viernes, abril 04, 2008
LAS ELECTRONICAS REFLEXIONES DEL COMA-ANDANTE
GATO POR LIEBRE UN PROBLEMA PARA CADA SOLUCION Y
Por Yoel Prado
Fidel Castro está demostrando una vez más su increíble habilidad política. Hace largo tiempo que no aparece en público para hipnotizar a las masas; sin embargo, el régimen que encabezó durante medio siglo continúa ahí, hipotecando el futuro de Cuba.
El ex gobernante ha logrado desterrar momentáneamente la palabra ''transición'' del diccionario político de la isla y escribir el término ''sucesión'' como única alternativa admisible.
Esa sucesión dinástica la encabezan los mismos fósiles que rodearon el trono desde el año 1959. Pero lo más asombroso es que tales guardianes de la ortodoxia están logrando lo que parecía imposible: que el mundo santifique la era de Raúl Castro como algo renovador. Que el pueblo de Cuba esté esperanzado es lógico, porque la situación es tan agobiante que la gente se conforma con tímidos cambios económicos. Pero que las naciones civilizadas acepten y amplifiquen como notables transformaciones lo que son meros ajustes administrativos o trucos publicitarios, raya en la tontería.
¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI alguien vea ''cambios esperanzadores'' en medidas elementales como que los cubanos puedan comprar computadoras, hornos de microondas y equipos de video? ¿Acaso es una proeza que los campesinos tengan mayor acceso a los machetes o que los enfermos puedan escoger una farmacia para adquirir sus medicamentos? ¿Es algo fuera de lo común permitir a los ciudadanos de la isla que se acerquen a los hoteles? Por favor, señores, seamos serios. Estos gestos de Raúl sólo dan la medida de cuán empobrecida, atrasada y surrealista es la Cuba de hoy.
En los próximos meses seremos testigos de otros movimientos presentados a la opinión pública como ''cambios estructurales''. Serán, esencialmente, pequeños agujeros para oxigenar un sistema que no admite verdaderas reformas. Así, gracias a una hábil maniobra de distracción, seguirá sobreviviendo un modelo político que parecía destinado a extinguirse. Y Fidel, desde el más acá o desde el más allá, reirá satisfecho al habernos vendido gato por liebre.
Yoel Prado
West Palm Beach
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