miércoles, junio 09, 2010

Por: Moisés Absalón Pastora. DETALLES DEL MOMENTO. EL ADVERSARIO ES EL ORTEGUISMO, NO EL LIBERALISMO

La concentración de poder del orteguismo es innegable. Siendo el FSLN oficialmente una minoría -si nos atenemos a los porcentajes electorales- literalmente tienen, a unos en fila domándolos como corderos y a otros en lista de espera, para soplar el oído de aquellos que solo con gruesos fajos de dólares pueden mitigar sus acalorados problemas financieros.

Esos que están en fila y en lista de espera créanme que no son pocos. Este clientelismo mercenario generado por el orteguismo tiene su razón de ser porque no se vislumbra en el horizonte quien resista esa violenta dictadura de imposiciones, caprichos, chantajes, corruptela y arrogancia por parte de quienes nos gobiernan.

La familia presidencial Ortega-Murillo, mucho más poderosa de lo que fue la dinastía somocista junta, respira, vive y disfruta tranquila porque no encuentra en su camino un solo detente a la voracidad descarada de esa compra compulsiva de hoteles, haciendas, ganado, laboratorios, canales de televisión y todo los que las arcas de ALBA-CARUNA se lo permitan.

Para el orteguismo lo que el parroquiano y triste mortal piense sobre la vulgar confusión Estado-Partido-Familia no tiene valor alguno. Les tiene sin cuidado cómo las instituciones públicas están pariendo orteguistas como si se tratara de nuevos bachilleres. Ellos se ríen por la corrupción denunciada por los medios de comunicación y de ahí que quien hace de flamante cónsul de Nicaragua en Miami, el hombre del sombrerón, haya dicho en su oportunidad que “robar es normal”.

Es decir el partido gobernante hace lo que hace no porque sea su capricho sino porque se sabe libre de hacerlo y es que Daniel no tiene ni líder ni partido en la otra acera que le golpee la mesa. Oposición en Nicaragua solo existe entre liberales que de rojos lo único que tenemos es el color de la sangre que nos sacamos todos los días sin que hayamos aprendido aun que el orteguismo está donde está, haciendo y deshaciendo, porque el pecado original, la maldita división, nos continua hartando sin compasión.

Hoy por hoy nuestro liberalismo se come entre sí tratándose como enemigo de su propia libertad. Las palabras, las ofensas y los verbos más nutridos de los unos contra los otros lastiman las esperanzas de quienes desean con el alma hacer algo pero sin encontrar el camino. Cada quien enfundado en su orgullo recurre a la demagogia para esquivar sus propias responsabilidades mientras la virtualidad del análisis futuro nos dice que tendremos Ortega para rato.

Esas distancias entre los que nos hacemos llamar demócratas son para el dictador en el poder las armas más poderosas para convertir o comprar a quienes ellos crean les puedan ser útiles y en la mayoría de los casos, no porque les represente algún beneficio político, sino para demostrar que pueden exponer y humillar públicamente a quienes quieran para obtener resultados al margen de la ley y la Constitución de la República.

Lastima observar que la pugna genere como efecto inmediato la desilusión entre nuestra membrecía que ríe por no llorar los sueños de grandeza presidencial de un porción de suspirantes que no sé de donde deducen que pueden llegar a alcanzar la primera magistratura de la república en las actuales circunstancias. Debo decir con toda franqueza que aquí todos somos culpables pero también que unos lo son más que otros y eso lo descifra la base liberal que identifica donde está su verdadero tronco ideológico y donde el cañoneo rutinario, necio y sostenido que lo debilita frente a un monstruo que aplaude desde palco nuestras niñerías.

En el PLC hemos cometido errores y creo que deben enmendarse. En ese sentido su dirigencia debe apuntar por un planteamiento más atractivo y agresivo que haga más representativa y legítima su estructura. Hoy por hoy en el Comité Ejecutivo Nacional no están todos los que son ni son todos los que están. La gran mayoría son personas honorables pero distantes de la vida partidaria que creen decidir desde el 3-80 pero sin saber lo que pasa en el campo y eso debería obligar a una reingeniería sincera y no más cosmética.

Por otro está el producto de una metamorfosis involutiva que tuvo su origen en el APRE, más tarde en el GUL, después en el Movimiento Vamos con Eduardo, luego en el ALN y ahora para simplificar y por no poder hacer lo propio se pusieron encima como camisa al Partido Liberal Independiente en el que no encontraron la mejor bienvenida.

Todos los que iban en ese tren y dijeron iniciar un proceso de reafiliación en realidad lo que hicieron fue pegarse mecha ellos mismos para poner en las manos del orteguismo el destino de su personería jurídica como partido lo que los deja desabrigados y en tela de duda. A pesar de semejante suerte, que no es la del PLC, son los mismos que mientras se engañan mientras se engañan no dan tregua a la campaña mediática que lanzan contra Arnoldo Alemán para torpedear la democracia y favorecer así los intereses de un orteguismo que los tiene por la vía del pacto en las nóminas bolivarianas de la secretaria general.

Arnoldo Alemán no debería ser el centro de los ataques de los muchachos de Eduardo porque si lo que molesta son sus aspiraciones presidenciales eso deberá decidirse en las primarias que el diputado Montealegre ya aceptó como vía de competencia y concurrir ante el elector liberal y demócrata a probar si es más que el líder del PLC y si gana vamos todos detrás de él en calidad de Santo de la procesión. Esto implica que los que amamos la libertad, que los que vemos a una dictadura establecida por encima de toda ley, vamos a medirnos a través de una participación amplia para que definamos quien es quien en igualdad de oportunidades y de condiciones, sin descalificaciones y sin maltratos para que cuando tengamos a vista los resultados no hayan heridas ni resentimientos.

Hoy debemos despertar, concientizarnos y realizar que nuestra nueva realidad es que vamos a esas primarias, gerenciadas por la CPDH y que así es que empieza a construirse la verdadera unidad que permita hacernos poner los pies en la tierra para darnos cuenta que el adversario es Daniel Ortega y no el liberalismo mismo.

Eduardo Montealegre no puede pedir que Arnoldo Alemán decline en su beneficio. Tampoco puede decir que el líder del PLC resta y no suma si las encuestas lo ubican como el líder de la oposición con diez puntos arriba de quien anda al raid que le puede dar un PLI en litigio. Antes bien con esas debilidades que Montealegre mira en Alemán lo que éste debería de hacer es beneficiarse de ellas y vencerlo pero sometiéndose a lo que el inequívoco diga. Si esto fuera así seamos caballeros en la competencia y aceptemos todos los resultados de las elecciones primarias en todo lo que se tenga que elegir y que cada quien, dando ejemplos éticos en el contenido del discurso político, no pierda de vista que el enemigo y el adversario se llama Daniel Ortega y el FSLN.

Yo quiero ver en la competencia que representarán estas primarias las candidaturas de aquellos que solo viven para ponerle obstáculos a la unidad del liberalismo atacando todos los días fundamental y sistemáticamente al PLC. Quiero ver a esos microfoneros someterse a la voluntad del electorado y estoy seguro que los resultados no les serán agradables. Esos que se han convertido en aliados del orteguismo tratando se despedazarnos hoy deben estar temblando porque las primarias, que en realidad nunca quisieron, tomaron fuerza y saben que mientras desde una oficina, desde los periódicos o desde un micrófono le tiran a matar al único líder y al único partido que sí enfrenta a la dictadura, Arnoldo Alemán se está moviendo, está visitando la manigua, está haciendo contacto directo con el voto rural, está activando las estructuras del partido, éste fin de semana se reunió con más de mil mujeres liberales, próximamente lo hará con una cantidad parecida de jóvenes, ya anunció que algo parecido hará con las directivas de profesionales, viene lo de Wiwilí y después la convención del 117 aniversario de la revolución liberal de 1897.

Todo lo anterior es el resultado de tener un partido que tiene estructuras y sin ellas no se llega a ningún lado. Por eso no hay problema vamos a esas primarias a encontrar en sus resultados quien será el liberal y demócrata que enfrentará al verdadero enemigo. Lo que las primarias reflejen será automáticamente la antorcha que ilumine todos los pensamientos, las ideas y las voluntades para que otra vez recojamos los pedazos de la nación tirados por el suelo para volver a construir la república.

POR NICARAGUA CUESTE LO QUE CUESTE ASÍ PENSAMOS EN EL MOMENTO.

Este editorial se transmite en los 700 AM de Radio Poderosa en horario de 8 a 9 de la mañana de lunes a viernes o en su página WEB www.lapoderosa700.com

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