martes, febrero 05, 2008
BAJO LA BANDERA DE PEDRO JOAQUÍN CHAMORRO.
(Editorial La Prensa 050208
Al doctor Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, Director Mártir de LA PRENSA, lo matan y vuelven a matar con cada agresión contra el sagrado derecho a la libertad de prensa. O sea que mataron otra vez al doctor Chamorro Cardenal quienes después del derrocamiento de la dictadura somocista, en julio de 1979, establecieron y/o ayudaron a establecer una nueva dictadura que en muchos aspectos fue peor que la somocista; lo volvieron a matar los que impusieron y los que justificaron la censura de prensa que comenzó desde el mismo inicio del gobierno sandinista, la persecución contra los periodistas independientes, los ataques de turbas y los cierres del Diario LA PRENSA.
En realidad, si la dictadura del FSLN de 1979 a 1990 dividió, censuró, acosó y hasta quiso destruir a LA PRENSA, fue porque nos mantuvimos fieles al principio que el doctor Chamorro Cardenal nos dejó establecido como una enseñanza: “Sin libertad de prensa no hay libertad de conciencia, sin libertad de prensa no hay libertad de pensamiento, sin libertad de prensa está disminuido incluso el derecho a la vida… sin libertad de prensa no hay libertad”.
Después que asesinaron al doctor Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, el 10 de enero de 1978, LA PRENSA luchó sin tregua ni descanso contra la dictadura somocista, hasta que esta fue derrocada por el pueblo. Y cuando la revolución democrática fue traicionada y desviada por el Frente Sandinista hacia la imposición de una nueva dictadura, LA PRENSA no tuvo una actitud complaciente; no se puso al servicio de los nuevos dictadores sino que combatió de manera resuelta a aquella nueva dictadura que, entre muchos otros desmanes, impuso la censura de prensa desde que se estableció el gobierno sandinista, impidió la libertad de expresión y reprimió al periodismo independiente. Fueron otros, quienes ahora difaman a LA PRENSA y se arrogan el derecho de darnos lecciones de “verdadero” periodismo democrático, los que en tiempos de la dictadura sandinista asumieron la actitud que denunció el doctor Chamorro Cardenal durante el régimen somocista: se alegraban con el silencio, impedían la crítica, se felicitaban de vivir en un sistema de censura y temían a la verdad.
Ahora LA PRENSA también ha sido víctima de difamatorios ataques, porque publicamos una entrevista en tres partes con Anastasio Somoza Portocarrero, a quien se señala de haber estado implicado en el asesinato del doctor Pedro Joaquín Chamorro Cardenal. Esa entrevista fue hecha y publicada en el contexto de la conmemoración del trigésimo aniversario del asesinato de nuestro Director Mártir, con un estricto sentido periodístico ético y profesional; considerando que LA PRENSA es una tribuna para la búsqueda de la verdad y la defensa de la justicia, y por lo tanto una vitrina pública en la que se informa de todo lo que tiene valor noticioso e interés ciudadano, lo mismo que se entrevista y presenta a personas “buenas y malas” dejando a los lectores la potestad de creer o no lo que dicen los entrevistados.
Publicamos la entrevista con Anastasio Somoza Portocarrero, además, con el sano y legítimo propósito de seguir ahondando en los entretelones del asesinato del doctor Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, porque es de nuestro máximo interés que la investigación de aquel abominable crimen se siga ahondando para que algún día se conozca por fin quienes fueron en realidad todos los implicados. Por eso tratamos también de obtener declaraciones de Silvio Peña Rivas, quien fuera el principal de los acusados y condenados por el asesinato del doctor Chamorro Cardenal, pero no quiso hacer declaraciones para LA PRENSA.
También es importante dejar claro que la entrevista con Anastasio Somoza Portocarrero no era para avalarlo de ninguna manera, ni para hablar sobre otros asuntos en los que estuvo involucrado cuando fue alto oficial de la Guardia Nacional, como la represión criminal que el régimen somocista realizó contra la población nicaragüense durante la guerra de 1977 a 1979. Y tampoco ese trabajo periodístico era para referirse a las brutalidades que se cometieron en el otro bando de la guerra civil.
De todas maneras, la publicación de la entrevista con Anastasio Somoza Portocarrero no tenía la intención de lastimar la sensibilidad de nadie, y por eso fue hecha con el mayor cuidado e interés profesional. Reconocemos sin embargo, el error de haber destacado demasiado las fotos del entrevistado en la portada de LA PRENSA, lo cual lamentamos. Pero también tenemos que lamentar la arrogante descalificación que se ha querido hacer de uno de los periodistas profesionales más prestigiosos que hay actualmente en Nicaragua, el señor Fabián Medina, quien se desempeña como uno de los jefes de Información de LA PRENSA y fue el autor de la entrevista mencionada.
Nosotros respetamos, aunque nos parece presuntuoso, el “derecho” que se arrogan algunas personas de pretender imponer sus criterios de ética periodística, de determinar a quiénes se debe entrevistar o no, e indicar cómo deben ser las entrevistas. Con nuestra labor informativa e investigadora no pretendemos dar clases de periodismo a nadie. Sólo queremos hacer nuestro trabajo de buscar la verdad y promover la justicia, para el servicio de los nicaragüenses, y reclamamos nuestro derecho de que nos lo dejen hacer. Esa es la bandera que nos legó el doctor Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, la cual enarbolamos con orgullo y firmeza, a despecho de todas las adversidades que tengamos que enfrentar.
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