Por q´no me llamas después, toi ocupao
Posiblemente, cuando Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura, llamó a jubilar la ortografía, durante el Congreso de la Lengua Española que tuvo lugar en México en 1997, no estaba pensando en las atrocidades que contra el idioma se vienen cometiendo de la mano de la actual revolución tecnológica.
Mi hermana Carolina, profesora de secundaria, comenta que lo terrible de esta situación es que los estudiantes creen que así como se comunican vía mensajes de texto por los teléfonos celulares, es la forma correcta de hablar y escribir.
Si hace algún tiempo ya era alarmante el problema de la ortografía, hoy con la llegada del Internet, la telefonía celular, que permite el uso de chat, las redes sociales como Facebook y Twitter, es realmente aterrador.
Ahora con el Internet, es fácil hacer una prueba de esto que planteo, nada más al abrir cualquier información en la red, a la que le hayan subido comentarios, uno puede leer la terrible cantidad no solo de errores, si no la distorsión a la que se somete la lengua, donde ahora los signos tienen significados diferentes a los establecidos.
Sin embargo, los medios tradicionales: periódicos en papel, la radio y la televisión, siguen cometiendo graves faltas, cuando deberían ser referentes para la población en cuanto al correcto uso del idioma.
Por estos tiempos, cada año se comete el mismo error, aun cuando hay personas que han invertido muchas horas tratando de corregirlos.
Da un poco de pena, pero un amigo nicaragüense me señaló cómo los medios hondureños estaban tratando el tema del pago del decimocuarto mes de salario, que se hace en el mes de junio, pero usando la palabra catorceavo, la cual es incorrecta.
Según la Real Academia de la Lengua Española, catorceavo significa dividir el todo en catorce partes, entonces el pago recibido no sería un salario completo si no una catorce parte.
Decimocuarto “es lo que sigue inmediatamente en orden al o a lo decimotercio”.
A García Márquez, sencillamente “le cayeron las avispas” cuando hizo semejante llamado:
“Jubilemos la ortografía, terror del ser humano desde la cuna: enterremos las haches rupestres, firmemos un tratado de límites entre la ge y jota, y pongamos más uso de razón en los acentos escritos, que al fin y al cabo nadie ha de leer lágrima donde diga lágrima ni confundirá revolver con revólver.
¿Y qué de nuestra be de burro y nuestra ve de vaca, que los abuelos españoles nos trajeron como si fueran dos y siempre sobra una?
El también Nobel de Literatura, el peruano Mario Vargas Llosa, ha sido un duro crítico del mal uso del idioma que hacen los jóvenes y algunos no tan jóvenes, por medio de los chat, teléfonos celulares y en las redes sociales, donde acortan las palabras vulnerando las reglas gramaticales.
“El internet ha acabado con la gramática, ha liquidado la gramática. De modo que se vive una especie de barbarie sintáctica”.
El escritor todavía fue más duro cuando sentenció: “Si escribes así, es que hablas así; si hablas así, es que piensas así, y si piensas así, es que piensas como un mono. Y eso me parece preocupante. Tal vez la gente sea más feliz si llega a ese estado.
Quizás los monos son más felices que los seres humanos. Yo no lo sé”.
Como dice una frase extraída de la red “La ortografía es una forma sutil de la elegancia del alma”, aunque algunos consideran que en este momento, esta pasa por momentos de honda tristeza.
Blog de Leonarda
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