Personas que todavía no conocemos están haciendo el negocio del siglo llenando particularmente a Managua de rótulos de todo calibre y en cualquier parte. Ya no importa que pared, muro, verja o acera sea, si está libre, entonces a ocuparla sea dicho. Debo suponer, así me lo dice la lógica, que estos rótulos para que cumplan sus efectos publicitarios deben ser autorizados por la Alcaldía de Managua y si son tantos no hay duda que los empresarios que los hacen son rojo y negros.
A mis oídos han llegado versiones que tras estos rótulos está el empresario Rafael Ortega Murillo, hijo del matrimonio presidencial, lo cual no tendría nada de malo, a no ser por la exagerada publicidad alrededor de su padre, desde la cual se dibuja una megalomanía y narcisismo que sigue los pasos de Kill IL Sung, el ya desaparecido querido camarada de Corea del Norte, de Fidel Castro en Cuba, de el goribruto de Hugo Chávez que se cree más que Bolivar o de cualquiera de los líderes soviéticos en su tiempo.
Esos rótulos monstruosos ahora son también parte de esos escenarios sicodélicos que se construyen especialmente para esos actos de masas en los que los pobres empleados públicos son llevados amarrados y que se levantan con la sacrificada plata de un pueblo que no tiene de donde dar más y que no tiene asidero presupuestario de ninguna naturaleza. Para colmo esos escenarios que tienen rótulos personalizados para cada actividad, tarima para cada actividad, adornos florales para cada actividad y energía garantizada para cada actividad, se usan por unas horas para oír solo a la familia presidencial hablar y oigan bien después se desbaratan y se botan.
Aquí y en cualquier parte del mundo eso se llama ostentación y derroche con lo ajeno y eso solo tiene por nombre corrupción. Lo más llamativo sin embargo es que lo que destaca cada uno de esos escenarios es el lema de esos enormes rótulos donde un Daniel Ortega solo, a lo mejor tratando de vendernos que es él quien manda y no su esposa, sonrientemente levanta el puño -ya algo natural en él- para decir “Arriba los pobres del mundo” la misma leyenda que rezaba un monumento dedicado Lenin en un parque central de Moscú y que fue lo primero en ser derribado tras la caída del muro de Berlín. Al menos ese lema ha cumplido su propósito porque los pobres del mundo ven arriba sus calamidades, sus angustias y pobrezas porque la manipulación demagógica de un partido en el poder que los considera únicamente para la propaganda pero no para un empleo digno por efecto de las capacidades.
“Arriba los pobres del mundo” se lee en cualquier parte de Nicaragua. Yo me pregunto alguien se cree ese cuento de un Daniel exaltando esa frase cuando ni siquiera a podido con los pobres de Nicaragua. Lo más cercano a esa demagogia populista que puedo tener como referencia es que el pobre de espíritu, de reconciliación, de responsabilidad, de propósitos sanos que está arriba del poder es el mismo Daniel porque los pobres y paupérrimos siguen siendo los mismos y no son presidentes y no están gobernando aunque sean la inmensa mayoría.
Lo único que podemos confirmar, en medio de la demagogia barata de decirnos qué quienes están gobernando son los pobres del mundo y que el pueblo es presidente como dicen esos enormes rótulos y que también aploman que aquí el hambre está en cero, es que ahora sabemos en qué se destina el millonario fondo publicitario que Doña Rosario Murillo mandó a desmembrar del Presupuesto General de la República para castigar o hacer desaparecer a una gran cantidad de espacios radiofónicos o publicaciones gráficas que eran parte del alimento informativo y herramienta de opinión del pueblo nicaragüense.
Por esta salvaje política de exterminio contra los medios de comunicación, críticos e independientes, decenas de radio periódicos y centenares de periodistas atraviesan la peor de sus crisis. Esa plata presupuestada para la publicidad que requerían los proyectos en las instituciones públicas fueron a aparar no solo a la promoción de la megalomanía y narcisismo del presidente, que es el único pobre que realmente está arriba, sino también a los ya tristemente célebres Consejos del Poder Ciudadano que copados por orteguistas pretenden ser los ojos y oídos de una revolución que no existe y que anárquicamente pretende reemplazar la institucionalidad de un país que necesita exportar al mundo la seguridad jurídica y la estabilidad política para traer las inversiones que de verdad nos ponga arriba.
Francamente a Daniel Ortega no le lucen esas payasadas revolucionaristas. Él no termina de entender que ya antes fuimos capaces de acabar con el mito de la llamada “Dirección Nacional Ordene” y en condiciones mucho más difíciles que la actual. El tiempo que no tiene ésta nación señala por derrotero al pragmatismo y la verdad y eso significa que todos los pasos hasta hoy dados por el Presidente son un indicativo claro que la mula le fue demasiado grande para tan insignificante jinete.
Hoy observamos a una Nicaragua en la mira de la opinión pública internacional de la misma manera que lo estuvo en la década de los ochenta cuando ocupábamos los mejores planos de la prensa mundial que nos destacaba como fuente de noticias macabras.
El gobierno de Daniel Ortega se jacta del beneficio hospitalario que está concediendo a los nicaragüenses pero la verdad es que hay atención, hay diagnóstico, pero no hay medicinas y eso de nada sirva porque al final no hay cura; Dice que está prestando a través del tal “Usura Cero” a bajos intereses pero lo que hace es consolidar un sistema financiero regentado por el partido del cual no tiene control la Súper Intendencia de Bancos aunque el tal programa funcione desde una concepción bancaria.
Habla de Casas para el pueblo desde una perspectiva social cuando todos los beneficiarios son únicos y exclusivamente del partido. Es más los beneficiarios son pobres raros porque sobre los techos de esas casitas son visibles las antenas satelitales y en los garajes vehículos de lujo y del año. Es más debo decir que muchas de esas casitas son utilizadas como apartamentos bien equipados para satisfacer las lujurias y extravagancias de “compañeros” relevantes del partido que, aunque teniendo mansiones que en su oportunidad piñatearon, ocupan esas viviendas, arrebatadas a un pobre, para sus fiestecitas privadas y por supuesto clandestinas.
Aquí nadie se engaña. Lo que está a vista no necesita explicarse y de ahí que tengamos plena certeza que cada uno de esos hechos van acumulándose en las anotaciones y apuntes de la memoria de los nicaragüenses. El tiempo pasa y las elecciones vendrán y es ahí donde las cuentas serán saldadas.
POR NICARAUA CUESTE LO QUE CUESTE ASI PENSAMOS EN EL MOMENTO.
Detalles del Momento se transmite de lunes a viernes desde los 30 mil vatios de potencia de Radio Poderosa en los 700 de Amplitud Modulada y en su página Web
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