jueves, febrero 09, 2012

CUANDO UN AMIGO NOS TRAICIONA.

Muchas veces, o por lo menos una vez en nuestra vida, hemos experimentado el dolor de la traición. Y ésta nos llega de diferentes formas cuando menos nos lo esperamos. Y es justo en ese momento, cuando alguien nos traiciona, que nos sentimos aplastados nuestros sentimientos, y devaluada nuestra confianza y lealtad ya que estos dos valores: “La confianza y la Lealtad” son sentimientos elevados que todos tenemos derecho de dar y recibir en igual cantidad, de quienes llamamos: “Amigos”.


Pero cuando un amigo nos traiciona, cambia de manera total el valor de la amistad. Muchas veces ignoramos o pretendemos ignorar las circunstancias que una traición conlleva en sí misma, todo en una persona cambia, se alteran sus conductas, sus emociones y sentimientos.


Difícilmente encontramos a alguien que no haya pasado por esta experiencia tan dolorosa y traumática. Entonces nos quejamos, nos sorprendemos, porque es difícil comprender que las personas nos fallen, no podemos evitar que nos traicionen o traicionar porque como seres humanos somos falibles, egoístas y hasta desconsiderados.


Por naturaleza somos limitados y estamos expuestos a cometer errores, algunas veces, aunque difícil de acertar y también de aceptar, nos fallan porque también nosotros fallamos de alguna manera.

La traición en sí es dolorosa, y más aún, porque en la mayoría de los casos, nos llega de las personas que más amamos, ya sea un amigo, una amiga, el esposo o de las dos partes. No se piensa en la importancia y el valor de la amistad y dependiendo de la naturaleza de la traición, se perdona la ofensa o simplemente la olvidamos, pero ya nada es igual.


Cuando un amigo(a) nos traiciona dejamos de creer en él, o en ella, o en los dos. La traición es considerada un atentado alevoso y ventajoso a los principios, a la dignidad y a la confianza depositada en las personas que más amamos.


Se genera en los traicionados, una ira, una impotencia y una rabia muy grandes, muy difíciles de asimilar en los primeros momentos, puede producir deseos negativos de agresión y venganza hacia el traidor, aparte de traer consigo, un gran dolor y hasta la pérdida total de la autoestima, humillación, e impotencia que puede fácilmente arrastrarnos a la depresión.


Sabemos que hay un sólo ser en quien podemos confiar total y absolutamente nuestros secretos, nuestras penas sin temor a que sean divulgados, sólo hay alguien que no es limitado ni falible, que no se equivoca nunca y que nos ama infinitamente… DIOS, que nos ama sin egoísmos ni intereses.


Sin embargo, confiamos en los que tenemos a nuestro lado, a quienes vemos y amamos y son estos precisamente, los que nos traicionan, pero ¿Dios?… ¡Jamás!

¿Ustedes que opinan?


Moisés Absalón Pastora

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