Resulta muy difícil que el presidente ecuatoriano realice sus sueños megalómanos, un punto en el que su personalidad y la de su protegido Assange convergen de forma clara
Carlos Malamud | 20/8/2012
La concesión de asilo diplomático al pirata informático Julian Assange lleva a preguntarse por qué el presidente Rafael Correa se lanzó a la quijotesca empresa de rescatarlo. Dos argumentos destacan sobre los demás. El primero alude a la voluntad de Correa de situarse como un referente del antiimperialismo en América Latina para, llegado el caso, suceder a Fidel Castro y Hugo Chávez.
El segundo se relaciona con las próximas elecciones presidenciales y la movilización de sus seguidores bajo las banderas nacionalistas y antiimperialistas. No en vano Correa enfrenta un creciente cuestionamiento por su izquierda. Si bien de momento quienes enarbolan un discurso progresista alternativo al oficial tienen escasas posibilidades de éxito, su mera presencia deslegitima la pretensión presidencial de encarnar el monopolio de la revolución y el progreso...NOTA COMPLETA
Publicado en Infolatam.
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