martes, octubre 07, 2008

TODOS CONTRA LA DICTADURA DE ORTEGA, DICE EL MOVIMIENTO RENOVADOR SANDINISTA....

El Movimiento Renovador Sandinista (MRS) aprobó el domingo recién pasado un llamado a “votar contra todos los candidatos del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), en las elecciones municipales del próximo 9 de noviembre”, según informó LA PRENSA en su edición de ayer lunes. Esto significa que el Movimiento Renovador Sandinista no comparte la estrategia de llamar a la anulación del voto que hizo el otro MRS (Movimiento por el Rescate del Sandinismo), opción que a nuestro juicio favorece al orteguismo porque cualquier cantidad de votos que se reste a la oposición, por abstención o por anulación de votos, reduce la cantidad de sufragios que necesita Daniel Ortega para alzarse con la victoria electoral.

“Vamos a convocar a toda la ciudadanía a que salga a votar masivamente, a votar de manera efectiva, contra la dictadura de Daniel Ortega y que salga a votar contra el continuismo”, declaró la antigua comandante guerrillera sandinista Dora María Téllez, quien es una de las principales dirigentes del MRS. Según su criterio, la contradicción fundamental planteada en la actual coyuntura política y disyuntiva electoral, no es entre izquierda y derecha sino de democracia vs dictadura. Por su parte el general retirado Hugo Torres, también antiguo comandante guerrillero sandinista y ahora otro de los principales dirigentes de la disidencia democrática del FSLN, precisó que “hay que votar contra la dictadura del somocismo-orteguista, porque estamos en presencia de un régimen violador de los derechos civiles y humanos que quiere a punta de palo, patadas y golpes hacer que la población acepte un régimen de esa naturaleza” (es decir, dictatorial).

La decisión tomada el domingo pasado por el Movimiento Renovador Sandinista (MRS) representa sin duda un paso muy importante, en dirección a formar la gran unión nacional democrática contra la dictadura en Nicaragua, que deberá enfrentar al autoritarismo orteguista en la elección presidencial de 2011. Los comicios municipales del próximo noviembre serán un ensayo general del gran enfrentamiento político de 2011, e irónicamente el mismo orteguismo está ayudando a la formación de la gran alianza democrática nacional de todos contra la dictadura, con su política autoritaria e intolerante que ha reducido el espacio electoral pluripartidista, que manipula las instituciones estatales para perseguir a sus adversarios y críticos y reprime con la fuerza bruta a quienes ejercen su derecho a la libertad de expresión y de manifestación pública; una brutalidad que no distingue entre derecha e izquierda, entre sandinistas democráticos y antisandinistas tradicionales, pues a todos los golpea con el mismo garrote represivo.

En el ambiente político democrático, defectuoso pero básicamente libre, pluralista y tolerante, que hubo durante los gobiernos de la democracia del período 1990-2007 —ambiente que comenzó a descomponerse apenas Daniel Ortega volvió a ocupar la Presidencia de Nicaragua—, el partido de izquierda democrática MRS hubiera tenido sus propios candidatos y llamado a votar por él mismo. Igual hubiera ocurrido con el Partido Conservador, ya fuese que participara solo en las elecciones o como parte de alguna alianza electoral. Pero el autoritarismo intolerante y sectario del régimen de Daniel Ortega, apoyado en el control mayoritario que tiene en el Consejo Supremo Electoral, expulsó a esos partidos de la contienda municipal.

El orteguismo excluyó al MRS y al Partido Conservador de la participación en estas elecciones con sus propios candidatos, con el propósito de obligar a todos los simpatizantes de izquierda a votar por los candidatos del FSLN, y para confundir y dividir al electorado de la derecha democrática. Pero esa estrategia perversa se le está volviendo un bumerán a Ortega, pues, como dicen los dirigentes del MRS que llamaron el domingo a votar todos contra Ortega, lo más importante ahora es “cerrarle el paso a este proyecto dictatorial con características de dinastía familiar, que se quiere instaurar en el país”.

En realidad, derrotar a este proyecto dictatorial es indispensable para garantizar que en el futuro puedan participar en las elecciones todos los partidos que quieran, y que cada ciudadano vote por candidatos propios y de su preferencia personal. Sólo después de derrotar a Daniel Ortega y sus cooperadores necesarios, se podrá rayar un cuadro electoral en el que compitan en plano de igualdad legal y política, los partidos y candidatos de izquierda, de derecha y de centro, de todos los matices posibles.

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