Fecha: 26/12/2010
Indocumentados
El 2011 se perfila como uno de los más duros para los indocumentados en Estados Unidos.
- AFP
Estudiantes por el Dream Act se lamentan en Miami
The Associated Press
Cambio de enfoque
WASHINGTON, DC - El fin de año implica la transferencia del control de la mayoría en la Cámara de Representantes -de los demócratas a los republicanos- así como un cambio del enfoque de la inmigración en el Congreso.
En cuestión de semanas, el Congreso pasará de intentar acciones para la legalización de los indocumentados jóvenes a debatir si debe continuar el otorgamiento de la ciudadanía estadounidense automática a los hijos nacidos de padres que están ilegalmente en el país.
Tal enfoque severo y el discurso que lo acompañará con seguridad, será del agrado de los electores que ayudaron al Partido Republicano a lograr el control de la Cámara de Representantes.
Sin embargo, también podría perjudicar aún más los esfuerzos de esa fuerza política por allegarse una mayor cuota del creciente voto latino a fin de ganar la Casa Blanca y la mayoría en el Senado en los comicios del 2012.
A principios de la próxima sesión emergerá la legislación que someterá a prueba las interpretaciones de la 14ta Enmienda en lo que se refiere a la ciudadanía garantizada para los hijos nacidos de padres indocumentados.
Posiblemente le seguirán los intentos para obligar a los empleadores a utilizar un sistema de internet en desarrollo, conocido como E-Verify (Verificación en Línea), para que comprueben la estancia legal de todos sus trabajadores en Estados Unidos.
Podrían surgir propuestas para reducir el presupuesto federal a las ciudades que no hagan lo suficiente para identificar a las personas que se encuentran de manera ilegal en el país e intentos para reducir el número de inmigrantes indocumentados.
Derrota del Dream Act
Los demócratas concluyeron el año sin lograr por segunda vez la aprobación de la Ley de Ensueño, que habría permitido la oportunidad de legalización a cientos de miles de jóvenes indocumentados.
Los republicanos en la Cámara de Representantes intentarán llenar el vacío a la reforma de inmigración que dejaron los demócratas con una legislación diseñada para que los indocumentados hagan sus maletas y para disuadirlos de que vengan a Estados Unidos.
Los demócratas, que mantienen el control del Senado, asumirán el papel de defensores frente a la aplicación de medidas severas contra la inmigración, conscientes de que necesitan estar en buenos términos con los electores hispanos.
Pero la debilitación de su mayoría en el Senado y el interés en el 2012 podría disuadir a los senadores demócratas a que presenten algún proyecto integral de inmigración, o incluso un proyecto limitado que insinúe la concesión de la categoría de legal a los indocumentados.
El presidente Barack Obama podría fungir como el factor sorpresa.
Obama tiene a su disposición la facultad del veto si llegara a su escritorio un proyecto de ley que niegue la ciudadanía a los hijos nacidos de indocumentados.
Por otra parte, Obama también ha convertido las medidas severas contra los empleadores parte crucial de la táctica de su gobierno para aplicar la ley de inmigración.
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