Por: Moisés Absalón Pastora.
DETALLES DEL MOMENTO.
No cabe duda que en el escalafón talibánico del FSLN el más inalcanzable de todos es Gustavo Porras, alias “El Pulpo”. Diputado ante la Asamblea Nacional, Presidente del COMPES, Secretario de FETSALUD, cabecilla del FNT, jefe de las turbas divinas y dueño de las calles, hoy se prepara para agenciarse otro cargo más; Rector de la Universidad Nacional Autónoma de Managua.
La intención es que la rectoría que en junio próximo abandonará Francisco Guzmán, otro connotado promotor de los quema llantas, quede oficialmente en poder del gobierno y desde ahí lanzarse sobre una nueva presa en sus propósitos de dominio como es la Presidencia del Consejo Nacional de Universidades desde donde se administran y distribuyen millonarios recursos del erario público que ahora pretenden ser manoseados por la Juventud Sandinista 19 de Julio.
Particularmente para el estudiantado ésta no puede ser una buena noticia. Cercenado el 6% constitucional que está siendo retomado nuevamente como una bandera de lucha, aunque en ella ahora resulta ausente el orteguismo; Debilitada, cuestionada y sin representatividad, la dirigencia oficialista del gobierno en la UNEN, Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua, el FSLN observa en el horizonte un problema serio con aquellos universitarios que con visión independiente reaccionen enardecidos con planteamientos que originados del presupuesto que le están cercenando desemboquen en demandas que vayan más allá de esto y las calles entonces se conviertan en un escenario lapidario y lacrimógeno contra la dictadura que afecta al país y a las familias de toda Nicaragua.
Tratando de conjurar lo que podría ser una melcocha de su propio chocolate los cabecillas de UNEN, en medio de sus enormes problemas internos generados por malos manejos administrativos, que los llevaron a asaltar y pegarle fuego a su propia sede; de sus contradicciones partidarias y de la repulsa que el estudiantado en general siente por ellos, se han dado a filtrar la designación del empresario-sindicalista de Gustavo Porras como el próximo rector en un intento desesperado para dar un giro contrario a la autonomía universitaria y evitar a toda costa esa explosión social de la que tanto se habla y cuya onda expansiva podría desencadenar una violencia con tintes de revuelta fuera de todo cálculo.
Hay entre los universitarios una calistenia de lucha que va en ascenso. Comenzamos a observar otra vez las barricadas y los morteros. Esa nueva sabia de rebeldía universitaria empezó con pocos evidenciando un distanciamiento extremo con los oficialistas en la UNEN y ahora son más y aunque hablan del 6% que les quieren recortar ya expresan elementos adicionales en su protesta y acusan el empobrecimiento en sus hogares para proclamar inadmisible lo que les quieren quitar porque no tienen capacidad para compensar la devaluación de sus becas, la compra de sus herramientas de estudio, sus espacios como residentes y otras prerrogativas que como todo lo que cae en manos del orteguismo pasarían por una revisión ideológica de los becados a fin de identificar a quienes están con ellos y quienes están contra ellos.
Gustavo Porras decía recientemente que uno de los logros del orteguismo en el poder o de su jefe presidente es que las asonadas terminaron porque ahora el pueblo está contento con lo que tiene. Cuando escuché la expresión no pude menos que tirarme una carcajada y concluir que aquello no fue otra cosa que el descarado cinismo de un bárbaro de marca mayor. Nadie ignora en nuestro paisito de donde se originaron las asonadas en tiempos de Violeta Barrios, Arnoldo Alemán y el ingrato de Enrique Bolaños. Tampoco los fines que se perseguían y los daños económicos y morales que causaron y si ahora esas asonadas no existen es porque los asonadistas gobiernan desde arriba.
Por lo anteriormente expresado el orteguismo va por la rectoría de la UNAN y la presidencia del Consejo Nacional de Universidades para administrar o manipular a conveniencia, a través del “Pulpo” de Gustavo Porras, la Autonomía Universitaria de la cual antes decían ser indeclinables defensores y hoy sus más evidentes depredadores. El orteguismo tiene miedo a los mismos métodos que enseñaron para desequilibrar y frenar los avances que los gobiernos democráticos lograron para desarrollar el país. Hoy esas armas apuntan hacia ellos y con mucha mayor razón porque Nicaragua claramente camina hacia atrás como el cangrejo.
El orteguismo, la UNEN y la Juventud Sandinista no saben qué hacer para recuperar el control en la UNAN. La correlación de fuerza no la sienten de su lado. Ahora buscan como frenar toda logística que permita a los nuevos demandantes del 6%, a los que llaman hijos de oligarcas, catapultar la legitimidad de su lucha amenazando con suspender las becas a todos aquellos que insistan en cuestionar al orteguismo.
Para frustración de los rojo y negros los nuevos “muchachos” no dan muestra de sentirse amilanados, ni amedrentados. Por el contrario ya hablan de marchar por las calles que según el “Pulpo” Porras le pertenecen. Veremos en qué desemboca la rebeldía estudiantil pero a mí en lo personal me gustaría que terminaran siendo un ejemplo para la oposición de Nicaragua para que ésta pase de la palabra a los hechos.
POR NICARAGUA CUESTE LO QUE CUESTE ASI PENSAMOS EN EL MOMENTO.
Moises Absalon
miércoles, octubre 28, 2009
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