EN NICARAGUA EL PERIODISMO SE SIENTE AMENAZADO.

Ludwin Loáisiga López
politica@laprensa.com.ni

Comunicadores denuncian atropellos del Gobierno

El gremio periodístico declaró ayer que la libertad de prensa está en peligro en Nicaragua, por “el discurso presidencial ofensivo y amenazante” y hasta por algunos grupos económicos que intentan censurar o provocar que los medios de información se autocensuren.

Periodistas que ayer participaron en un foro relacionado con el derecho a la libertad de expresión y de opinión en el contexto de las actuales políticas gubernamentales, coincidieron en que la situación no es buena en los ámbitos legal, político y hasta físico.

“El poder nunca, nunca, ni en la mejor de las democracias, está dispuesto a que lo escudriñen”, dijo la periodista Sofía Montenegro, quien junto a Danilo Aguirre Solís, director de El Nuevo Diario, y Gonzalo Carrión, del Centro Nicaragüense de los Derechos Humanos (Cenidh), participaron como expositores en el foro sobre temas relacionados con la labor de los medios.

Miembros de la Unión de Periodistas de Nicaragua (UPN), Asociación de Periodistas de Nicaragua (APN), Sindicato de Periodistas, Colegio de Periodistas de Nicaragua y otras organizaciones asistieron al foro.

“Las estrategias de represión suelen repetirse usando los mismos moldes”, advirtió Solís al recordar que el periodismo nicaragüense a lo largo de su historia ha combatido los “códigos negros” y otras leyes de censura.

“Todos los perros nos han mordido”, agregó Montenegro.

Los periodistas se declararon dispuestos a vencer, una vez más, a las amenazas.

FALLO LAPIDARIO

Montenegro y Aguirre coincidieron en que el reciente fallo en contra de LA PRENSA por el delito de injurias, pese a que la acusación de miembros de los Consejos del Poder Ciudadano (CPC) fue por calumnias, dejó un grave precedente para el resto del periodismo nacional.

En el caso de Montenegro, expresó que el juicio en contra de LA PRENSA nunca debió existir, debido a que los CPC son una extensión gubernamental de la administración de Daniel Ortega.

“Si ‘el pueblo es presidente’, como dice Daniel Ortega, y los CPC son el pueblo, entonces los miembros de los CPC son funcionarios públicos y por lo tanto están sujetos a críticas y fiscalización, por lo que no debió haber ni juicio ni condena”, manifestó Montenegro.

LA ESENCIA DEL CÓDIGO “CORNELIANO”

En tanto, Aguirre recordó que la sentencia del juez Celso Urbina remarcó el viejo estilo utilizado en los años setenta por la dinastía de los Somoza en contra de Pedro Joaquín Chamorro, Director Mártir de LA PRENSA.

Aguirre explicó que desde aquella época está vigente en Nicaragua un Código Penal que establece, por los delitos de injurias y calumnias, juicios sumarios, una sola instancia de apelación y multas confiscatorias.

“Allí está el lobo”, advirtió Aguirre al referirse a la vigencia de ese Código Penal y a la negativa del Gobierno por publicar el nuevo Código Penal.

El periodista mencionó que tales características “represivas” fueron diseñadas por Cornelio Hüeck, quien en los años setenta amasó gran poder durante la dinastía de los Somoza. “El Gobierno está aplicando la ley de Hüeck, la misma que le aplicaron a Pedro Joaquín Chamorro”, agregó.

“Es una constante en Nicaragua que los medios independientes no sean aceptados por los gobiernos”, dijo Aguirre, quien añadió que las denuncias de los medios informativos los colocan frente a frente con las estructuras de poder.

De acuerdo con Aguirre, la actual Administración tiene la “arrogancia” de querer ubicarse por encima de las leyes y además que acostumbra restringir la cobertura a algunos actos, invitando únicamente a los medios “afines”, para evitar “preguntas incómodas”.

PERIODISMO DE CATACUMBAS

Por otro lado, diversos periodistas que participaron en el foro organizado por la UPN y auspiciado por la Fundación Konrad Adenauer, criticaron al Gobierno por la suspensión de la publicidad estatal.

El periodista William Roiz denunció que cada día son más los periodistas que se ven forzados a cerrar sus espacios radiales debido a la falta de anuncios, y que otros más “son agredidos” en las fuentes que cubren.

“Yo propongo relanzar la UPN y volver al periodismo de catacumbas (...) Tenemos un Gobierno totalitario que no respeta ni a su propia Constitución”, dijo Roiz.

El periodismo de catacumbas fue un fenómeno de los años setenta en Nicaragua, cuando los Somoza ordenaron censurar y cerrar a los medios de comunicación, provocando que los periodistas redactaran sus notas y transmitieran sus informes desde la clandestinidad, para no ser apresados, torturados o hasta asesinados.

DOS DÉCADAS EN PELIGRO

La periodista Montenegro advirtió que la Administración Ortega tiene en peligro los avances logrados durante las últimas dos décadas.

Por tal razón, Montenegro demandó a esa “minoría crítica” que está representada en el periodismo, a defender las libertades articulando esfuerzos.

“A la voz de monos, monos todos”, propuso Montenegro. “Nos toca ser el perro guardián de la democracia, nos toca jugar ese papel”, afirmó .

LA NOTA ROJA

Gonzalo Carrión, del Cenidh y uno de los expositores en el foro de ayer, demandó a los medios de comunicación mayor responsabilidad interna respecto a las noticias que publican.

Un ejemplo que brindó Carrión es la nota roja. Explicó que los medios informativos acostumbran presentar imágenes y fotografías de las personas que se suicidaron o perecieron en algún accidente sólo cuando son pobres.

CRÍTICA A GRANDES MEDIOS

Otros periodistas acusaron a los grandes medios de información de manipular la verdad, al igual que lo hace el Gobierno; y añadieron que no existe en el país ninguna fiscalización sobre los medios de comunicación.

“Aquí hablamos también de irrespeto a la libertad de expresión, cuando te cercenan una declaración, cuando en el mismo medio no se publica lo que vos decís y, como decía Mario Fulvio Espinoza, hay autocensura, o cuando no somos respetuosos del ejercicio profesional, entonces, ¿de qué estamos hablando sobre la libertad de expresión?”, dijo Mercedes Rivas, presidenta del Colegio de Periodistas.