Después de una larga batalla legal, la mujer ha logrado que un tribunal de Irán le dé permiso para vengarse al estilo de la Ley del Talión: ojo por ojo, diente por diente.
Después de una larga batalla legal, la mujer ha logrado que un tribunal de Irán le dé permiso para vengarse al estilo de la Ley del Talión: ojo por ojo, diente por diente.
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Irán
Hace seis años, la iraní Ameneh Bahrami sufrió un ataque muy común en las sociedades asiáticas.
Su rostro fue rociado con ácido sulfúrico por un compañero de estudios en la Universidad de Teherán, despechado porque ella no aceptó su proposición de matrimonio.
La terrible venganza le dejó secuelas de por vida: rostro desfigurado y oscuridad total, ya que perdió el sentido de la vista.
Después de una larga batalla legal, la mujer ha logrado que un tribunal de Irán le dé permiso para vengarse al estilo de la Ley del Talión: ojo por ojo, diente por diente.
Su atacante, Majid Movahedi, deberá recibir veinte gotas de ácido en cada ojo.
La mujer se ha sometido a 19 operaciones desde el terrible ataque en una parada de autobús.
El tribunal donde se ha ventilado el caso le ofreció una indemnización de 25 mil dólares y su agresor está preso.
No obstante, Ameneh quiere venganza y que su atacante sufra la misma angustia que ha debido soportar desde aquel nefasto día.
“Su madre llamó por teléfono a mis padres pidiendo clemencia. Pero ahora es demasiado tarde”, dijo Ameneh, quien ha recibido amenazas de muerte a causa de su deseo de vengarse.
Algunos creen que Ameneh cambiará de opinión en su terrible venganza. Pero esta semana dijo estar feliz porque "después de seis años estoy recibiendo la justicia. Los dos somos perdedores porque ambos hemos sufrido mucho”.
Como no puede ver, alguien deberá imponer el castigo a Majid, quien ha dicho que prefiere ser fusilado a sufrir la atroz acción que él le impuso a la mujer con la que soñó casarse.
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