdida que sólo lo puede entender un padre o una madre que haya perdido a un hijo.

Sin embargo, años mas tarde, Clapton dijo sorprendentemente en una entrevista por televisión: -"En un sentido, ni siquiera era una canción triste. Era una canción de fe. Cuando [dice que] no habrá mas lágrimas en el cielo, creo que es una canción de optimismo, de reencuentro".-

La idea de un reencuentro celestial es efectivamente poderosa. Para todos aquellos que hayan confiado en Jesucristo para su salvación, existe la esperanza de que nos reencontraremos por siempre en un lugar donde "El enjugará toda lagrima de [nuestros] ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá mas duelo, ni clamor, ni dolor"(Apocalipsis 21:4).

Y, más que nada, es un lugar donde "veremos Su rostro" y estaremos con Cristo mismo para siempre. En nuestros momentos de pérdida y dolor, de lágrimas y sufrimiento, ¿no es consolador saber que Cristo ha comprado para nosotros un hogar celestial donde ya no habrá mas lagrimas?

Para gozar de esta gran bendición, debemos recordar que Dios ya sabe cuánto tiempo vivirá cada persona. Con esto en mente, ¿cómo podemos prepararnos mejor para lo que vendrá después?
Lo primero, es recibir a Jesús como Salvador por fe. Luego, debemos tener una vida rendida a Él, y esforzarnos por andar conforme a Su voluntad. Además, es esencial que los creyentes conozcan y comprendan al Señor y luchen contra la tendencia de ver este mundo corrupto como su “hogar”.
Es un hecho ineludible que la vida en la tierra es temporal. Sería una insensatez no prepararse para algo inevitable.
Cuando Dios enjuga nuestras lagrimas, el dolor dará lugar a un canto eterno. Amén.

ORACIÓN: Gracias Señor, por la esperanza que has puesto en mi corazón y por las muestras de tu amor. Por Cristo Jesús, amén.

Moisés Absalón Pastora

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