miércoles, noviembre 24, 2010

SER JOVEN DE CORAZÓN

La juventud no es solo una época de la vida. . . es también un estado de ánimo.
No tiene que ver con el color de tus mejillas, tus labios rojos o lindas rodillas.
Es tener dominio de la voluntad; calidad en la imaginación; vigor en la emoción; es algo refrescante que emana del manantial de nuestras vidas.

La juventud es una etapa temperamental donde predomina el coraje sobre la timidez y el apetito por aventura sobre una vida monótona. Pero esto ocurre más frecuentemente en un hombre de cincuenta, que en un joven de veinte.

Nadie envejece simplemente por vivir cierto número de años. Únicamente envejece quien abandona sus ideales.

Los años pueden arrugar la piel, pero abandonar un ideal, arruga el alma.
Las preocupaciones, las dudas, la desconfianza en uno mismo, el temor y la desesperación... son las cosas que transforman los años en tiempos interminables, hacen agachar la cabeza y provocan que el espíritu que se encuentra en crecimiento, regrese al polvo.

Independientemente de la edad cada ser humano tiene un deseo innato de descubrir, de maravillarse por las estrellas y pensamientos inspirados; de anticipar eventos que nos desafían, un apetito infantil por saber ‘qué viene a continuación’, y gozo al participar en el juego de la vida.

Uno es tan joven como la fe que tiene, y tan viejo como sus dudas; tan joven como su confianza en sí mismo, y tan viejo como sus temores; tan joven como sus esperanzas y tan viejo como su desesperación.

En el centro de tu corazón existe una estación inalámbrica. Siempre y cuando recibas mensajes positivos de belleza, esperanza, alegría, grandeza, valor y poder, ya sea de la Tierra, de los hombres o del Infinito… ...continuarás siendo joven.

Pero si la conexión está caída y el centro de tu corazón está cubierto con la nieve del pesimismo y el hielo del cinismo, entonces sí, realmente haz envejecido.

La edad es un estado de ánimo. Si has dejado tus sueños atrás, has perdido la esperanza, ya no miras adelante y tu ideal está agonizante, entonces eres anciano.

Mas si de la vida sacas lo mejor, no pierdes el sentido del humor, y abrigas amor en tu interior, por mucho que pasen los años, aunque tengas muchos cumpleaños… ¡Eres joven de corazón!.

MOISÉS ABSALÓN PASTORA

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