DETALLES DEL MOMENTO.
En la última reunión de la Junta directiva de la Asamblea Nacional una vez más el FSLN resultó fortalecido por las inconsistencias políticas de algunos en el disperso mundo de la oposición.
Previamente celebrábamos hilar juntos una sola resistencia de lucha contra la dictadura y contra el aberrante fallo judicial de algunos magistrados de la Corte Suprema de Justicia que declararon “inconstitucional la constitución” para otorgar la reelección a Daniel Ortega y así vimos que todo el espectro político y económico del país, junto a la sociedad civil, se había logrado juntar
Desgraciadamente la ilusión no duró mucho. Tenía que salir alguien que como el pato o la hacia a la entrada o la hacia a la salida y eso fue lo que pasó cuando uno de los directivos, Alejandro Ruiz, del ALN -otra vez el ALN- se abstuvo de votar por la nulidad del adefesio reeleccionista de Ortega porque él esperaba “más” de los magistrados liberales en la Corte Suprema de Justicia en contra de sus colegas rojo y negros que habilitaron al dictador en sus propósitos de eternizarse en el poder.
En Nicaragua no nos chupamos el dedo. La inmensa mayoría de los nicaragüenses sabe qué realmente pasó. Una vez más el desencanto surge y nuevamente quedamos en el limbo sintiendo en nuestra indignación otro golpe contra nuestras esperanzas y preguntándonos hasta cuando la hombría impondrá sus paradigmas por el respeto y el auto respeto.
Por lo sucedido la construcción de la oposición no debe detenerse, ni los nicaragüenses pensar que por la actuación de algunos individuos las instituciones políticas serias y responsables se van a rendir. Es cierto que aquí hay siglas infladas que desde un sofá llenan voluntariosos mercenarios que están al servicio de los intereses del orteguismo, pero eso no significa que la causa está perdida y que por eso los enemigos de la democracia se crean que ya ganaron el partido y que tienen el camino despejado para hacer lo que quieran. Aquí la democracia está en guerra contra la dictadura y como en todo escenario de lucha vamos ganando y perdiendo batallas y en la misma medida que cobardemente unos se rinden y otros se venden, en la misma medida más leales a la libertad se suman porque saben lo que significa el valor, el respeto y los principios.
La democracia en Nicaragua aunque en riesgo está establecida y eso no lo va a cambiar nadie. Afianzarla ha sido una lucha del bien contra el mal a lo largo de 1990 hasta nuestros días. Desde entonces la libertad ha luchado contra la inmoralidad prebendaría, contra los mercenarios que desde los cargos públicos han comprometido los intereses del país por sus propias ambiciones pero al final han terminado marginados y señalados por las consecuencias de sus propios actos.
Recordemos al grupo de los “Bukis” que en la administración de Violeta Barrios. Fueron los primeros objetivos de los cañonazos que entonces disparaba Antonio Lacayo desde su despacho. Recordemos a la Bancada Azul y Blanco patrocinada por el ingrato de Enrique Bolaños para destruir al liberalismo. Hoy a la vuelta del tiempo todos esos son el blanco de cada mirada en los nicaragüenses que tenemos el desagrado de toparlos en cualquier parte y de la misma forma lo serán aquellos que miserablemente dicen en la actualidad estar asegurando su futuro porque después del 2011 no tienen mañana.
Los que hoy se venden, los que hacen de celestinos de cada cochinada parida por la dictadura, los que creen que están tapando bien sus cuitas y que nadie siente el hedor de sus pestilencias hacen negocios, trafican con las esperanzas del pueblo y se han rendido no solo porque sienten que ya no tienen mañana sino porque calculan, como otros pensaron en el pasado, que igual que Somoza también Ortega “is for ever”.
Se equivocan todos los que creen que la democracia no cuenta con armas. El orteguismo en el poder, no hay que dudarlo, no tiene escrúpulos y si tiene que matar, matará si en el camino de sus propósitos dictatoriales alguien le estorba. Por el momento el poder de su violencia está concentrado en amenazas, chantajes y agresiones físicas pero ni ellos, los orteguistas, ni sus paniaguados que le hacen la corte, se dan cuenta que tras cada ofensa contra el poderoso espíritu de paz de los nicaragüenses, lo que hacen es echar una palada de tierra más en su sepultura.
Los demócratas no somos vagos para andar lanzados en las calles. No somos vulgares para blandir el insulto como fundamento de una violencia sin fuerza porque no tiene la razón. Nosotros estamos hechos de otra cosa y el pueblo que es el inequívoco juez sabe que somos capaces de hacer y ofrecer en beneficio de Nicaragua.
La democracia nicaragüense y de eso la necedad dictatorial de Daniel Ortega debería entenderlo, no está sola. El mejor aliado de la libertad, de la paz y de la justicia que queremos institucionalizar en el país es la misma indignación del nicaragüense y tan profunda y tan sentida que el tema de conversación en cualquier parte, donde se manifieste la adversidad contra la dictadura, no es la política, sino que “Rigoberto Vuelve” y esa expresión está boca de todos y en las paredes de las calles que sean han convertido en otro periódico contra la censura, contra el reeleccionismo, contra el despotismo y contra el gran negocio que la cúpula gobernante hace en nombre de la miseria de todos los nicaragüenses.
“Rigoberto Vuelve”, “Rigoberto Vuelve”, “Rigoberto Vuelve”, mucho se repite, cuidado, entiéndanlo, fue y puede seguir siendo una respuesta frente a los espacios cerrados.
POR NICARAGUA CUESTE LO QUE CUESTE ASI PENSAMOS EN EL MOMENTO.
Moises Absalon Pastora
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
hola, buenisimo blog como siempre, le mando un link de un video que acabo de encontrar en youtube y me emociono mucho, a ver que le parece es de la hija de somoza
http://www.youtube.com/watch?v=lejuokXmhnU
Publicar un comentario