martes, diciembre 07, 2010

Nicaragua “enemiga” de Costa Rica

  • Así califica al país la presidenta tica, Laura Chinchilla

Para la presidenta Laura Chinchilla los tiempos de amistad y buenas relaciones con Nicaragua ya pasaron.LA PRENSA/ ARCHIVO/ESQUIIVEL

Tomado de La Nación.com

La presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla incluyó a Nicaragua en la lista de naciones “enemigas” de su país. En una entrevista con el costarricense diario La Nación, en medio de la XX Cumbre Iberoamericana en Argentina, reveló que perdió la confianza en Daniel Ortega un día después de la única conversación que sostuvo con él durante este conflicto y añadió que ella preferiría tener una menor popularidad, en lugar de enfrentar este problema. A continuación la entrevista completa.

René Castro (el Canciller costarricense) mencionó que este conflicto nació por una ocurrencia de último minuto de Edén Pastora. Algunos hablan de un canal interoceánico; otros hablan de una represa. ¿Cuál cree usted que es la verdadera intención de Nicaragua con este conflicto?

Yo hasta ahora me he negado a hablar de las intenciones que mueven al Gobierno de Nicaragua a hacernos el daño que nos está haciendo, porque no me corresponde.

No me corresponde ponerme en los zapatos de los gobernantes nicaragüenses. Lo que a mí me corresponde es defender nuestros intereses y alzar la voz, pero prefiero no incursionar en esa área especulativa sobre cuál fue el móvil.

Usted ha dicho que es difícil explicar a la comunidad internacional este tema. Hoy (el sábado), en la televisión pública argentina, un analista dijo que Costa Rica no tenía Ejército, pero autoriza embarcaciones artilladas de Estados Unidos...

Eso es falso. La prensa costarricense, no toda, le elevó el perfil a un nivel que no correspondía (a la autorización de ingreso de los barcos de Estados Unidos).

Antes de este conflicto, en las salidas que yo hacía, me dedicaba solo a aclarar el motivo de ese desembarco. Por supuesto que ahora nuestros enemigos, muy particularmente Nicaragua, más otros sectores, lo están utilizando en contra nuestra, pero cualquiera que vaya, sabe que eso es mentira.

¿Llamó a Daniel Ortega el 20 de octubre (inicio del conflicto)?

No, hasta ese momento yo entendía que la situación era manejable a nivel de las Cancillerías y localicé a René (Castro) para que se pusiera en contacto con la Cancillería nicaragüense. La conversación mía con Daniel no se produce sino hasta que el Secretario General de la OEA nos pone a conversar.

¿De qué hablaron?

Yo prefiero respetar el contenido de las conversaciones que no son autorizadas por ambos y yo creo que Daniel también lo ha hecho, si no ya lo habría contado. De la conversación hubo testigos, no es que fuese privada.

Lo que sí he dicho es que, en esa conversación (telefónica), ambos acordamos instruir a nuestros respectivos embajadores ante la OEA para que, el día que iba a tener lugar la Asamblea General, corriéramos la Asamblea para la tarde y que los embajadores buscaran una salida bilateral.

La sorpresa nos la llevamos al día siguiente cuando no solamente no se consiguió el acuerdo, sino que Nicaragua llegó a última hora con un documento que era una verdadera burla para nuestros intereses. Ésa fue la última vez que conversé con él y, a partir de entonces, ya no queremos más conversaciones, a menos que haya testigos de por medio.

¿Usted ordenó hacer la primera protesta diplomática?

No, la Cancillería sabe que tiene sus funciones, reaccionó de oficio como correspondía.

Al día siguiente (21 de octubre), produjo un fuerte impacto el ver a policías armados subiendo a un avión de tipo Caribú, aunque sabemos que es el único Caribú que tiene el Estado..

Diay, pero yo no podía mandarlos vestidos de cruzrojistas o de paramédicos. Es la Policía, era la Policía con los uniformes que tenemos y las armas que tenemos.

Lo que sí parece muy injusto es que se use eso, como algunos lo han querido dar a entender, para decir que fuimos nosotros los que provocamos la intervención de Nicaragua. Si esos policías hubiesen incursionado del otro lado del río San Juan, yo digo “nos lo merecemos”, pero llegaron hasta isla Calero y lo que se hizo ahí fue una inspección judicial.

Nicaragua usa el argumento de que cuánto invierte Costa Rica y cuánto invierte Nicaragua en seguridad. Ellos están utilizando las cifras del Ejército, deberían sumarles las de la Policía, pero además también todo hay que ponerlo en términos relativos.

El PIB de Costa Rica es más grande que el PIB de Nicaragua y, cuando vemos cuál es el porcentaje de lo que Nicaragua invierte en seguridad, es muchísimo más.

Costa Rica invierte el 7 por ciento de su PIB en educación y apenas invierte el 0.3 por ciento en seguridad. Nicaragua está invirtiendo el 1.26 por ciento de su PIB en seguridad; en educación debe ser una miseria, al parecer.

La última encuesta indica que la percepción sobre el Gobierno ha mejorado.

Yo preferiría que mi popularidad estuviese más baja y no tener este problema. Pensar en elevar la popularidad de un gobernante a costas de conflictos, me parece que es la actitud más irresponsable para con su propio pueblo.

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