martes, mayo 05, 2009
RICARDO MARTINELLI, DE LA DERECHA, GANÓ AMPLIAMENTE A LA IZQUIERDISTA BALBINA HERRERA PARA PRESIDENTE DE PANAMÁ
Ricardo Martinelli, Presidente electo de Panamá.
El triunfo electoral de la derecha en Panamá
Después de los muchos éxitos electorales que ha venido obteniendo la izquierda en América Latina, tanto la autoritaria como la democrática —incluyendo la “victoria” fraudulenta del FSLN en los comicios municipales de noviembre pasado—, resulta refrescante y alentadora una victoria de la derecha democrática como la que obtuvo el domingo recién pasado en Panamá Ricardo Martinelli, quien superó ampliamente a la izquierdista Balbina Herrera.
Hay que reconocer que el gobierno de izquierda democrática que ha habido en Panamá durante los últimos cinco años, encabezado por el presidente Martín Torrijos, del Partido Revolucionario Democrático (PRD), ha sido bueno en términos generales. En todo caso, nada parecido a los gobiernos represivos de la izquierda autoritaria imperantes en Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua. Es más, considerando la forma exitosa como ha gobernado Torrijos, cabía esperar que la mayoría de los electores votara por la candidata del partido gubernamental.
Ciertamente, durante el gobierno de Torrijos la economía de Panamá creció a un ritmo de 8.7 anual y el desempleo bajó más de la mitad: del 12 por ciento al 5.6 por ciento. Inclusive, en este año de crisis económica internacional de la que ningún país ha podido escapar, se estima que aún así la economía panameña crecerá entre 3 y 4 por ciento. Por otra parte, el sistema político democrático basado en el respeto a las libertades públicas e individuales de todos los panameños, no ha sido menoscabado por el gobierno del social demócrata Martín Torrijos, sino que más bien se ha fortalecido.
Entonces, si el gobierno de izquierda democrática de Martín Torrijos ha sido exitoso económicamente y políticamente respetuoso de la democracia y la libertad, ¿por qué su partido y su candidata perdieron la elección popular del domingo pasado y la mayoría de los electores panameños prefirió al candidato de la derecha democrática, el empresario Ricardo Martinelli?
A nuestro juicio, esto se debe ante todo a que la ciudadanía panameña ha alcanzado un alto grado de desarrollo de civilismo y conciencia democrática, en el curso de los últimos 20 años que ha vivido en democracia. Panamá se liberó de la dictadura militar izquierdista en diciembre de 1989, y Nicaragua apenas seis meses después, en abril de 1990. Pero mientras los panameños aprendieron muy bien la lección, de manera que transformaron democráticamente su conciencia política y decidieron seguir progresando en libertad y con democracia, en Nicaragua, lamentablemente, la corrupción de la clase política dominante y el apego de mucha gente a la tradición caudillista determinaron que las cosas ocurrieran de manera diferente.
Por otro lado, la derrota electoral de la izquierda panameña se debe también a la falta de tino del PRD al escoger como candidata a Balbina Herrera, a quien los ciudadanos demócratas apodaron “La Varillera”, porque durante la dictadura del general Manuel Noriega era una de las dirigentes de las turbas que atacaban con varillas de hierro a los manifestantes democráticos; lo mismo que siguen haciendo ahora en Nicaragua las turbas orteguistas, que usan piedras, garrotes, tubos y morteros para agredir a los ciudadanos democráticos que ejercen su derecho de manifestación pública pacífica.
También es bastante probable que haya influido poderosamente en el desarrollo de la conciencia cívica y democrática de los panameños, tanto de los que votan a la izquierda como de los que lo hacen a la derecha, el hecho de que en Panamá se aprovechó la caída de la dictadura militarista de izquierda en 1989 para abolir el Ejército, y sustituirlo con una fuerza armada de defensa nacional y seguridad pública basada en los principios del civilismo y controlada de verdad por una autoridad civil democrática.
Por supuesto que el triunfo electoral de la derecha democrática en Panamá no se puede valorar como el comienzo de un cambio de rumbo en América Latina, que sufre actualmente una pandemia de izquierdismo autoritario. Pero es un signo alentador de que el autoritarismo de izquierda que se ha entronizado en Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, no es irreversible. Como dijera el ahora presidente electo de Panamá, Ricardo Martinelli, durante su campaña electoral, la unión del pueblo democrático con los empresarios puede evitar el avance de la izquierda populista en Iberoamérica. Lo cual es cierto y él lo ha logrado en Panamá. Ahora hay que seguir luchando por otra victoria electoral más decisiva de la derecha democrática, que pudiera ser en Chile, en la elección presidencial que se realizará en diciembre de este año. ¿Por qué no?"
(Editorial La Prensa Ni. 050509)
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