viernes, febrero 11, 2011

Mubarak: La caída de un sobreviviente




Fecha: 11/02/2011


The Associated Press
Sobrevivió 30 años todo tipo de ataques, menos la revuelta


EL CAIRO - Sobrevivió a intentos de asesinato y a una crisis tras otra en Medio Oriente. Fue un aliado firme de Occidente cuya imagen estable tranquilizaba a muchos egipcios. Pero Hosni Mubarak dejó el viernes la presidencia como un símbolo de lo que estaba mal en Egipto: la corrupción, la represión, las esperanzas perdidas de un gran sector empobrecido.

Tras casi tres décadas en el poder, la renuncia de Mubarak era difícil de imaginar para la mayoría de los egipcios hasta hace pocas semanas. Año tras año, a medida que envejecía, la gente veía sus mismas apariciones acartonadas en la televisión: el traje y corbata, el dedo índice apuntando al cielo, la imagen de "padre de la nación".

Ante las protestas que sacudieron a Egipto, Mubarak intentó presentarse como el único resguardo ante el caos, como lo había hecho con éxito muchas veces. Pero los ataques impunes de sus simpatizantes contra los opositores mostraron que el verdadero anclaje de su régimen era en gran medida la violencia.

Blanco de odio

Cuanto más se aferró al poder, el statu quo que representaba se convirtió más y más en blanco del odio de la gente. Ahora se ve que bajo esa fachada de autoridad severa, el líder de 82 años estaba en franco declive y no era capaz de controlar la furia popular ni frenar el curso de la historia en la nación árabe más grande del mundo, con 80 millones de personas.

El ex piloto y general de la fuerza aérea había dado algunos pasos hacia un régimen democrático al inicio de su presidencia, pero luego se instaló en el estilo dictatorial que terminó por desatar las protestas comenzadas el 25 de enero.

Los aliados occidentales de Mubarak durante mucho tiempo confiaron en él para mantener la paz con Israel y alejar al fundamentalismo islámico del poder en Egipto. Una de las experiencias que lo marcó fue el asesinato de su antecesor Anuar Sadat a manos de milicianos islámicos en 1981, cuando Mubarak estaba sentado junto a él en un palco. Una semana después, un país traumatizado tenía un nuevo presidente.

Problemas de fondo

Mubarak no tenía el carisma de Sadat ni del prócer nacionalista árabe Gamal Abdel Nasser. Enfrentó los problemas que acosaban al mundo árabe: la corrupción, el conflicto palestino-israelí, el extremismo. Sus reformas llevaron al crecimiento económico, pero sus frutos sólo llegaron a unos pocos...INFORMATE MÁS Y VE VIDEOS Y FOTOS

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