domingo, octubre 23, 2011

Los aliados de Gadafi

El presidente venezolano Hugo Chávez entrega a Gadafi una réplica de la espada del libertador Simón Bolívar durante una visita del líder libio a Venezuela el 28 de septiembre de 2009.

Chávez, un militar en retiro, es quizás el político latinoamericano que más tardíamente se vinculó con Gadafi.
ElHeraldo.hn

Venezuela 22.10.2011 - AFP - siempreSPAMFILTER@elheraldo.hn

El aliado político norafricano de la izquierda latinoamericana cayó. Tras el levantamiento del pueblo libio contra su líder, el coronel Muamar Gadafi fue el venezolano Hugo Chávez, quien llevó la voz cantante en la defensa del acosado dictador, quien mantuvo estrechos vínculos con la izquierda radical de América Latina desde su llegada al poder en 1969.

Tras la entrada de los rebeldes a Trípoli, Chávez fue el primero en reiterar su apoyo público a Gadafi, su amigo y con quien tejió una estrecha relación en la última década.

Este jueves, al conocer la noticia de su muerte, el exmilitar golpista lamentó el “asesinato” del exhombre fuerte libio, a quien dijo que recordará como un “mártir”.

“En Cuba (el presidente) Raúl Castro me decía ‘lo van a matar’. Lamentablemente se confirmó la muerte de Gadafi. Lo asesinaron, (es) un atropello más a la vida”, comentó Chávez a periodistas.

Pero Chávez, un militar en retiro, es quizás el político latinoamericano que más tardíamente se vinculó con Gadafi. “En los años 70 muchos líderes revolucionarios vinieron aquí (a Libia). Yo no pude porque estaba en el Ejército. Cuando el Libro Verde comenzó a llegar a Venezuela ya nosotros andábamos siguiendo el ejemplo de Gadafi”, dijo Chávez en un discurso en Trípoli en el 2009, cuando acudió a la celebración de los 40 años de la revolución libia. “Yo siempre les dije a muchos compañeros del Ejército: ‘Si Gadafi y aquellos jóvenes militares libres lo hicieron, ¿por qué nosotros no podremos hacerlo?’”, señaló en aquella ocasión Chávez.

APOYO A GUERRILLAS. El impacto de Gadafi en los movimientos insurgentes de América Latina estuvo asociado a la reivindicación de los países del Tercer Mundo, como alternativa de izquierda frente a la Unión Soviética, explica David Paravisini, quien fue diplomático venezolano en Libia.

“Gadafi surge en un momento de renovación. Se venía no solo de la derrota de los movimientos guerrilleros en América del Sur (la guerrilla de origen comunista en Venezuela y el Che Guevara en Bolivia) sino de un cuestionamiento mundial a los partidos comunistas, especialmente de Europa occidental, que eran poderosos pero no accedían al poder”, argumenta Paravisini.

“En ese contexto Gadafi comenzó a captar gente a la que llevaba a Libia para formarla ideológicamente. Pero el único apoyo sólido de Libia en la región fue al gobierno sandinista, tras el triunfo de la revolución en 1979”, refiere.

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, es el otro gobernante latinoamericano que respaldó a Gadafi de cara a la rebelión interna, las sanciones y la intervención de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

La revolución en Nicaragua provocó “la solidaridad de muchos gobiernos no solo del campo socialista, como Cuba, sino también de países árabes como Libia”, dice el general retirado Hugo Torres, actual diputado de la disidencia sandinista. Según Torres, Gadafi brindó más de 300 millones de dólares en cooperación a la revolución (1979-90). El exvicecanciller del primer gobierno sandinista Víctor Tinoco afirma, por su parte que fueron 100 millones de dólares en créditos, más intereses acumulados que finalmente fueron condonados en el 2010.

Cuando Violeta Chamorro ganó la presidencia de Nicaragua en 1990 fueron cortadas las relaciones diplomáticas con Libia, hasta que Ortega regresó al poder en el 2007 y las reanudó.

En Centroamérica, también la guerrilla salvadoreña Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) tuvo contactos y un cierto apoyo por parte de Gaddafi en los años 80. Sin embargo, el actual gobierno del presidente Mauricio Funes, apoyado por el FMLN, ha guardado silencio sobre la situación en Libia.

Juan Ramón Medrano, excomandante del FMLN, señala que en los 80 “hubo varios viajes y reuniones de la gente de la comandancia. Sé que hubo apoyos, alguna comunicación y lo más seguro algún dinero y algunas armas. Pero en términos generales fue muy débil la incidencia de Libia en movimientos revolucionarios de América Latina, los referentes fuertes fueron para unos la ex Unión Soviética y para otros Cuba y líderes como el Che Guevara y otros revolucionarios estrictamente latinoamericanos”, añade.

La otra relación cercana ocurrió con la Cuba de Fidel Castro, quien visitó Libia en marzo de 1977, septiembre de 1978 y mayo del 2001. Sin embargo, Gaddafi nunca ha estado en La Habana.

Libia fue, en todo caso, campo de entrenamiento para las guerrillas argentinas de Montoneros (peronista) y ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo, trotskista) y las colombianas FARC (comunista) y ELN (guevarista).

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