Los Símbolos Patrios mancillados
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El suplemento juvenil semanal de LA PRENSA, Aquí Entre Nos, preguntó al azar a seis estudiantes de ambos sexos, cinco universitarios y uno de secundaria, qué saben de la Historia Patria y los Símbolos Nacionales de Nicaragua. A uno de ellos, de 19 años, estudiante de la Universidad de Ciencia y Tecnología (Unicit) se le preguntó sobre el Escudo Nacional y respondió que: “Del Escudo sólo recuerdo que los cinco volcanes son las cinco hermanas repúblicas centroamericanas”.
En realidad, está demostrado que tanto los estudiantes como la población en general saben muy poco de la Historia Nacional y los Símbolos Patrios. Y como consecuencia su formación cívica es muy débil o nula. Éste es un problema histórico crónico, del cual tienen culpa principalmente los políticos que han gobernado a Nicaragua desde que existe como Estado, hace ya 187 años. Sin perjuicio de que algunos gobernantes se han preocupado por este problema y han tratado de resolverlo, la verdad es que en general los políticos que llegan al poder sólo se acuerdan de los Símbolos Nacionales y del civismo, durante las Fiestas Patrias, para mencionarlos en los discursos de ocasión.
Peor aún, algunos gobiernos o gobernantes mancillan intencionalmente los Símbolos Nacionales, subordinan el Pabellón de la Patria a su bandera partidista y deforman el Escudo Nacional según su capricho, violando la ley que ordena respetarlos. Precisamente en este año las Fiestas Patrias se están celebrando en la deplorable situación de que la Bandera Nacional se exhibe en los edificios públicos “protegida” por la bandera del FSLN. Y el Escudo Nacional ha sido convertido en un pintarrajo de muy mal gusto, en una abierta, arrogante y autocrática violación a la Ley de la materia.
Tanto la Bandera como el Escudo Nacional de Nicaragua fueron legal y oficialmente establecidos, o más bien reconfirmados, en agosto de 1971, con motivo de la celebración del Sesquicentenario (o ciento cincuenta aniversario) de la Independencia Nacional. En La Gaceta Diario Oficial número 194, del 27 de agosto de 1971, se publicó y puso en vigencia la Ley sobre Características y Uso de los Símbolos Patrios, cuyo Artículo 42 establece que: “El Escudo de Armas o Escudo Nacional es el Emblema creado por Decreto Legislativo del 5 de septiembre de 1908”. Y en los artículos siguientes, la Ley describe en forma minuciosa cómo debe ser el Escudo Nacional, cuáles son los elementos que lo componen y qué significa cada uno de ellos, así como los colores que deben usarse para reproducirlo. Y señala también dicha ley, de qué manera y con qué propósito es que se debe usar el Escudo Nacional.
Treinta y un años después, o sea en 2002, la Asamblea Nacional y el Poder Ejecutivo aprobaron y promulgaron una Ley de Reforma Parcial a la Ley Sobre Características y Uso de los Símbolos Patrios, que modificó algunos artículos, entre ellos el 42, pero dejó intactos sus elementos fundamentales, que se habían definido en la Ley de 1971, así como el mandato de que los Símbolos Nacionales deben ser respetados. Al respecto el Artículo 45 de la ley dice que los elementos del Escudo Nacional siempre deberán guardar estricta proporción con los que en ella se señalan, y agrega que “toda reproducción del Escudo Nacional deberá corresponder fielmente a cuanto se prescribe en la presente ley”. Y finalmente el Artículo 73 de la Ley señala que “las contravenciones a la presente ley que constituyen desacato o falta de respeto a los Símbolos Patrios se castigarán, según su gravedad y las condiciones del infractor con multa de cien (C$100.00) a quinientos córdobas (C$500.00), o con arresto de hasta quince días”.
El 17 de febrero del año pasado, por iniciativa de los diputados liberales del sector de Eduardo Montealegre, la Asamblea Nacional adoptó una Resolución en la que se insta al presidente Daniel Ortega a respetar la Ley de los Símbolos Patrios, a que no siga sustituyendo el verdadero y legítimo Escudo Nacional con la horrorosa caricatura de escudo familiar que ha impuesto para todos los efectos oficiales. Pero el autocrático Daniel Ortega no guarda ningún respeto a las leyes ni a las resoluciones del Poder Legislativo, cuando no son de su agrado y conveniencia.
Entonces, si los gobernantes tratan la ley y manejan los Símbolos Nacionales de esa forma, ¿cómo se podría esperar y mucho menos exigir que los estudiantes y la población en general los conozcan, que les rindan culto y los respeten?
(EDITORIAL DEL DIARIO LA PRENSA 130908)
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