domingo, noviembre 06, 2011

Edmundo Jarquín, candidato liberal en Nicaragua, antiguo sandinista, hoy cree que Ortega aspira a una dictadura personal


«Daniel Ortega sólo busca el poder por el poder»
róger suárez / corresponsal en nicaragua
Día 05/11/2011 - 07.25h

«Daniel Ortega sólo busca el poder por el poder»

JULIÁN DE DOMINGO

Edmundo Jarquín

Nicaragua se juega en las elecciones de mañana la posibilidad de que Daniel Ortega consolide una dictadura o que el país avance en democracia. Así lo asegura Edmundo Jarquín, quien se presenta a los comicios junto a Fabio Gadea por la Alianza PLI.

—¿Qué está en juego en estas elecciones en las que Ortega espera ser reelegido?
—Se juega la posibilidad de consolidar la democracia o abrir camino a una dictadura institucional. Daniel Ortega avanza hacia la consolidación de una dictadura. Está mostrando su talante autoritario y utiliza a los poderes del Estado para chantajear, reprimir a la oposición y a los ciudadanos y hacerse reelegir.

—¿Por qué aceptan participar en estos comicios en los que han denunciado irregularidades?
—Nicaragua ya soportó una guerra civil, y aunque en este proceso electoral hay restricciones a la libertad, existe la oportunidad de resolver nuestras contradicciones por la vía del voto. Los nicaragüenses queremos usar la opción civilizada del voto, aunque sabemos que la candidatura de Ortega a la reelección es ilegal porque está prohibida por la Constitución. Participamos porque la ley establece que este año tenemos que ir a elecciones, y esperamos tener una una fuerte ventaja de votos que dificulte a Ortega hacer un fraude masivo.

—El ministro de Energía de Venezuela, Rafael Ramírez, insinuó que sólo se mantendrá la ayuda a Nicaragua si gana Daniel Ortega.
—Que ese ministro haya dicho que, si Daniel Ortega no gana, no seguirá la cooperación venezolana es un acto de injerencia. Es comparable a la injerencia norteamericana cuando intervinieron militarmente en los años veinte del siglo pasado. Resulta sorprendente que Ortega, que se dice nacionalista, tolere este tipo de injerencias. Para él parece que existen injerencias buenas e injerencias malas…

—¿Qué espera usted de España y de otras naciones europeas, en el caso de que las elecciones no se desarrollen con limpieza y la situación política de Nicaragua se complique?
—Quiero decirte que la ayuda económica que Hugo Chávez ha brindado al régimen le ha permitido a Daniel Ortega una enorme autonomía para apartarse de los compromisos de gobernanza democrática que piden los países europeos, Estados Unidos y Canadá. Ortega se ha podido dar el lujo de decir a los países europeos: «Si quieren váyanse». Pero yo quiero decir a los países europeos que en el horizonte se ve una provisionalidad de la ayuda venezolana a Nicaragua, por la enfermedad de Chávez y por el crecimiento de la oposición en Venezuela. Los países europeos deberían prepararse para un nuevo escenario en el que una cooperación condicionada a la gobernanza democrática va a tener mayor fuerza frente a un Ortega que eventualmente siga en el poder.

—Usted apoyó la revolución sandinista en los ochenta. Ahora es uno de los principales líderes opositores de Ortega. ¿A qué se debe este cambio?
—Yo, al igual que una enorme cantidad de nicaragüenses, apoyamos la revolución frente a la dictadura de Anastasio Somoza. Apoyé ese esfuerzo por convicción democrática… pero ahora está claro que Ortega ha derivado en un proyecto del poder por el poder; del poder por el dinero. Lo de Daniel ya no es un proyecto político ni una opción democrática de transformación. Ha privatizado a su favor al Frente Sandinista hasta convertir a ese partido en una maquinaria de poder. Daniel Ortega no es de izquierda, no es revolucionario; Ortega es un proyecto del poder por el poder.

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