
La reina Isabel II asistió a una boda a la que no fue invitada. Ella apareció en el enlace de John y Frances Canning, en la municipalidad de Manchester, al norte de Inglaterra. Isabel y su esposo, el príncipe Felipe, habían ido a almorzar al lugar. “Fue muy especial, qué hermoso que se tomara la molestia de hablar con nosotros”, dijo la novia.
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