A Roberto, cuando hacemos el amor, se le calientan los testículos, dice una de ellas.
Parece que eso le pasa a todos los hombres, porque a Arturo también le sucede lo mismo', responde la otra.
Pues yo no me he fijado con Luis, pero esta noche lo sabré, dice la tercera.
Al otro dia, la mujer de Luis aparece con un ojo morado, un brazo enyesado y moretones por todo el cuerpo.
¿Qué te pasó?', inquieren preocupadas las dos amigas.
Fue Luis, responde.
¿Luis?,¿Pero, por qué te golpeó así?
Es que anoche, cuando haciamos el amor, le toqué los testículos para confirmar lo que habíamos hablado y, al sentir que los tenía calientes, le dije: se te calientan igualito que a Roberto y Arturo... Y ¡madres, que me surte!
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