sábado, mayo 16, 2009

VENEZUELA: LA LIBERTAD QUE AGONIZA.


El presidente de Venezuela, teniente coronel Hugo Chávez, está radicalizando su llamada “revolución socialista del siglo 21” y como consecuencia la libertad agoniza en ese país, ante todo la libertad de expresión y de prensa.

En su programa radiotelevisado semanal “Aló Presidente” del domingo pasado, el presidente Chávez —quien con sus discursos virulentos atiza sistemáticamente el odio de clases y criminaliza a sus adversarios, opositores y críticos, que luego son atacados físicamente por las turbas chavistas, ultrajados por los policías o enjuiciados arbitrariamente en los tribunales de la dictadura— acusó falazmente a los dueños de radio y televisión que aún quedan en Venezuela, de que “utilizan sus medios de comunicación para incitar al odio, la división y la desobediencia de las leyes y del Gobierno Nacional”. Chávez aseguró que no soportará más a los medios de comunicación electrónicos independientes, y dos días después la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) informó que iniciará investigaciones y acciones contra los canales de televisión y radio emisoras privadas y que se auxiliará de la fuerza pública para someter a quienes se resistan.

Por cierto que no son muchos los medios de comunicación de propiedad privada e independientes que quedan en Venezuela, un país que durante la época de la democracia perdida —o sea de 1958 hasta 1999, cuando Hugo Chávez tomó el poder— pudo haber sido corrupto en sus esferas políticas y gubernamentales, pero se enorgullecía de tener innumerables medios de comunicación privados y una irrestricta libertad de expresión y de información. Ahora quedan más o menos treinta emisoras de radio y cinco canales de televisión independientes, de los cuales el único que se atreve a criticar al Gobierno es Globovisión, aparte de Radio Caracas Televisión (RCTV), pero ésta sólo opera por cable porque el dictador Chávez arbitraria y drásticamente le canceló la licencia para operar con señal abierta. De manera que Venezuela es actualmente, bajo el oprobioso régimen autoritario de Hugo Chávez, un país donde hay poca libertad y sólo unos cuantos medios de comunicación que operan bajo estado de acoso permanente, con un régimen autocrático que es muchísimo más corrupto que los gobiernos del tiempo de la democracia.

Esta semana, después de que Chávez profirió sus nuevas amenazas contra los pocos medios de comunicación independientes que quedan en Venezuela, sobre todo contra Globovisión, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) por un lado y por otra parte el Comité para la Protección de los Periodistas (CPP), entre otros organismos internacionales que defienden la libertad de prensa y velan por el respeto a los derechos humanos, expresaron públicamente su protesta contra el presidente Chávez, a quien le exigieron respetar la libertad más esencial de todas las libertades, que es la de expresión e información.

“Cada vez más el Gobierno venezolano se aleja de los principios de la libertad de prensa como se asientan en la Declaración de Chapultepec, la cual establece que el ejercicio de la misma no es una concesión de las autoridades, sino un derecho inalienable del pueblo”, declaró el presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, Robert Rivard, quien es también director del periódico estadounidense San Antonio Express-News. Y agregó Rivard que: “Es sumamente importante la existencia de éste (Globovisión) y otros medios independientes en el país, los que por tener posiciones críticas y autónomas, son malamente tildados de opositores y enemigos del Estado”.

Por su parte, Carlos Lauría, coordinador del Programa de las Américas del Comité para la Protección de los Periodistas, instó “al presidente Chávez y a los otros funcionarios venezolanos a abstenerse de efectuar acusaciones sin fundamento y comentarios amenazadores que puedan tener un efecto inhibidor en la prensa”. Y advirtió Lauría que los periodistas venezolanos “deben trabajar en libertad y sin interferencia del Gobierno”.

Por supuesto que también LA PRENSA condena las agresiones a la libertad de expresión y de información en Venezuela y se solidariza con los periodistas libres y los dueños de medios de comunicación independientes que defienden heroicamente su libertad, a riesgo de sus vidas. Los nicaragüenses tenemos que mirar muy bien lo que está ocurriendo en Venezuela, porque hacia eso mismo es que Daniel Ortega está tratando de llevar a Nicaragua. Y la llevará, si las personas libres y democráticas de este país se lo permiten.

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