domingo, mayo 15, 2011

SANDINISTEANDO PARA COMER‏


Por: León Núñez

Los empleados públicos que participan en las manifestaciones y actividades rotondísticas del FSLN lo hacen bajo la amenaza de que si no asisten a tales eventos perderían sus puestos. La repetida frase “vamos a pasar lista” es demasiado seria como para no ser tomada en cuenta.

En estos tiempos, perder el puesto significa una verdadera tragedia personal y familiar, no solamente porque los puestos no están a la vuelta de la esquina sino porque el empleado público despedido al no encontrar trabajo en nuestro país se podría ver obligado a ir a “rodar fortuna” al extranjero.

En una ocasión vi al hijo de un amigo en una rotonda, a medio día, bajo un sol inclemente, quizás a cuarenta grados centígrados, agitando todo sudado una bandera del FNT. Días después lo encontré en Juigalpa y conversé con él. Te vi en Managua, en una rotonda, le dije. Sí doctor, me respondió, yo soy empleado público, y tengo que dar mis sandinisteaditas en las rotondas para que no me corran. La triste realidad, continuó diciendo, es que aunque me da vergüenza, tengo que andar sandinisteando para comer.

Por consiguiente, para el empleado público sandinistear o no sandinistear equivale casi a “comer o no comer”, lo cual es más importante que “ser o no ser”. La verdad es que era la primera vez que yo escuchaba el verbo sandinistear: yo sandinisteo, tu sandinisteas, el sandinistea, nosotros sandinisteamos, vosotros sandinisteais, ellos sandinistean.

Debo reconocer que la amenaza de despido es pareja contra todos los empleados públicos, incluido el empleado público sandinista. ¿Y por qué contra el empleado público sandinista? Porque se sabe que hay muchos empleados públicos sandinistas que asisten a las manifestaciones y a las rotondas porque los obligan: son los sandinistas que no quieren asolearse, son los sandinistas que no están de acuerdo con que se obstaculice o se impida el ejercicio del derecho de manifestación de los que no están de acuerdo con el gobierno, son los sandinistas que no quieren verse en el caso de no obedecer órdenes para apalear a la gente, son los sandinistas que no están de acuerdo con la contratación de pandillas, son los sandinistas que están en contra de la delincuencia turbera, son los sandinistas…

Hecha esta precisión, y desde el punto de vista de la sociología política del lenguaje nicaragüense, tenemos que decir que el sandinisteo va más allá de la figura del empleado público, ya que, por ejemplo, pueden sandinistear, como en efecto viven sandinisteando, altos empresarios, grandes comerciantes, fuertes agricultores, etc., que no son sandinistas pero que sandinistean para proteger sus intereses y aumentar sus ganancias. Es decir, que no solamente se sandinistea para comer sino que también se sandinistea para ganar.

El sandinisteo va más allá del empleado público. También viven sandinisteando altos empresarios que no son sandinistas, pero que sandinistean para proteger sus intereses.


Expuesto lo anterior, y consciente de que toda definición es peligrosa, podemos provisionalmente definir aunque sea en forma incompleta el verbo sandinistear como la acción de la persona no sandinista de apoyar abierta o solapadamente las actividades del FSLN o de respaldar, directa o indirectamente, al gobierno de don Daniel Ortega, mediante declaraciones públicas o privadas. En este sentido, por ejemplo, uno de los principales líderes empresariales no sandinista de Nicaragua se convirtió en el más brillante exponente del sandinisteo nicaragüense cuando declaró en la televisión que no debíamos tomar en cuenta los errores del gobierno; que debíamos ver las cosas positivas que había hecho, para que nos sirvieran de ejemplo para seguir construyendo el futuro del país. Más claro no canta un gallo.

La creencia de que don Daniel, “cueste lo que cueste”, seguirá al frente del gobierno de este país a partir del 10 de enero del año 2012, y de que dirigirá el 06 de noviembre próximo la contabilidad electoral para repartir las diputaciones, está desatando en Nicaragua una sandinisteadera increíble, desesperada, tan es así, que no sólo sandinistea el empleado público para no perder su puesto - conocido como sandinisteo obligatorio - sino que también sandinistean “opositores” convergentes, sandinistean “opositores” que fueron de la Contra, sandinistean “opositores” evangélicos, sandinistean “opositores” pactistas …. Yo creo que los “opositores” que demuestren a don Daniel las mejores habilidades para sandinistear, son los que tienen mayores posibilidades de conseguir o un empleo público o una diputación.

Como el fenómeno del sandinisteo está llamando la atención de los analistas políticos de Acoyapa, voy a pedir a mis paisanos que clasifiquen y describan pormenorizadamente las diferentes formas de sandinistear y que me den los nombres de los “opositores” que encabezan la lista de los que están sandinisteando mejor para darlos a conocer por medio de La Prensa a mis estimables lectores.

David

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