El cáncer de Hugo Chavez mantiene en suspenso a los nicaragüenses.

El cáncer que padece el presidente Hugo Chávez Frías es una película de suspenso para los nicaragüenses.

Por cuarta vez ha viajado a Cuba el Sábado 17 de Septiembre a recibir su ya rutinario tratamiento de quimioterapia. Seguramente que este lunes 19 o el Martes 20 volará de regreso a Caracas. En este viaje coincidió con otro visitante del ALBA, el presidente de Bolivia Evo Morales Ayma. Ambos fueron recibidos por Raúl Castro Ruz, sucesor de su hermano Fidel, sin que por ello el izquierdismo reconozca la sucesión dinástica, como los reyes de la edad media.

La enfermedad de Hugo Chávez mantiene en vilo a los nicaragüenses que esperan uno de dos desenlaces: el Primero es que Chávez triunfe sobre el cáncer rápidamente con la quimioterapia de esta quincena, lo cual aliviará a todos los partidarios del ALBA que, además, reciben los beneficios de la generosidad política de Chávez, como láminas de zinc, bonos bolivarianos, etc., gracias a su manejo del mercado del petróleo venezolano. Pero si Chávez se cura rápidamente, impactará negativamente al otro sector del pueblo nicaragüense, que mantiene los dedos cruzados esperando un desenlace fatal. Y este es el segundo escenario: que el desenlace sea el triunfo del cáncer aniquilando la vida del presidente venezolano, lo cual no solamente provocará un colosal caos en Venezuela, sino en Nicaragua, Bolivia y Ecuador.

No obstante, una buena parte de los nicaragüenses que se inclinan al neo-liberalismo o la apodada «derecha», no tendrían inconveniente en festejar el fallecimiento del coronel Chávez Frías, y seguramente lo harán con gran regocijo, mientras el otro sector adicto al socialismo del siglo 21 se declarará en prolongado duelo con vigilias y todo, pero forzados a una huelga de hambre involuntaria.

Mientras se materializa uno de esos desenlaces, el tiempo va pasando, continúan los viajes a Cuba, siguen las quimioterapias, Chávez sigue vivo y la película de suspenso sigue proyectándose en la cartelera política de Nicaragua, no se sabe por cuántas semanas --o meses-- más.