jueves, noviembre 25, 2010

VERDADES QUE NO SE DICEN

Muchos nicaragüenses y muchos costarricenses no conocen las siguientes verdades:

• Que tres Presidentes notables de Costa Rica estudiaron en Nicaragua, en la Universidad de León: Braulio Carrillo, Jefe de Estado y Reformador; José María Castro Madriz, Bachiller en Filosofía en Seminario San Ramón, en León, impulsor de la Educación Superior de Costa Rica; y Manuel Aguilar, diputado, magistrado y Jefe de Estado.

• Que el Bachiller Rafael Francisco Osejo, nicaragüense que luego se trasladó a Costa Rica y tuvo participación política activa en ese país, fundó el Colegio Santo Tomás, base sobre la cual se creó la primera Universidad en Costa Rica.

• Que durante el período de la Colonia, la Diócesis de la Iglesia Católica de Nicaragua ejercía su autoridad también en Costa Rica.

• Que todo el folklore que pasa por ser costarricense, es de origen guanacasteco, es decir de raíz nicaragüense.

• Que el corrido popular “Mi linda Costa Rica”, que muchos ticos consideran como propio, fue compuesto por el chinandegano Tino López Guerra.

• Que el poeta nacional de Costa Rica, Aquileo Echeverría, fue discípulo y protegido de Rubén Darío, maestro a quien admiraba.

• Que Juan Santamaría, máximo héroe nacional de Costa Rica, se considera que tiene origen nicaragüense.

• Que Pedro Zeledón, graduado en la universidad de León, fue el fundador de la enseñanza de Derecho en Costa Rica.

La influencia intelectual de Nicaragua, en el desarrollo cultural y político de Costa Rica, en la primera mitad del siglo XIX, es ampliamente reconocida por los historiadores ticos, como Carlos Monge Alfaro y Carlos Meléndez.

La superioridad del nicaragüense va más allá. La mayor riqueza que posee Nicaragua, a juicio de historiador nacional José Reyes Monterrey, es la herencia de las culturas Tolteca, Azteca, Maya, Quiche, Teohuacana, que se caracterizan por su laboriosidad y el cultivo del arte, música, baile, alfarería, cestería y gastronomía, herencia indígena de la cual nos sentimos orgullosos y de la cual, infortunadamente no participa Costa Rica.

Los ticos son más “educados”, porque han recibido más educación formal, pero eso no es cultura. La verdadera cultura está en la herencia de valores que se trasmiten de generación en generación y del cual es rica la cultura nicaragüense.

El nicaragüense por herencia cultural “sabe de todo” desde hacer una conexión eléctrica hasta colocar ladrillo en una construcción. Es ingenioso y se empeña en el trabajo, de sol a sol. No nos extraña por eso que gran parte de los trabajadores del campo, de la construcción y de la industria costarricense sean nicaragüenses y que a ellos se deba en buena parte el desarrollo económico de Costa Rica.

Como lo reconoce el ex canciller tico Fernando Naranjo, quien en su libro “Costa Rica en el mundo” revela que los nicas han producido más de 25,000 millones de dólares en una década en Costa Rica, sin lo cual este país no tendría su desarrollo actual.

El nicaragüense acompaña sus habilidades, la creatividad que le es propia, y que se expresa no sólo en los grandes maestros de la literatura universal, como Darío, sino en el nica corriente, que se caracteriza por su ingenio práctico en descubrir cómo funcionan, se arman y reparan las cosas.

El nicaragüense, está demostrado, posee una inteligencia privilegiada, como lo pudo comprobar la Brigada Médica Cubano-nicaragüense, “Todos con vos”, que realizó un estudio psico-social y clínico de las discapacidades en el país, habiendo identificado a 32,740 nicaragíüenses con discapacidad intelectual, en relación con un total de 1.258,000 nicaragüenses atendidos, lo que da un porcentaje del 2.6% con deficiencias intelectuales, índice muy inferior a la media del 5% de la población de América Latina.

Definitivamente el nica es superior, lo que avala con justa razón “el orgullo de ser nicaragüense.


*Psicólogo, galardonado con la Orden Mariano Fiallos Gil, del Consejo Nacional de Universidades y el Título Doctor Honoris Causa de la Unan-Managua.



Moises Absalón Pastora.

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