lunes, marzo 10, 2008
"LAS FARC, CON UNA MANO SOBRE LA MESA"
LAS FARC, CON UNA MANO SOBRE LA MESA
Es el momento de negociar
Muerte de 'Ríos' puede tener un efecto más contundente y demoledor dentro de Farc que la de 'Reyes'
Siempre pensé que los miembros del secretariado de las Farc solo tenían dos formas de morir: o lo hacían de muerte natural, como Jacobo Arenas, que murió de infarto, o morían en su ley, disparando desde las trincheras mientras caían abatidos por bombas inteligentes, como de hecho murió 'Raúl Reyes'.
Sin embargo, confieso que nunca me imaginé que un miembro del secretariado fuera a morir como 'Iván Ríos': asesinado por sus hombres de confianza, no como un revolucionario, sino como cualquier narco que se envalentona y termina como 'Jabón', acribillado por sus segundos. El jefe de la seguridad de 'Ríos' no solo lo mató a sangre fría, sino que le cortó una mano -en la época de la Violencia se cortaban orejas- para llevarla como prueba fehaciente ante un batallón del Ejército y poder cobrar así su recompensa. (Recompensa que, dicho sea de paso, sería otorgada al asesino de 'Ríos', a pesar de los grandes cuestionamientos éticos que suscita, lo cual demuestra que en esta guerra contra las Farc, el gran sacrificado sigue siendo nuestro Estado de Derecho).
Pero volvamos a la forma como murió 'Iván Ríos'. Su muerte demuestra que las Farc son una guerrilla en descomposición, cuya tropa parece haber perdido la moral para seguir combatiendo. En ese sentido, la muerte de 'Ríos' puede tener un efecto mucho más contundente y demoledor dentro de las Farc que el que tuvo la muerte de 'Reyes', y puede conducir a incrementar considerablemente las deserciones, ya de por sí numerosas. La situación de los miembros del secretario es insostenible: de ahora en adelante, a ellos les toca protegerse hasta de su sombra, porque se han convertido en el botín de guerra de sus propias huestes. Una guerrilla así de descompuesta no puede estar cerca de la toma del poder por la vía armada, como los del secretariado siguen creyendo, ni en capacidad de representar a los que dicen representar. Una guerrilla así, de lo único que está cerca es de su destrucción moral, que en una guerra puede ser más letal que una derrota militar.
Es probable que las Farc estén llegando a un punto de no retorno en donde solo tienen dos posibilidades: o escalar la guerra acudiendo a actos terroristas o decidir negociar con el gobierno del presidente Uribe una salida política que termine esta guerra que tanto nos ha cambiado a los colombianos. Lo primero lo han venido anunciando desde hace un tiempo, pero hasta ahora no lo han podido hacer, debido en gran parte a los éxitos obtenidos en la lucha contra las Farc por Uribe. En cuanto a la segunda posibilidad, este sería el momento indicado para que los miembros del secretariado que aún tienen las manos completas reflexionaran sobre la inutilidad de una guerrilla autista que ya no puede llegar al poder por la vía armada. Ni la Cuba de Fidel lo cree, y ni siquiera su buen amigo el presidente Chávez, quien en la farsa tropical del viernes, en Santo Domingo, afirmó que él también les ha dicho en muchas formas que eso de la toma del poder por la vía armada es un imposible.
Lo que los miembros del secretariado deberían preguntarse no es si vale la pena morir como murió 'Reyes' o 'Ríos', sino hasta qué punto vale la pena seguir en el monte defendiendo una guerra absurda, que en lugar de acercarlos al sueño revolucionario los acerca a los 'paras', a los narcos y al bajo mundo.
Qué sentido tiene, le pregunto a 'Alfonso Cano', seguir enmontado, traqueteando con ilegales de al lado, con el fusil al hombro, si la toma por la vía armada es un imposible? ¿Qué puede esperar, le vuelvo a preguntar a 'Cano', una guerrilla en estas condiciones sino su autodestrucción y su paulatina descomposición?
Las Farc nunca han mostrado realmente una voluntad de paz y siempre han utilizado los procesos de paz para fortalecerse, como de hecho sucedió con el de Belisario y el de Pastrana. Sin embargo, tal como están las cosas, las Farc deberían aprovechar este momento para la reflexión y entender que hay un país que no solo los repudia sino que está dispuesto a ir hasta el infierno y volver por el prurito de aplastarlas. En esa guerra perdemos todos. Pero las que más pierden son las Farc, que ya comienzan a verse mancas.
María Jimena Duzán"
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