Cuando tengas un día de esos en que piensas "¡Odio mi trabajo!", haz lo siguiente:
En el camino de vuelta a casa desde el trabajo, para en una farmacia y ve hacia donde están los termómetros.
Tienes que comprar un termómetro rectal de Johnson & Johnson. Asegúrate de agarrar ese modelo y esa marca.
Cuando llegues a casa, cierra la puerta con llave, baja las persianas y descuelga el teléfono para que nadie te moleste durante tu sesión de terapia. Ponte ropa muy cómoda, como un camisón o pijama ligero, y échate en la cama.
Abre el paquete y saca el termómetro. Ponlo con cuidado sobre tu mesilla de noche para no romperlo.
Agarra el prospecto y léelo.
Encontrarás en letra pequeña la frase: "La calidad de cada termómetro rectal fabricado en Johnson & Johnson ha sido verificada personalmente".
Ahora cierra los ojos y repite en voz alta, al menos cinco veces:
¡Estoy tan contento de no trabajar en Control de Calidad en Johnson & Johnson!.
Que tengas un buen día y recuerda siempre que hay alguien con un trabajo peor que el tuyo.
jueves, enero 06, 2011
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