El amor esta en todos lados, en una sonrisa,
en una caricia, en una mano extendida,
en el consejo de un amigo, en un abrazo en el momento justo,
en una palabra dulce cuando creemos desfallecer.
El amor esta en nuestro corazón y en el corazón del otro,
solo que a veces el señor orgullo, el señor inconformismo,
y la señora perfección no nos permite dar y recibir amor!!!
Recorrimos el cerebro humano y los cinco sentidos para buscarle el lado científico a esa dulce epidemia que es el amor.
Mariposas en el estómago, manos sudorosas, corazón a mil, “la mujer de mi vida”, “mi amor eterno” y todas esas cursilerías que se nos ocurren son solo un desequilibrio mental ocasionado por las sustancias químicas que habitan en la cabeza. En el mejor de los casos, este sentimiento no es más que la necesidad de la parte más primitiva de nuestro cerebro de transmitir el ADN a las siguientes generaciones y perpetuar la especie. Los científicos más radicales afirman que el amor no existe.
Según la biología, se trata simplemente de una borrachera causada por un explosivo cóctel de dopamina, norepinefrina y serotonina, tres químicos que produce el cerebro y que son los responsables de que algunos compren tarjetas de Timoteo, que otras pasen horas decidiendo con su novio quién cuelga primero y que los despechados quemen sus últimos cartuchos de dignidad rogándole de rodillas a su ex.
De todos modos, nadie puede negar que si el amor es una enfermedad, todos queremos contagiarnos y que, por más que digan que no existe, pasa igual que con las brujas: no hay que creer en él pero que lo hay, lo hay.
Los ingredientes
En vez de pintar corazones, las novias deberían pintar cerebros flechados, pues es ahí donde nace y muere el amor. Los principales responsables son los neurotransmisores, unos fluidos químicos que aumentan o disminuyen según los sentimientos y que envían señales al cuerpo sobre lo que debemos sentir. Los siguientes son los neurotransmisores culpables de tragas, tusas y hormonas fuera de control:
•El baile de la dopamina: esta sustancia arma una rumba en el cerebro. Cuando se dispara nos hace aumentar la atención en la persona que nos gusta, nos motiva a hacer cosas para impresionarla y es la causa de que pasemos noches sin dormir y perdamos el apetito sólo por estar pensando en “ese ser maravilloso”.
•Un trago de norepinefrina: este químico nos convierte en ese “alguien especial” con el que todos sueñan. Cuando sus niveles aumentan, nos convertimos en los novios ideales porque mejora nuestra memoria y permite que recordemos pequeños detalles de la otra persona y los felices momentos que hemos compartido juntos.
•La obsesión llega en forma de serotonina: cuando la dopamina y la norepi-nefrina aumentan, por lo general la serotonina disminuye. Esto produce en nosotros una especie de ceguera que solo nos permite ver las cualidades y omitir los defectos de nuestra pareja. También nos vuelve un poco obsesivos porque por su culpa no podemos pasar ni un minuto sin dejar de pensar en ella.
El amor está en la cabeza
Los cantantes han explicado en sus canciones los fenómenos bioquímicos que causan nuestros sentimientos. Este es el repertorio de los científicos del amor
•De rodillas te pido, te ruego, te digo que regreses conmigo, que no te he olvidado, Giovanny Ayala.
Todos los despechados pasan por dos etapas. La primera es un estado de negación en el que la dopamina y la norepinefrina se disparan y ponen a la persona en alerta máxima ante el peligro de perder a su pareja. Aquí es cuando los desesperados se aparecen con mariachis a las cuatro de la mañana y piden perdón de rodillas si es necesario. Si quien se asoma a la ventana no es la “ex” sino su nuevo novio, el entusado no tendrá más opción que entrar a la segunda etapa: la resignación. Aquí la persona por fin entiende que la lucha por su amada es caso perdido y sus niveles de dopamina empezarán a disminuir drásticamente.
•Mariposa technicolor, cada vez que me miras, cada sensación… Fito Páez
Para el cuerpo el amor es lo mismo que el miedo. En ambos casos el sistema nervioso vegetativo libera grandes cantidades de adrenalina, conocida como la “hormona del estrés”, que pone al organismo en estado de máxima alerta. El corazón se pone a mil porque necesita bombear más sangre a las células. Las mariposas en el estómago aparecen porque allí se disminuye el riego sanguíneo, ya que es más urgente dirigirlo a músculos como las piernas, por si es necesario huir. Tanta sangre en las piernas puede producir una sobreexcitación nerviosa y por eso las rodillas comienzan a temblar. La sangre también disminuye en las manos, por eso quedan heladas.
•Babe, I’m gonna leave you, Led Zeppelin
El amor eterno dura cuatro años, o por lo menos eso asegura la antropóloga Helen Fisher, quien dice que después de ese tiempo el cerebro se acostumbra y se vuelve insensible a los efectos de la feniletilamina, la dopamina, la noradrenalina y la serotonina. Cuando esto ocurre la sustancia clave es la oxitocina, conocida como la “hormona del apego”. Ella es la responsable de que las parejas sientan una fuerte unión después de hacer el amor.
•You’ll have me suicidal, suicidal / When you say it’s over, Sean Kingston
Este gordito jamaiquino dice una gran verdad en su canción ‘Beatiful girl’: una tusa mal manejada puede llevar al suicidio. Cuando nos abandonan sentimos tristeza, rabia y ansiedad, tres sensaciones asociadas a la depresión. Según los expertos, la parte más crítica de una tusa dura entre tres y seis meses; si después de ese tiempo el despecho continúa el duelo se ha vuelto patológico y lo más recomendable es buscar ayuda psiquiátrica.
•Soy el remedio sin receta y tu amor, mi enfermedad, Andrés Calamaro
Según el psiquiatra Álvaro Franco, Director de Investigaciones de la Universidad del Bosque,“el amor es un estado de desequilibrio bioquímico del cerebro”. Varios estudios han demostrado que estar “tragado” es muy parecido a sufrir un trastorno obsesivo-compulsivo. En ambos casos se han descubierto bajos niveles de serotonina, un neurotransmisor que hace que las personas no puedan pasar ni un minuto sin pensar en su media naranja.
•Pueden haber más bellas que tú, habrá otra con más poder que tú… pero tú eres la reina, Diomedes Díaz
Según el sexólogo John Money de la Universidad John Hopkins en Estados Unidos, entre los cinco y los ocho años las personas crean mapas, redes y circuitos intracerebrales que determinan por qué se enamoran de una persona y no de otras.
•Tú me dejaste caer, pero ella me levantó, Daddy Yankee
Cuando a alguien lo ‘echan’ o lo ‘zafan’, su cerebro comienza a extrañar las sustancias químicas que lo hacían feliz. Después del despecho, su organismo estará a la espera de que alguien más le active los neurotransmisores y lo haga volver a sonreír. Mientras se encuentra a ese “nuevo amor”, los médicos recomiendan comer chocolate para aumentar los niveles de serotonina y hacer ejercicio para liberar adrenalina… y verse más atractivos.
•Tu amor es como un tóxico, es un efecto narcótico, Chichi Peralta
El amor es una traba. Las endorfinas están compuestas casi por las mismas sustancias que el opio, por lo que los enamorados experimentan sensaciones muy similares a las que producen algunos estupefacientes. Los novios se vuelven dependientes de su pareja y sufren igual que un alcohólico cuando no tiene ni una gota en la botella.
•Cuando salgo de parranda muchas veces me distraigo con algunas amiguitas, Carlos Vives
Los seres humanos estamos programados para tener varias parejas. Algunos científicos afirman que el amor es solo un adorno que se le pone a la necesidad de transmitir el ADN a las próximas generaciones. En el fondo todos somos infieles, pues tener varias parejas amplía las posibilidades de reproducirnos.
Los cinco sentidos del amor
•Un olor a tabaco y Chanel me recuerda el olor de su piel, Bacilos
Aunque no huela a nada, todos los seres humanos venimos con perfume incluido. Sin darnos cuenta, vivimos envueltos en una capa de feromonas, que son las hormonas encargadas de atraer sexualmente a otra persona. Por eso se dice que el amor es ciego pero tiene muy buen olfato.
•Kiss me love, I’m bleeding inside, John Lennon
Un beso ejercita 30 músculos de la cara, duplica la frecuencia cardiaca y produce varias hormonas que aumentan las defensas del organismo. Durante un beso apasionado, las personas intercambian unas 40.000 bacterias, la mayoría de ellas inofensivas e incluso con propiedades desinfectantes. Además, la punta de la lengua es la parte del cuerpo con más terminaciones nerviosas, lo que garantiza una explosión de sensaciones agradables.
•Touch me baby, can’t you see that I am not afraid?, The Doors
Una caricia en el lugar y el momento indicado es casi milagrosa. Rozar suavemente la piel disminuye la presión arterial, aumenta la cantidad de oxígeno en las células, mejora el sistema linfático y, lo mejor de todo: descarga una avalancha de endorfinas que producen una gran sensación de placer y bienestar, por eso las llaman “hormonas de la felicidad”.
•Te veo y me siento como aquel que está muriendo de la dicha, Kaleth Morales
Según Helen Fisher, existe una razón evolutiva para que el sexo masculino “se enamore por los ojos”. Durante millones de años, los hombres han buscado parejas que luzcan jóvenes, sanas y fértiles, para que garanticen una buena descendencia.
•Love me, love me, say that you love me, The Cardigans
Si los hombres se enamoran por los ojos, las mujeres lo hacen por los oídos. El cerebro femenino está programado para fijarse más en la “belleza interior”, por eso tienen una mayor facilidad verbal que los hombres. Esto se debe principalmente a la hormona del estrógeno, que aumenta durante la mitad del ciclo menstrual y las vuelve más amables y conversadoras.
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viernes, diciembre 17, 2010
EL AMOR TIENE SU CIENCIA
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