MEXICANOS ·"NUTREN" A LA GUERRILLA.

Mexicanos ‘nutren’ a la guerrilla
ALEJANDRO JIMÉNEZ
El Universal

Domingo 16 de marzo de 2008

Muchos paisanos se integraron a organizaciones insurgentes de América Latina entre los años 60 y 80; los más codiciados eran los técnicos y los científicos. Mientras algunos llegaron a cargos destacados, otros morían víctimas de la tortura

La presencia de ciudadanos mexicanos en guerrillas latinoamericanas no es nueva. El salvadoreño Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) y el nicaragüense Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) se nutrieron en la década de los 70 y 80 de compatriotas que les aportaron conocimientos y habilidades técnicas de las que en sus países no abundaban.

Reclutados en movimientos de solidaridad internacionalista, grupos de defensa de derechos humanos y aun en comunidades eclesiales de base con sede en México, los mexicanos eran seleccionados según su carrera profesional. Médicos y técnicos de radiocomunicación eran de lo más codiciado.

El caso de El Salvador es paradigmático. El FMLN llegó a otorgarles importantes rangos militares a mexicanos como Margarita Zapata (nieta de Emiliano Zapata), Araceli García, José Quesada del Río, Socorro Álvarez, Rafael Moreno Villa, los doctores Carlos Miyazaki y José Carrillo, y los técnicos Epigmenio Ibarra y Héctor Ángel Ibarra Chávez, entre muchos otros que se fueron de manera dispersa al frente de batalla.

Es precisamente Héctor Ibarra quien ha plasmado mejor sus experiencias de combate en el libro de 500 páginas Historias de barro, su bitácora de guerra desde que llega a El Salvador en octubre de 1982 hasta que sale en 1991.

De oficio técnico de Teléfonos de México, Ibarra no revela qué grupo lo contactó para irse a ser operador de Radio Venceremos y a luchar como internacionalista, pero su modesta posición creció hasta hacerse operador militar de importancia en la zona de Morazán.

Allá tuvo contacto con otros mexicanos, como Socorro Álvarez, Marianita, quien alcanzó el rango de subcomandante y dirigió la Radio Venceremos; y al doctor de la Universidad de Guadalajara Carlos Miyazaki, quien llegó al frente de lucha en 1979, contactado por integrar aquí el Comité Mexicano Pro Derechos Humanos en El Salvador.

Nicaragua abrevó de la solidaridad mexicana desde los años 60, cuando el FSLN apenas se organizaba en Honduras, hasta donde llegó el sinaloense Víctor Tirado López, quien alcanzó el puesto de comandante sandinista.

Otro caso destacado fue el de Araceli Pérez Darias, joven sicoanalista que a mediados de la década de los 80 quedó enganchada de la retórica de Ernesto Cardenal e imbuida de nueva trova y fervor socialista se fue al combate. Murió abatida en la provincia de León junto con su pareja, Joaquín Cuadra, cuando el Ejército somocista buscaba a Edén Pastora, el legendario Comandante Cero. La Casa de la Amistad México-Nicaragua lleva actualmente el nombre de ella.

En Guatemala también hubo mexicanos, como Eunice Campirán Villicaña, nacida en Toluca, y su esposo David Aguilar Mora, quienes en 1961 se contactaron con el Partido Obrero Revolucionario guatemalteco, de tendencia trotskista. Tenían la tarea de conformar el frente urbano de masas del grupo guerrillero MR-13. Sin embargo, en 1966 son detenidos y torturados hasta la muerte.

La mexicana Raquel Gutiérrez había militado en las Fuerzas Populares de Liberación de El Salvador, pero se casó con Álvaro García Linera, ideólogo del boliviano Ejército Guerrillero Tupak Katari, grupo fundado por el dirigente sindical Felipe Quispe, que protagonizó algunos atentados contra torres de alta tensión en La Paz, en 1991, en los que murieron dos de sus militantes. Un año después ella va a la cárcel, donde pasa cinco años.

Actualmente, García Linera, integrante del Movimiento al Socialismo, es vicepresidente de Bolivia, bajo las órdenes del presidente Evo Morales.