lunes, octubre 19, 2009

VENEZUELA Y EL NEOCOMUNISMO DEL SIGLO XXI

El petróleo genera en Venezuela noventa y tres de cada cien dólares que ingresan al país por exportaciones, y financia también cerca de la mitad del presupuesto del Gobierno. Pero además, el petróleo venezolano financia las aventuras de Hugo Chávez para tratar de expandir su llamado “socialismo (o neocomunismo) del siglo XXI”. Si bien es cierto que la crisis financiera internacional ha generado una menor demanda por petróleo y ha afectado las cifras macroeconómicas de Venezuela, han sido las políticas retrógradas y populistas del presidente Hugo Chávez las principales causantes de la crisis económica de aquel país y de la galopante inflación que azota en estos momentos al pueblo venezolano.

Chávez ha “comprado” empresas nacionales y extranjeras para luego administrarlas de forma ineficiente, agravando aún más el problema del déficit fiscal del país. Ha instaurado el control de precios sobre los productos de la canasta básica. Ha intervenido por uno u otro motivo empresas privadas nacionales y extranjeras, de forma temporal o definitiva, ahuyentando la Inversión Extranjera Directa (IED) y nacional, del país. Ha instaurado el control cambiario de moneda, creando una enorme brecha entre el tipo de cambio oficial y el que el ciudadano común y corriente encuentra en las calles. De manera que ha creado un mercado negro en el cual se vende la divisa a más del doble de la tasa oficial de 2.15 bolívares por dólar.

No es por casualidad, pues, que en los últimos reportes de “Doing Business”, del Banco Mundial, y del Índice de Competitividad, del Foro Económico Mundial, aplicables para el año 2010, Venezuela presenta serios retrasos y caídas en sus posiciones respecto al resto del mundo.

En cuanto a la facilidad para abrir, mantener y cerrar un negocio, que es lo que mide “Doing Business”, Venezuela ocupa el lugar ciento setenta y siete de los ciento ochenta y tres países monitoreados.

Esta cifra es debida, entre otras cosas a la política de cero despidos de los trabajadores en el sector privado. Tal “incentivo perverso” ha traído como consecuencia la no contratación de nuevos empleados y ha aumentado la creciente y ya elevada tasa de desempleo en aquel país.

El control de precios de productos de consumo masivo también ha tenido un resultado contrario al esperado. Éste es otro ejemplo más de “incentivos perversos”, ya que al provocar escasez por tales controles de precios se ha provocado el racionamiento de alimentos.

El estudio del Foro Económico Mundial sobre competitividad, que se realiza cada año, está a cargo de un grupo de prestigiosos economistas coordinados por el español Xavier Sala-i-Martín y analizó este año los datos y perspectivas de ciento treinta y tres economías del planeta. El informe tiene en cuenta magnitudes macroeconómicas como el tamaño del mercado, las políticas económicas, la legislación, las infraestructuras, el IED y la situación del mercado laboral. Este año Venezuela ocupa el lugar 113 de los 133 países analizados

Toda esta situación se ha traducido para el pueblo venezolano en que su país es vulnerable en todos los sentidos. Venezuela es vulnerable alimentariamente hablando. Es un país inseguro estratégicamente. Se ha convertido en un factor de inestabilidad regional, ya que Chávez, por la paranoia que es típica de dictadores y megalómanos, se ha enfrascado en una escalada armamentista que pretende llevar hasta el extremo nuclear. En lo externo, las amenazas de Chávez contra Colombia se han convertido en el eje de su política regional, y en lo nacional la criminalidad y la inseguridad ciudadana han hecho de Caracas una de las capitales más peligrosas de América Latina.

La demanda nacional en rubros básicos como leche, carne, azúcar, maíz amarillo, arroz o café, es muchísimo mayor que la oferta disponible en el país. Escasean los insumos y la tecnología agroindustrial importada a través de la IED, dada la inseguridad jurídica necesaria para invertir en el agro.

El déficit fiscal ha tenido que ser financiado con deuda pública, la cual se estima llegará a los 15,800 millones de dólares a fines de este año.

En fin, Venezuela se enrumba a convertirse en una réplica del fallido comunismo del siglo XX imperante en Cuba. Y en eso mismo podría convertirse Nicaragua, que está en poder de un matrimonio bipolar empecinado en instaurar una dictadura familiar, que pretende ser revolucionaria pero es más bien oligárquica y reaccionaria.

Más información en www.laprensa.com.ni >>

No hay comentarios.: