martes, noviembre 11, 2008

EL PEOR DE TODOS LOS FRAUDES EN NICARAGUA.

EDITORIAL DE LA PRENSA. 11 DE NOVIEMBRE 2008


La enciclopedia electrónica Wikipedia menciona 15 técnicas fundamentales y 3 tipos de fraude electoral. Estos tres últimos, por ejemplo, son el fraude electrónico, el fraude mediático y el fraude que se hace directamente en las urnas electorales, con la manipulación de los votos. Pero ahora Wikipedia tendrá que aumentar su información sobre las técnicas y tipos de fraude electoral, después del gigantesco e insólito que se cometió el recién pasado domingo 9 de noviembre en las elecciones municipales, en el que no sólo se aplicaron todas las técnicas y tipos conocidos, sino que además se inventaron otros nuevos.

En el siglo pasado, cuando no existían los recursos mediáticos y las tecnologías electrónicas que hay ahora, a la dictadura somocista se le consideraba maestra en el “arte” del fraude electoral. El somocismo se mantuvo en el poder por más de cuarenta años, no sólo a base de represión sino también de elecciones fraudulentas que se realizaban de vez en cuando. Al respecto es anecdótico lo que ocurrió en la elección presidencial de 1947, que a ojos vistas la ganó el candidato de una alianza democrática liberoconservadora, el doctor Enoc Aguado, pero el general Somoza García mandó a secuestrar las urnas electorales y los votos fueron contados por funcionarios electorales y guardias somocistas. De esa manera la votación mayoritaria que recibió la oposición se le asignó al candidato oficialista y la votación minoritaria del oficialismo se le atribuyó a quien realmente había vencido en las urnas electorales. Pues algo muy parecido fue lo que hizo el orteguismo en las elecciones municipales del domingo pasado, que ganó ampliamente la oposición como lo demuestran las actas de las Juntas Receptoras de Votos que fueron presentadas por la alianza del PLC, pero el Consejo Supremo Electoral adjudicó el “triunfo” al partido oficialista. Este fraude electoral es como si al boxeador norteamericano Aaron Pryor, después de haber vencido por nocaut a Alexis Argüello —como en efecto lo noqueó— los jueces lo hubieran despojado y declarado triunfador a Argüello, por amplia “mayoría”.

También fue muy aleccionadora, históricamente, la elección presidencial del 2 de septiembre de 1974 que “ganó” fraudulentamente el general Anastasio Somoza Debayle. En esa ocasión, la edición del sábado 1 de septiembre del Diario LA PRENSA —que en aquel tiempo era vespertina—, presentó la principal noticia de portada, acompañada con las fotos de los candidatos del somocismo, con el título de: “Éstos ganaron mañana”. Es que de antemano se sabía que el somocismo estaba preparando otro fraude para aquellas elecciones del 2 de septiembre de 1974, y que era imposible evitarlo, de manera que con toda seguridad se podía anticipar quiénes “ganarían” al día siguiente.

En el lenguaje del somocismo, “ganar” las elecciones significaba robárselas mediante el fraude en cualquiera de sus diversas modalidades, o en todas. Y como evidentemente la historia siempre se repite o tiende a repetirse, unas veces como tragedia y otras como farsa, el nuevo gobierno de Daniel Ortega ha juntado lo peor del somocismo con los vicios de la primera dictadura sandinista, de manera que la práctica del fraude electoral se ha restablecido en Nicaragua, ahora para procurar el triunfo y la continuidad del régimen dictatorial orteguista, que quiere perpetuarse en el poder como en el pasado quisieron eternizarse la dictadura somocista y la dictadura sandinista de los años ochenta.

El diccionario de la lengua española dice claramente que ganar significa “aventajar, exceder a alguien en algo”. Así se entiende en todos los países en los que el español es la lengua común de comunicación entre las personas. Y asimismo se comprende en todos los idiomas, menos en Nicaragua, donde en la política gubernamental “ganar” significa “quitar o tomar para sí con violencia o con fuerza lo ajeno”, o, “tomar para sí lo ajeno, o hurtar de cualquier modo que sea”, o sea lo que en buen español significa la palabra robar.

Pero así como el fraude sirvió al somocismo para mantenerse en el poder por algún tiempo, y a la dictadura sandinista para “ganar” las elecciones de 1984, también fue una de las causas principales del derrocamiento de la dictadura somocista y de la derrota moral y electoral de la dictadura sandinista. Y hacia ese mismo rumbo está llevando al pueblo nicaragüense, el nuevo régimen orteguista que ya comenzó a derramar la sangre de hermanos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

si es un enorme fraude no nos dejemos engañar con esas celebraciones partidarias no vamos a luchar por un candidato vamos a luchar por la democracia se le pide al mundo que nos ayude S.O.S desde nicaragua