1 CORINTIOS 10:13: No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.
La resistencia es un estado intermedio entre dos puntos extremos. Si yo estoy sosteniendo algo pesado por mucho tiempo, y pierdo fuerzas, mi resistencia cederá a la debilidad. La fuerza es lo que me da la resistencia. Cuando ella se acaba viene la debilidad.
En la vida espiritual sucede exactamente lo mismo. El resistir las tentaciones es un estado intermedio entre decirle “si” (la fuerza) o “no” (la debilidad) a Cristo. Nadie puede estar todo el tiempo resistiendo. Llegará un momento en que cederemos al control y la fuerza del Espíritu Santo o cederemos a la debilidad de nuestra carnalidad.
Nuestras tentaciones están controladas y supervisadas por el Señor. El no nos manda las tentaciones pues Dios no tienta a nadie. Lo que sí El hace es supervisar todo lo que hacemos en la vida. Su socorro y ayuda es tan preciosa que El no va a permitir que nosotros seamos destruidos ni vencidos. La única manera de que cedamos a la tentación es cuando ella empezó a gustarnos y agradarnos. La tentación es como la carnada para el pescador. Hasta que el pez no la muerda no quedará atrapado. Si en este tiempo de tentaciones clamamos por ayuda a nuestro Gran Dios, El con toda seguridad nos ayudará a resistir y a vencer. ¡Esto sí que es una buena noticia!
CONFESIÓN DE FE:
¡NO SERÉ TENTADO MAS DE LO QUE PUEDA SOPORTAR, PUES EL SEÑOR ME CUIDA CON SU GRAN PODER PARA QUE NO CAIGA DERROTADO!
ORACIÓN:
Señor, tu conoces este tiempo de tentaciones que estoy atravesando. A veces me siento acorralado por ellas, pero te pido que me guardes de ceder y ser derrotado. Ayúdame a triunfar sobre cada tentación y desde ya te doy las gracias. Amén.
viernes, junio 03, 2011
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