El exdictador Muamar Gadafi recibió en Libia, en 2008, al presidente Daniel Ortega, quien también pretende instaurar una dictadura en Nicaragua, para lo cual, violando la Constitución, se postula como un ilegal candidato a la Presidencia. LA PRENSA/Cortesía Presidencia de la República
Tania Sirias, Gloria Picón
Diferentes personalidades del país han indicado que la muerte del exdictador libio Muamar Gadafi es una muestra de lo que le ocurre a quienes se perpetúan en el poder.
El diputado del PLC, Francisco Aguirre Sacasa, manifestó que ayer fue un gran día para los libios, porque además de “dictador” era un “terrorista” que terminó sin amigos. “Pero ojalá sepan aprovecharlo, porque nada ganaría Libia con remplazar a un dictador cruento por otro”.
Mientras tanto, el diputado de la Bancada Democrática Nicaragüense (BDN), Eduardo Montealegre, dijo que el júbilo que vivió Libia solo demuestra la ira del pueblo cuando un gobernante trata de prolongarse en el poder.
El candidato presidencial de la alianza PLI, Fabio Gadea, manifestó que “es un ejemplo para todos aquellos dictadores, pues estos se creen dueños de un país y quieren esclavizar al pueblo”.
Por su parte el comandante Henry Ruiz señaló que la muerte de Gadafi debe ser una lección para Ortega que pretende instaurar una dinastía en Nicaragua.
Aguirre Sacasa añadió que por el bien de Nicaragua le recomienda al presidente Daniel Ortega mucha prudencia al referirse a la muerte de Gadafi, porque de lo contrario puede repercutir negativamente en la imagen no solo del mandatario sino del país.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario