Por Esteban Fernández Gómez
Ya desde hace mucho rato, Elián González es un pobre diablo amargado y adoctrinado. Mira que tuvimos que discutir, que acalorarnos y que pelearnos defendiendo a ese inocente niño. De contra, tuvimos que soportar que cuanto come catibía hay en el mundo nos dijera: “¡Oh no, el muchachito debe estar con su padre!”...
Y ahora me imagino que tendrán que reconocer su error, si es que les queda una gota de vergüenza. El niñito bueno, noble, inteligente, que hubiera tenido una magnífica educación en un país libre, que fuera un hombre de bien en la libertad, hoy lo han convertido en un ser adoctrinado, defensor de los genocidas hermanos Castro, que hasta le cuesta mucho trabajo esbozar una sonrisa.
Y si usted es cubano sabe perfectamente lo que representa “ser castro- comunista” allí. Eso quiere decir que tiene que chivatear, enviar al vecino y hasta a un familiar cercano a la cárcel, y convertirse en una “maquina infernal” al servicio del sistema imperante en Cuba.
Desde luego, eso de haber sido aceptado en la Juventud Comunista no quiere decir que Elián González nunca más podrá llegar al exilio. No, mis estimados lectores, porque todos estamos claros en reconocer que el destierro cubano se está llenando de hombres que no son "ni chicha ni limoná”. Es decir, que cuando Eliancito llegue aquí el día de mañana, ya no será el hombre correcto y decente que hubiera sido si se hubiera quedado en los Estados Unidos. No, de eso nada, lo que llegará es otro de los “hombres que no son ni de aquí, ni de allá” preconizados por el “Che” Guevara.
Usted los ve en todas partes del destierro, no son todos pero son muchos, gracias a ellos ya el exilio no es el mismo de antes. Usted los escucha en programas de televisión, diciendo cosas como: “¡Oh no, yo no vine aquí a trabajar”. Y dicen estupideces como: “¿Por qué yo voy a vivir en un humilde apartamentico en Hialeah cuando mi primo, que vino aquí en el año 62, tiene tremenda mansión?”
Y la cosa más repugnante es cuando nos sueltan: “Yo vine para acá, pero A MÍ EN CUBA NO ME FALTABA NADA, y vivía muy bien sin tener que pinchar”.
Lo tragicómico es cuando algunos tratan de hacernos creer que, porque nosotros vinimos antes, estamos en la OBLIGACIÓN de ayudarlos a no tener que trabajar. Yo no sé que quieren ¿qué les regalemos una tremenda residencia de dos pisos en Beverly Hills o quieren vivir al lado de Gloria Estefan en Florida? O, sin hablar ni una papa de Inglés, ni saber administrar un negocio, quieren que los nombren vicepresidentes de la Coca Cola. Y desde luego, que el trabajo en la fábrica de refrescos sea una “botella” porque NO QUIEREN TRABAJAR.
Y lo más importante de los que no son “ni una cosa ni la otra, ni fu ni fa”, es que no barren el piso con el castrismo, ni jamás tocan con limón al régimen asesino. No, de eso nada, son extremadamente parcos en su crítica. Critican mas a los del EXILIO HISTÓRICO que a Fidel y a Raúl, y mucho menos censuran a los cederistas, guardafronteras y milicianos. No vienen aquí a combatir al desgobierno cubano, sino a forrajear y a juntar unos pesos para volver de visita a la Isla. Y por lo tanto, esperen eso mismo del niñito por el que echamos rodilla en tierra para salvarlo.
Ahora bien, les confieso que nunca en mi vida he agredido a una dama ni con el pétalo de una rosa, pero cuando hace varios meses vi la foto de Elián recibiendo su carné de “joven comunista”, lo que sentí fueron unos deseos enormes de tener a JANET RENO delante de mí para darle una patada por el trasero que la mandara hasta la Luna ¡POR CANALLA! Aunque, desde luego, la suprema culpa fue de "Vil" Clinton como lo llama Roberto Luque Escalona.
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