martes, junio 12, 2007

NICARAGUA PUEDE QUEDAR EN CUARENTENA


“Nicaragua puede quedar en cuarentena”


Manuel Alcántara Sáez, catedrático de la Universidad de Salamanca.

Las relaciones que el presidente Daniel Ortega fortalece con Irán y otros países islámicos, podrían dejar a Nicaragua en cuarentena, de acuerdo al catedrático en Ciencias Políticas, Manuel Alcántara Sáez. La razón: el país podría ser el hotel de paso de miembros de células terroristas que planifican ataques.

Ludwin Loáisiga López

politica@laprensa.com.ni
China es más importante que Irán

Para Nicaragua, como para el resto de Centroamérica, debería estar más que claro que China, segunda potencia económica, es más importante que Irán. Y a partir de tal análisis, el experto en Ciencias Políticas, Manuel Alcántara Sáez, es del criterio que el presidente Daniel Ortega debió viajar al gigante asiático.

“Probablemente habría sido más importante para los intereses de Nicaragua que el presidente Ortega habría ido a China y no a Irán”, dijo Alcántara Sáez.

El catedrático agregó que es inevitable la adhesión a China Popular, como lo hizo Costa Rica, en detrimento de China Taiwán.

Sin embargo, Alcántara Sáez coincidió con el ex canciller de Nicaragua, Francisco Aguirre Sacasa, respecto a que las dos Chinas se unirán.

“Creo que sí, eso va a ir y no lo vamos a ver tan tarde. Sí se dará de una manera o de otra, se articulará. Todo el mundo decía que lo de Hong Kong sería imposible y ya ves cómo Hong Kong se ha podido articular perfectamente en China, éste es un caso distinto, pero no tanto”, explicó Alcántara Sáez.

La unión a China Taiwán, según expertos en política exterior, obedece a intereses comerciales.

Las “buenas amistades” del presidente sandinista Daniel Ortega podrían dejar a Nicaragua en cuarentena. “Torpemente”, advierte el catedrático español en Ciencias Políticas, Manuel Alcántara Sáez, Ortega podría ser utilizado por grupos islámicos con nexos terroristas y abrir de par en par las puertas a células que arribarían a este país con el único propósito de organizar ataques contra “sus enemigos”.

Alcántara, que en su niñez supo de Nicaragua a través de los poemas de Rubén Darío y en su juventud por el terremoto que en 1972 destruyó Managua, agrega que las declaraciones de Ortega en respaldo de Irán y de su presidente, Mahmud Ahmadineyad, son folclóricas.

En apoyo a Irán, Ortega dijo días atrás que Israel es un Estado “artificial”. “Es folclor”, comenta Alcántara Sáez, quien llegó al país en el marco de las relaciones entre la Universidad de Salamanca, España; el Instituto de Investigación Jurídica y la Asamblea Nacional.

El verdadero “riesgo”, dice el catedrático de la Universidad de Salamanca, está en la posible llegada de miembros de grupos terroristas que colocarían a Nicaragua bajo la lupa de todas las agencias de inteligencia.

Pero además, el Presidente nicaragüense protagoniza en la región Latinoamericana otra fuerte “amistad” con el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y con su construcción de una nueva polarización.

A mediano plazo, explica Alcántara Sáez, la dependencia de Ortega a Chávez y sus petrodólares no traerá graves consecuencias a Nicaragua, pero cuando se le consulta del resultado a largo plazo, el experto guarda silencio.

En términos globales, (Ortega) se acerca a Irán y ha dicho que Israel es un Estado artificial. ¿Eso, cómo se percibe a nivel mundial?

Pues se percibe en la reconstrucción de ese polo nuevo que se está articulando. Probablemente la observación a estas actitud es: ¿qué se le ha perdido en Irán? Salvo una declaración muy simbólica, salvo una declaración de molestar a Estados Unidos, pero en ese terreno Nicaragua es un actor absolutamente insignificante y si se me permite que sea muy poco académico, es un acto folclórico, de molestar a unos y a otros, pero no tiene una incidencia importante.

¿No corre ningún riesgo (Nicaragua) por tener tanta afinidad con un país acusado de seguir un programa nuclear que tiene crispadas a varias naciones?

Donde diría que hay más riesgos no es tanto en esto, sino en que Nicaragua ingenuamente y torpemente pudiera ser utilizada por expresiones de terrorismo internacional.

El riesgo es que se faciliten visados a ciudadanos que puedan atentar desde Nicaragua, moviéndose hacia otros sitios con objetivos terroristas, entonces me imagino que los países próximos a Nicaragua van a controlar y cerrar todavía más los flujos de ciudadanos que vengan desde Nicaragua, se va a mirar con mucha lupa todas las personas que embarquen de un vuelo de Managua y que vayan a Miami, o México, o a algún país grande de la región.

Siendo entonces Nicaragua una nación insignificante en términos globales, ¿el peligro que podrían ver las demás naciones desarrolladas es que de aquí partan todas las células terroristas?

Claro, ese es un peligro evidente, mucho más que el voto de Nicaragua en Naciones Unidas o la condena a Israel, porque son cosas muy simbólicas; pero lo que realmente preocupa a Occidente es el terrorismo islámico, entonces en la medida que puedan haber países, que no digo que los amparen, pero que por tener unas relaciones empiecen a dar visados, empiecen a dar facilidades de movimiento sin control, eso va a preocupar mucho a Occidente.

¿Qué provoca eso?

Lo que puede provocar es que Nicaragua empiece a ser observada en cuarentena y, como decía antes, que tome toda la atención de los servicios de inteligencia, más activa sobre los movimientos que se puedan producir.

EL OTRO AMIGO

¿Se siente a Daniel Ortega como un Presidente confrontativo, cinco meses después de asumir la banda presidencial?

No, porque probablemente la confrontación que terminó a finales de los años ochenta no sólo en este país sino a nivel planetario tenía un componente que yo creo que era mucho más duro, más ideológico que el actual y suponía de alguna manera que se habían ido asentando patrones de fuerte crispación y de fuerte conflicto a lo largo de fácilmente cincuenta años.

Hoy estamos en una nueva polarización que todavía no tenemos muy claro cuáles son verdaderamente los ejes, porque es una combinación errada, es una combinación del viejo nacionalismo populista con, digamos en términos globales, con elementos islámicos, con sociedades muy diferentes y con liderazgos muy diferentes, entonces es una combinación muy extraña que no va a producir los mismos efectos de la que terminó a finales de los años ochenta, donde el eje conductor era un proyecto liderado por un determinado tipo de partidos, llamémoslo Partido Comunista, que tenía una visión de la realidad heterogénea bastante homogénea.

¿En qué parte ubicamos a Ortega?, ¿en la parte más radical de esta polarización?

Ortega es Presidente de un país pequeño, además un país pobre, que tiene que buscar un espacio en esta lógica de poder internacional. Y sabiendo además que Ortega tiene un pasado, un currículum y que de alguna manera tiene que guardar cierta coherencia con ese currículum, lo extraño sería ver a Ortega como a un paladín y como un defensor a ultranza de la administración norteamericana. En ese sentido, creo que en Ortega hay una coherencia y en el ámbito Latinoamericano le lleva al polo que lidera Chávez ante una Cuba muy decaída y una Cuba que es absolutamente subsidiaria del petróleo venezolano y de la energía de Chávez.

¿Es peligrosa esa dependencia hacia Venezuela?

Mmmm... Yo creo que no, creo que no es dramático, creo que los actores políticos tienen que jugar sus cartas y si Ortega puede conseguir un trato de favor en el intercambio energético o en otro tipo de programa, pues bienvenido sea, la política finalmente es de actores que juegan por intereses. Ortega debe ser suficientemente amplio y listo para no enfrentarse con otros actores de este juego, que sepa no enfrentarse con Estados Unidos, con la Unión Europea, si él encuentra ese espacio de juego puede irle bien.

¿Va por ese camino?

Da la impresión que va por ese camino, no tengo todos los datos y hay poco tiempo de mandato, pero da la impresión de que Nicaragua va por ese camino, por ese camino de realismo.

Pero en términos regionales, se le muestra muy alejado de Brasil y Chile, por enfocarse mucho en Venezuela...

Sí, bueno, esa es la opción...

¿Y es peligrosa?

Mmmm... (Silencio)

¿A mediano plazo?

A mediano plazo no, creo que no porque el Gobierno venezolano a mediano plazo va a seguir existiendo y además porque a mediano plazo nada presume que el precio del petróleo se vaya a derrumbar ni nada de esto. Entonces a mediano plazo no lo veo peligroso, es una opción que a unos les puede gustar más que a otros, pero es una opción.

Está jugando entonces su mejor carta Ortega....

Yo creo que sí, creo que sí.

LAS LEYES

¿Se corre el riesgo de que las leyes se usen para crear nuevos tipos de dictaduras, presidentes que van a pasar más de diez años? Chávez ya lo tiene asegurado.

Es cierto, ese es el gran peligro. Es nuevo pero también es viejo, porque en el fondo es el engarce de dos expresiones de la política latinoamericana: el caudillismo, la existencia de hombres fuertes en el poder, y la otra es el populismo, el nacionalismo populista, expresiones de fuerte emotividad nacionalista muy vacía, pero fuerte, usando recursos energéticos en este caso y utilizados por la maquinaria del Estado para apoyar proyectos autoritarios y todo ello montado sobre una gran bolsa de desigualdad, que es el gran fracaso de los últimos cincuenta años.

Es muy posible que tengamos este tipo de actores durante mucho tiempo y Nicaragua, tengo la impresión de que la situación es muy distinta, entre otras cosas porque la oposición aparece mayoritaria y medianamente estructurada...

Pero dividida.

Exacto, pero no sería problemático que siguieran divididos, eso le concedería al sandinismo el Poder Ejecutivo, el problema es que esa división se descomponga más y termine siendo un grupo de opositores donde cada uno tire por su lado, sin cohesión interna y fácilmente cooptables por el poder.

El regreso al poder del presidente Ortega, 17 años después, ¿cómo se percibe esa noticia en el mundo?

En primer lugar, como algo que ratifica la normalización de la política en América Latina, en el sentido de que todas las opciones quedan abiertas para volver por métodos electorales al poder y esto que sucede en Nicaragua, lo hemos visto que sucede en Costa Rica, donde evidentemente la experiencia democrática es otra, pero también lo hemos visto en Perú.

Arias se le adelantó a Ortega

La decisión del Presidente de Costa Rica, Oscar Arias, de romper relaciones con China Taiwán para fortalecerlas con China Popular, era un movimiento que se esperaba más de Nicaragua y Daniel Ortega, de acuerdo al catedrático en Ciencias Políticas, Manuel Alcántara Sáez.

“La acción de Costa Rica es lo correcto, lo probablemente sorprendente es anticiparse a Nicaragua. Si alguien hubiera dicho o hubiera hecho este análisis hace tres meses, hubiera dicho que el primer país que va a recuperar las relaciones, por razones evidentemente ideológicas, de tradición, es Nicaragua”, dijo Alcántara Sáez.

Tras la movida de Arias, será cuestión de tiempo esperar que Nicaragua tome la misma dirección.

“Creo que Costa Rica lo ha hecho bien y en cuanto a la política de Managua es complicado, porque si se rompen relaciones con Taiwán ahora mismo, parecería que se está siguiendo la política del vecino; pero tampoco se puede esperar mucho tiempo, porque a lo mejor ya van Panamá o a lo mejor El Salvador y anticipan el movimiento de las fichas y resulta que Nicaragua podría quedar de último, así que es un problema allí de tiempos que evidentemente el presidente Ortega va a jugar”, comentó Alcántara Sáez.

“Taiwán ha sido visto como un amigo (...) pero creo que eso va a quedar de lado rápidamente, va a ser olvidado rápidamente, porque veo una enorme capacidad de presencia China en la región y de influencia”, concluyó Alcántara Sáez.

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