martes, octubre 07, 2008

LICENCIA PARA MATAR... OPINA LA ABOGADA BLANCA MUNGUÍA VANEGAS, NICARAGUA.


Blanca Munguía Vanegas
La autora es abogada.

Todos tenemos conciencia y en lo más profundo de nuestro ser sabemos lo que está bien y lo que está mal. Sabemos que no debemos matar, es un principio universal.

Frente a un colegio en Villa Fontana vi un anuncio que me impactó. Sale una niña, con uniforme de colegio, y dice: “Tengo 12 años… estoy embarazada y mi vida corre peligro. Un aborto terapéutico podría salvarla. Exigimos la restitución del Aborto Terapéutico. Movimiento Feminista”.

La niña está sentadita, seguramente aterrorizada de decirle a sus padres y de ir a la escuela; decepcionada, pues su novio no quiere hacerse responsable, y desesperada ante la pérdida de su niñez y la responsabilidad que deberá asumir. ¿Puede esa situación que pinta el anuncio tratarse como un caso de aborto terapéutico, conforme la definición científica?

Quiero definir el aborto terapéutico, sin pasiones, sino científicamente, según diccionarios y diferentes leyes: “Es el aborto practicado por un médico con el consentimiento de una mujer embarazada o de su representante legal, si lo tuviera, cuando es el único medio para salvar la vida de la gestante o para evitar en su salud un mal grave y permanente”.

De esta definición se desprende una circunstancia muy particular: el riesgo inminente y actual, el peligro de perder la vida en ese instante. Volviendo al rótulo, ¿donde está la situación para que se pueda salvar su vida?

El movimiento feminista dice: “Fue violada”. Es terrible, pero ¿dónde está el peligro inminente? “Aunque tuvo relaciones con consentimiento, corre peligro porque tiene 12 años”. El embarazo es una situación peligrosa para toda mujer a cualquier edad. En mi primer embarazo tenía 23 años, estaba biológicamente “lista” y estuve en una situación de vida o muerte. ¿Acaso por el hecho de que el embarazo sea una condición en la que se corren tantos riesgos, es mejor que abortemos todas? Ante el hecho de que nuestra vida esté en riesgo durante el embarazo, ¿vamos a decidir no embarazarnos?

Este anuncio, y el resto de propaganda que se ha hecho a favor del aborto, está manipulando la definición, no sólo de aborto terapéutico, sino que del aborto en sí. Lo que le faltó al anuncio es decir con claridad: “Aborte cuando se haya equivocado”.

Hago un llamado a los movimientos pro aborto “terapéutico” a que nos digan la verdad y se quiten la máscara, lo que quieren en verdad es la aprobación del aborto. Buscan un permiso para abortar en cualquier circunstancia: porque ya son muchos hijos, porque en este momento no lo quería, porque me dejó mi novio, porque no tengo dinero, y quieren disfrazarlo de aborto terapéutico. Exigen su restitución para dejar una ventanita en la que cualquier situación quepa dentro de este supuesto que permite finalizar el embarazo.

Al definir el aborto terapéutico no quiero decir que estoy a favor, sino más bien informar del significado, para que podamos hacernos nuestro propio criterio. El “aborto terapéutico” es una licencia para matar. Seamos honestos, abortar es quitar vida, es elegir entre una vida y otra. Es justo que se prohíba matar, pero cuando nuestra vida se encuentre en peligro o porque simplemente no queramos tener un bebé que no pidió venir, ¿sí tenemos permiso? No es posible que pensemos que se salvará la vida de la madre, matando a su bebé.

Recemos por las niñas de 12 años que tienen relaciones sexuales, eduquémonos padres para educar a nuestros hijos. Abramos los ojos, el sexo temprano existe, y enseñemos a nuestros hijos a respetarse, enseñémosles los medios de protección, a ser responsables por sus acciones. No sólo es mejor que lo hagamos nosotros porque fomenta la comunicación entre padres e hijos, sino que también porque no existe una fuente que se lo cuente con más amor que nosotros. En vez de encontrar excusas para matar, enseñemos a nuestros hijos a respetar la vida. Nosotras mismas daríamos la vida por ellos, ¿por qué vamos a enseñarles lo contrario?

Nuestro peor enemigo es la ignorancia, y desgraciadamente con mala información como la de ese anuncio, estamos exponiendo a nuestros hijos a situaciones que no se perdonarán nunca.

Todos tenemos conciencia y en lo más profundo de nuestro ser sabemos lo que está bien y lo que está mal. Sabemos que no debemos matar, es un principio universal.

No quise hablar de religión en este artículo, pero no puedo omitir decir que la vida empieza en el momento de la concepción. En ese instante milagroso ya empezó a vivir alguien. Respetemos la vida y comprendamos que mi derecho termina cuando empieza el del otro. Y en este caso, el “otro” al que me refiero es una persona no nacida, que pudiste ser vos.

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