domingo, marzo 30, 2008

DENNOS SU VOTO POR OMETEPE, UNA MARAVILLA NATURAL EN NICARAGUA, PARA QUE SEA NOMINADA COMO UNA DE LAS 7 MARAVILLAS DEL MUNDO EN 2008








Todos a votar por Ometepe, una maravilla natural
Freddy Potoy Rosales
nacionales@laprensa.com.ni
Visión de nación para ganar

Los isleños no deben esperar a que el Estado organice algo que le corresponde a los nativos: una campaña nacional para convertir a la Isla de Ometepe en una de las Nuevas Siete Maravillas Naturales del Mundo.
Tienen que organizar un Comité Intermunicipal que trabaje en función de este evento. Estaría integrado por personas naturales, organismos no gubernamentales que quieran apoyar, autoridades locales y del Gobierno Central. Dentro de las personas naturales es importante integrar a señores de la tercera edad, para que ayuden a reeditar las memorias de Ometepe, a los jóvenes en cuyas manos está el futuro y a las mujeres, pilar fundamental de la familia y la sociedad. Una vez organizado, se debe conformar comisiones de trabajo en función de una campaña para votar por Ometepe. La participación ciudadana, la incidencia, la identidad y la promoción de valores deben ser elementos fundamentales dentro de este plan estratégico a partir de una iniciativa isleña, la que trascendería a todo el país. Es importante el apoyo del Gobierno y del sector privado. Hay que recordar que es el único lugar de Nicaragua que compite a nivel mundial. Igual se haría si fuera el Cañón de Somoto, el Río San Juan, las isletas de Granada, el volcán Mombacho u otras bellezas del país. En principio, todos los isleños deben votar, luego los rivenses, y en general, los nicaragüenses. El Instituto Nicaragüense de Turismo (Intur) ya debería tener organizado un plan general que implique que los nicaragüenses en cada departamento voten por Ometepe. Debería hacerse una movilización masiva para lograr este triunfo. El beneficio es para todos.
“Pueblo-hotel”, una nueva experiencia

La gente del sector turístico le llama “Pueblo-hotel”. Pero se trata de una experiencia de un grupo de familias que desde hace dos años ofrece servicios de alojamiento y comida tanto a nacionales como extranjeros. Están organizadas 14 familias de la comunidad La Paloma, jurisdicción de Moyogalpa. Han conformado la Asociación Puesta del Sol, en cuyo inicio ayudó mucho un ciudadano canadiense. Quienes se alojan en las casas de estas 14 familias pagan 15 dólares por día, incluyendo la comida. En cada vivienda hay al menos dos habitaciones disponibles para los turistas. Una de las características de esta experiencia del “Pueblo-hotel” es que los turistas comparten la vida cotidiana de esas familias, es decir, si tienen que ir a laborar al campo, los visitantes tienen la opción de acompañarlos, si quieren. “Comenzamos de la nada. Con lo que teníamos aquí en la casa iniciamos dándole albergue a un estadounidense”, dijo doña Ana Víctor, miembro de la Asociación Puesta del Sol, quien viven en su casa con su esposo y tres niños de 3, 8 y 11 años, respectivamente. Ella y su marido trabajaron en Costa Rica y con lo que ganaron regresaron a Ometepe a construir su casa con cuatro habitaciones, de las cuales dos están disponible para turistas. “Ellos (los turistas extranjeros) lloran al despedirse, porque se van felices. Tuvimos un grupo que duró un mes, eran 21 canadienses distribuidos en las casas de la Asociación. En junio viene otro grupo de 15 y estarán dos meses”, dice Víctor, quien luce motivada con su negocio familiar, puesto que ya no tiene que emigrar a Costa Rica para ganar dinero y sobrevivir con su familia. Ella y su marido también tienen un vivero de plantas medicinales y para reforestación, del cual obtienen beneficio.

Los isleños requieren apoyo para desarrollar la zona, pero a la vez conservando este patrimonio, para evitar privatizaciones de playas y desnaturalización del “Oasis de Paz” con actividades reñidas con la ley y sus costumbres

Las bellezas que ofrece la laguna en el cráter del volcán Maderas, a 1,324 metros de altura, o el contraste de un frío intenso con unos 10 grados centígrados en el verano y un calor bajo los pies al mismo tiempo, a la orilla de la boca del Concepción, a 1,610 metros de elevación, así como los ríos, decenas de kilómetros de vegetación, el salto de San Ramón, la cantidad de petroglifos, la diversidad de flora y fauna, las playas, la historia de los cementerios indígenas, entre otras cosas, hablan del “Oasis de Paz”.

Ometepe no sólo es lo anterior, sino su gente hospitalaria, un alto nivel de seguridad ciudadana, cultura indígena. En este lugar se produce mucho plátano para el mercado local y se exporta hacia países centroamericanos. También se cultiva café, arroz, frijoles, maíz. Es un lugar que aún tiene muchas cosas por conocer.

Como en otros lugares de Nicaragua, en esta isla de 276 kilómetros cuadrados y con más de 35 mil habitantes, se conservan costumbres heredadas de la cultura indígena.

TRABAJAN EN LINEAMIENTOS ESTRATÉGICOS

Rubén Rivera Amador, coordinador de la Comisión Intermunicipal de Turismo (CIT-Ometepe), después de mostrarse satisfecho porque Ometepe participa en el concurso internacional de las Nuevas Siete Maravillas Naturales del Mundo, explicó que en este lugar se trabaja en lineamientos estratégicos de la actividad turística, lo cual implica analizar los tipos de construcción, zonas de desarrollo, lugares de posible impacto negativo y actividades a realizar en ciertos sitios según el entorno que exista.

Además, los miembros del sector turístico, según Rivera Amador, capacitan a su personal y a pequeños y medianos empresarios, señalizan las zonas que se deben cuidar, trabajan en función de un ordenamiento territorial y turístico, así como en un plan de seguridad ciudadana.

Otras actividades que impulsan en Ometepe son el registro del ingreso de turistas y la promoción de esta isla como destino turístico mundial.

“Los lineamientos, el estudio de un censo y el ordenamiento turístico son elementos que nos permiten proyectar la visión de futuro en cuanto a la oferta y demanda, respetando la naturaleza de la Isla de Ometepe”, destacó Rivera Amador.

Agregó: “No podemos permitir, por ejemplo, que en un sólo espacio se construyan 100 habitaciones lujosas, porque eso implicaría el desplazamiento no sólo de personas, sino de la fauna y perjudicaría la a flora”.

CAMPAÑA PARANO VENDER TIERRAS

Planteado lo anterior, Rivera Amador dice que se hará una campaña educativa orientada a los dueños de bienes inmuebles de Ometepe para evitar que vendan sus propiedades y que, por el contrario, se beneficien de lo que se desarrolla con el turismo.

En la isla hay personas que han vendido varias manzanas de tierras en el sector del volcán Maderas, a extranjeros y nacionales, y el temor es que esta gente que no es nativa empiece a desnaturalizar el “Oasis de Paz”.

“Venimos de la agricultura y necesitamos capacitarnos para desarrollarnos. Necesitamos capacitaciones a mayor nivel, porque la demanda es evolutiva. Los segmentos de turistas van mejorando y tenemos el reto de mejorar”, sostuvo Rivera.

Según Rivera Amador, hay unas 150 pequeñas y medianas empresas en el sector turístico que benefician con distintas modalidades de trabajo a centenares de personas.

“Se trabaja en el encadenamiento agrícola, que significa que las comunidades produzcan más y abastezcan al sector turístico”, explicó el coordinador de CIT-Ometepe.

OFERTAS JUGOSASPOR LAS TIERRAS

Sobre el tema de vender las propiedades, el propietario del Hotel Santo Domingo, el ingeniero Alcides Flores, es otro de los isleños que estima que se debe apoyar a la población para evitar este fenómeno.

Pero dicho apoyo también debe involucrar al gobierno central a través del Instituto Nicaragüense de Turismo (Intur), para que las tierras de Ometepe no caigan en manos de personas que más bien puedan perjudicar el hábitat de la isla.

Flores recordó que en una ocasión, un político junto con empresarios que tienen capital invertido en Nicaragua, llegó con pretensiones de comprarle propiedades que tiene a la orilla de las mejores costas de Ometepe, pero él rechazó esa oferta.

“PONELE PRECIO A TUS 30 MANZANAS DE TIERRA”

Rubén Rivera Amador, quien también es propietario del famoso Charco Verde, en la comunidad de San José del Sur, a orilla de otra preciosa costa de la isla, comentó, con un poco de molestia, que un enviado de, probablemente, fuertes empresarios le dijo: “ponele precio a tus 30 manzanas de tierra”. Esta propiedad está a la orilla del lago, que incluyen su hotel, el restaurante, un auditorio y otros bienes.

“(Sonríe con la mirada fija en el Lago Cocibolca). Yo le dije que no vendía, que no estaba interesado y por eso no tenía ningún precio para la propiedad. Esto me ha costado a mí, a mi esposa, a mi familia y esto es el futuro de mis hijos”, dijo Rivera Amador.

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