sábado, abril 09, 2011

ES EL COLMO...SOLO ESTO FALTABA PARA QUE LOS NICARAGUENSES RECIBAN EL TIRO DE GRACIA.

Murillo será candidata, si impugnan a Ortega?
Si en Argentina se ha podido dos veces y en Guatemala está a punto de ocurrir, ¿cuál es el obstáculo para que Murillo sea la sucesora de Ortega? Los deseos --y las ganas-- son muy fuertes..

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Por
Nicolás
López
Maltez

Director de
La Estrella
de Nicaragua
nicolas@estrelladeni-caragua.com

Dentro de la tinaja del surrealismo cafkiano en que vive encerrada Nicaragua, se forjan los más folklóricos e imaginativos malabarismos de la politiquería medieval que padece nuestra tierra natal.

La atomizada y supuesta oposición vive una nueva y sofocante angustia, agravada con la indiferencia del pueblo nica.

Después de gastar cuantiosas energías, recursos y sudores acusando a Ortega de violar la constitución, de inscribirse ilegalmente como candidato, de empeñarse en una delincuencial reelección, de rechazar la observación electoral nacional e internacional, ha surgido una nueva posibilidad de obviar toda esa gama de delitos, que son evidentemente tridimensionales y ciertos.

En Nicaragua ya se discute cada vez más acaloradamente sobre esta posible nueva maniobra del orteguismo, que es tan simple que cabe en un par de líneas:
«Ortega aceptará ser impugnado y su partido tendrá que elegir otro candidato que, dado este caso, no puede ser más que doña Rosario Murillo de Ortega».

La Constitución no lo prohibe y la Ley Electoral lo permite.

El truco está de moda en la región latinoamericana. En Argentina se ha aplicado dos veces y está a punto de reproducirse en Guatemala, ¿por qué no en el orteguismo, si doña Rosario comparte el gobierno con su marido, e incluso se afirma que es ella quien realmente ejerce el poder?

La primera presidenta del continente fue doña María Estela Martínez Cartas de Perón, conocida como Isabel Martínez de Perón.

¿Cómo llegó al poder en Argentina?

Pues por los embrujos del amor: ella era la tercera esposa del célebre presidente de Argentina, Gral. Juan Domingo Perón, y en su tercero y último período de gobierno, Perón nombró a su amada esposa en el cargo de Vicepresidente de Argentina; cuando el Gral. Perón murió siendo presidente, el 1 de Julio de 1974, su viuda, María Estela (o Isabel), fue juramentada como presidente de Argentina, como le correspondía constitucionalmente por ser la vicepresidente de la república.

Doña Isabel (o María Estela), gobernó desde el 1 de Julio de 1974 hasta el 24 de Marzo de 1976, cuando fue derrocada por un golpe de estado.

Obviamente esas truculencias las permite la Constitución argentina, y no se han corregido, puesto que el acto circense se repitió en la civilizada nación del Sur.

Néstor Carlos Kirchner tomó posesión como presidente de Argentina el 25 de Mayo de 2003.
Ejerciendo la presidencia de la república, su amantísima esposa, doña Cristina Elizabeth Fernández de Kirchner, fue lanzada por el mismo Partido Justicialista de su marido, como candidata presidencial y, como era de esperarse, la señora ganó las elecciones y tomó posesión de la presidencia el 10 de Diciembre de 2007.

Su esposo pasó a ocupar el honorable puesto de Primer Caballero de Argentina, equivalente a «primer damo», hasta su fallecimiento el 27 de Octubre de 2010.

La presidenta viuda continúa ejerciendo su cargo en el presente.

La moda de gobiernos conyugales ha hecho eco en Guatemala, con el pequeño inconveniente de que la Constitución de ese país prohibe la sucesión presidencial entre esposos.

El presidente de Guatemala, Alvaro Colom Caballeros ascendió al cargo el 14 de Enero de 2008, pero él está empeñado en el afán de «seguir mandando», para ello su amada esposa Sandra Torres de Colom se ha lanzado como candidata presidencial, pero se ha saltado la prohibición constitucional con el rumboso expediente del divorcio.

Divorcio que fue planteado en común acuerdo --entre marido y mujer--, este 22 de Marzo 2011.

La ex señora Colom hace propaganda a su candidatura con este lema publicitario: «Me divorcio del presidente, pero me caso con el pueblo». (???)

Doña Sandra asegura que ganará las elecciones en Guatemala con el apoyo --y los recursos-- del presidente Colom, su ex marido. Cuando ya todo pase y hayan ejercido el poder X número de veces, volverán a casarse... si no surge algún inconveniente con faldas... o con corbatas.

Así está la moda politiquera en el vecindario latinoamericano.

Estos ejemplos parecen estar induciendo a la pareja presidencial de Nicaragua a «bolearse» el poder, sin necesidad de divorcio, porque la ley lo permite, según afirman reconocidos analistas políticos nicaragüenses.

La cosa podría llegar a funcionar así: El Consejo Supremo Electoral de Ortega acepta las impugnaciones para no permitir que Ortega sea candidato. La ley señala que el partido de Ortega debe nombrar a otro candidato que sin duda sería su esposa, doña Rosario. Con el apoyo de Ortega, del partido de Ortega, del Consejo Electoral de Ortega, la Corte Suprema de Ortega y los CPC de Ortega, el triunfo electoral de doña Rosario estaría asegurado.
Con este sencillo requiebro legal, la señora se convertiría en presidente de Nicaragua sin violar la Constitución vigente, no habría reelección de Ortega, pero su poder quedaría intacto.

De todas maneras, en el presente gobierno nunca se sabe si los nombramientos y destituciones de ministros y funcionarios se hacen por la voluntad y conveniencia de doña Rosario o de Ortega; y lo mismo ocurre con todas las decisiones del gobierno conyugal.

Para los políticos de la oposición en Nicaragua, fue sospechoso que fuese Arnoldo Alemán, socio del pacto, el primero en impugnar la candidatura de Ortega.

El enigma es: ¿Cómo queda la oposición política nicaragüense al perder los argumentos de su lucha democrática si la moda del poder «chachagua», maridomujer, se estrena en Nicaragua, amparados y protegidos por la Constitución, la Ley Electoral y sin que Ortega cometa reelección?

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