44 mil habitantes. Siete iglesias.
Y un Santo.
Caseríos indios despeinado los cerros
y la raya del arado volviéndose a peinar.
Tardes de aguardiente franco y marimbas enamoradas.
La Alcaldía hereditaria.
El Jefe político.
El Comandante general, doscientos guardias.
Y una escuela.
Media bartolina.
Cincuenta y pico de cantinas.
6 parques. 1 vago.
Diez tiendas diez árabes diez pleitos diez dados;
un coimato.
El hospital de caridad con su capilla encapuchada.
Una familia de visita.
Un muerto nadie.
Avenidas de arena arrastradas por el inverno
Casas antiguas, medio Colonia medio Patria con zaguanes,
corredores, jardines, jazmines, flores. Polvo.
El humo tosigoso del volcán verde sulfuroso.
Y en las noches, cuando los jazmines perfuman larga [largamente
y las guitarras pasean su romántica serenata con luna,
¡la ciudad borda estrellas en el delantal de la laguna!
Mario Cajina Vega
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