LA VOZ DE NICARAGUA LIBRE El pueblo de Nicaragua tiene la última palabra. (Nicaragua Hoy) Por Jose Ramon Gutierrez Martinez

(Nicaragua Hoy)Por Jose Ramon Gutierrez Martinez
(Nicaragua Sin Fronteras)

Conversando con un amigo venezolano de visita en Costa Rica, tocamos a profundidad acerca de lo que piensa el pueblo bolivariano de las regalías del teniente coronel Hugo Chávez Frías con los países integrantes del ALBA, donde principalmente Cuba y Nicaragua salen de los mas beneficiados y apadrinados, por el grado de control y manejo de los CDR, en Cuba y los CPC en Nicaragua donde lo mas seguro y por flojeras y cobardías de una oposición vacilante y sin capacidad de organización, tendrán dictaduras para rato y mucho rato.

Según la teoría de mi amigo venezolano “hasta que nosotros, el pueblo de Venezuela, mandemos a Chávez a freír monos (y esto no está lejos) romperemos de una vez el cordón umbilical y estos países del ALBA se quedarán sin recursos para seguir el festín que se tienen, bajo el pretexto de implementar el desgastado socialismo del siglo XXI”.

Y siguió diciendo: “En Venezuela hoy tenemos mas desempleo, hambre y crisis energética. Jamás hemos visto una crisis igual en toda nuestra historia. Conociendo a mi pueblo, no perdonará el abuso y Chávez no durará otro periodo mas en el poder. A Chávez lo sacaremos del poder más temprano de lo que él se imagina y ustedes, los nicaragüenses y cubanos, tendrán la oportunidad también de mandar al carajo a sus respectivos dictadores”.

Respecto a Nicaragua

Muy interesante lo que dice mi amigo, pero yo creo que los nicaragüenses no tenemos que esperar hasta que reaccione el pueblo de Bolívar. El pueblo de Sandino debe recobrar su dignidad y democracia con o sin apoyo de la oposición que existe actualmente, débil y pactista, sin un rostro claro ni un líder decente. Lamentablemente y en honor a la verdad, no se puede confiar en nuestros políticos, porque con sus hechos ellos demuestran que siempre anteponen sus intereses económicos personales a los la Nación y la Patria. Por algo surgió Sandino, un hombre desconocido hasta entonces, combatiendo al interventor imperialista, porque nuestros políticos ya habían negociado el destino de Nicaragua.

No obstante y ante la pasividad cómplice de los políticos ante la “discrecionalidad” del gobierno con la cooperación venezolana la pregunta es: ¿Qué nos pasa a los nicaragüenses?

El Alba, ya sabemos que es un bonito cuento de cuatro mandatarios totalitarios metidos a socios para combinar dinero y poder político. Si no, ¿por qué en Nicaragua la familia presidencial y sus incondicionales se hacen millonarias inversiones sin origen trasparente, como la compra de todo tipo de propiedades? ¿Será con el fruto de sus salarios como funcionarios del Estado? En el gobierno de Ortega hay “líderes sindicales” oficialistas” que son dueños de lujosas propiedades y que viven como “oligarcas”, pero discursan como “proletarios” y uno que otro “petrocompañero”, que oferta el trabajo de sus empresas al Estado en claro y abierto tráfico de influencias. Esos son los que ven a Nicaragua “mejor que nunca” y auguran un siglo en el poder al desprestigiado cartel político del Presidente Ortega.

La inteligencia de los nicaragüenses

Los centenares de miles que votaron por el FSLN lo hicieron por una opción para solucionar los problemas del país. Pero, se preguntarán muchos sandinistas si con esa reafirmación del pacto y del danielismo, ¿se ha mejorado el ambiente de confianza política y jurídica, para que en este país aumenten las inversiones que van a generar los empleos que el pueblo necesita, y para que la comunidad internacional nos siga apoyando en el nivel que hasta ahora lo ha hecho?

El pacto, ahora, tiene un ingrediente de reuniones secretas y arreglos indecorosos, por esto hacemos un llamado porque nuestro mayor compromiso es con los pobres y los excluidos de siempre. Por eso es que vemos con indignación que la ambición desmedida de nuestros políticos y olviden la dignidad de Nicaragua y estén frustrando las posibilidades de que este país se levante de la postración en que se encuentra.

Pero el pueblo no es tonto y cada vez más se da cuenta que tras el lenguaje populista y seudo nacionalista de los caudillos, se esconden proyectos de poder personal, cada vez más revestidos de olores familiares y dinásticos que nos traen los peores recuerdos de las dinastías y dictaduras pasadas.