sábado, noviembre 10, 2007
CHAVEZ CAVA SU PROPIA TUMBA.
(EDITORIAL DEL DIARIO LA PRIENSA DE HOY 10 DE NOVIEMBRE DE 2007)
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En Venezuela está aumentando la resistencia popular al régimen militar del teniente coronel Hugo Chávez, quien trata de imponer a sangre y fuego una dictadura totalitaria que él llama “socialismo del siglo XXI”. Los partidarios de Chávez vapulean a periodistas independientes e incluso disparan contra estudiantes y otras personas que se manifiestan públicamente en defensa de la democracia y la libertad. Pero no cesan las manifestaciones populares contra el cambio de Constitución que pretende imponer Hugo Chávez para construir “legalmente” un Estado totalitario y una sociedad comunista, como la de Cuba.
Chávez ataca a la Iglesia católica, ignorando o desconociendo que desde Atila hasta nuestros días todos los tiranos, incluso los más poderosos del mundo, cuando atentaron contra la fortaleza eclesial cavaron su propia sepultura y tarde o temprano se enterraron en ella. La inconformidad bulle hasta en el ejército, que esta semana fue impactado por la denuncia del general retirado y ex Ministro de Defensa, Raúl Baduel —quien hasta hace poco era íntimo amigo e incondicional partidario de Hugo Chávez—, de que la reforma constitucional chavista significa un golpe de Estado y por lo tanto debe ser rechazada en el referendo del próximo 2 de diciembre.
El general Baduel, como experto militar sabe muy bien que un golpe de Estado se combate con otro golpe de Estado. Él mismo, cuando un sector del ejército derrocó a Hugo Chávez en abril del 2002, organizó y encabezó el contragolpe militar que pocos días después restauró al dictador en el poder. De manera que hay que estar atentos a las consecuencias que puede tener la calificación de “golpe de Estado” que el general Baduel ha hecho a la reforma constitucional chavista.
Chávez ha hecho bastante para destruir la institucionalidad del Ejército y transformarlo en una fuerza armada politizada y dócil a su proyecto personal. Como escribió el analista venezolano Carlos Blanco en el diario El Universal, de Caracas, “Chávez ha hecho con la FAN (Fuerza Armada Nacional) lo que con otras estructuras del Estado. No las ha quebrado de un solo golpe sino que las ha corroído”. Blanco explica que Chávez “ha destruido a la FAN como institución, pero no a los militares como sector social”. Y agrega que “así como en el mundo civil los desprendimientos abundan, lo propio ocurre en el campo militar, lo cual incluye a decenas de oficiales que simpatizaban con Chávez pero que hoy están hartos por sus ejecutorias, delirios y traiciones”.
Por su parte el politólogo de la Universidad de Oriente de Venezuela, Steve Ellner, opinó que “los militares están divididos en tres facciones. Hay una facción que lucha contra Chávez, hay una facción institucionalista… y hay una facción a favor de Chávez”. No obstante Ellner precisó que a su juicio “el fortalecimiento de la facción que apoya a Chávez parece estar bloqueando cualquier posible insurrección”; lo cual coincide con la afirmación del mismo Chávez, quien dijo estar “completamente seguro de que no hay dentro de las fuerzas armadas ninguna corriente que tenga la fuerza necesaria para dar un golpe”.
Pero con esas palabras Chávez admite que en las fuerzas armadas hay corrientes que lo adversan, aunque no les reconoce fuerza suficiente para derrocarlo. O sea que el mismo dictador venezolano confirma lo dicho por el analista Carlos Blanco, quien tambiénseñala que Chávez ha destruido la institucionalidad de la fuerza armada, pero eso “no implica que no existan fuertes convicciones democráticas en amplios sectores de la oficialidad, hoy constreñidos al silencio por la persecución interna”. Y advierte Blanco que el militarismo en el poder no ha favorecido sino que está destruyendo a la institución militar.
En realidad, Hugo Chávez pareciera ser invencible por la inmensa riqueza petrolera de Venezuela que gasta como si fuera su fortuna personal; porque tiene un respaldo popular comprado con sobornos sociales e individuales; pero fundamentalmente por el apoyo militar que ha conseguido involucrando a numerosos mandos castrenses en la corrupción gubernamental. Sin embargo, en este apoyo militar que es la base principal de su fortaleza podría estar también, paradójicamente, la semilla de su destrucción.
Hugo Chávez quiere dar la impresión de que está en el esplendor de su poderío, pero realmente podría estar cavando su propia sepultura.
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