Evocando las visitas del Papa a Nicaragua

DESAGRAVIO AL BEATO JUAN PABLO II
Por Héctor Darío Pastora

Inmediatamente después del sacrílego recibimiento sufrido por su Santidad Juan Pablo II, por el Frente Sandinista y sus turbas en su dramática visita a Nicaragua el viernes 4 de Marzo de 1983, expresamos en aquel entonces nuestro conmovido y sentido desagravio, desde San José de Costa Rica a través del Comité Ecuménico Pro Defensa Religión y Culto y Nicaragua (Cedrenic) presidido por el recordado Mons. Manuel Salazar y Espinoza (q.e.p.d.) y el que escribe, lo que hicimos de nuevo en la Nicaragua democrática en su segunda y memorable visita del Papa en 1996, ocasión en que dio gracias a Dios por el fin de la “noche oscura del gobierno sandinista”.

En una de nuestra visitas al Vaticano tuvimos el gusto de entregar a la secretaria de Estado, el libro que escribimos titulado “El Calvario de la Iglesia nicaragüense” con prologo del Dr. León Núñez Ruiz, entonces exilado en Costa Rica, en uno de sus párrafos destaca: “ meritoria contribución al estudio de la persecución religiosa en Nicaragua”, el que fue reproducido por el Diario La Republica el sábado 10 de Agosto de 1985. Otro de los documentos históricos de desagravio fue entregados a su Santidad Juan Pablo II , la revista “Fe y Libertad” en Septiembre de 1987, esta vez en nuestro exilio de Miami, con el
valioso contenido del dolor de su primera visita apostólica a Nicaragua en 1983 y sus históricas homilías de León y Managua, donde ante los gritos de irrespeto de las turbas sandinistas, agitadas por la Dirección Nacional del F.S.L.N. el Papa enarbolo la Cruz de Cristo y exclamo “La primera que quiere la Paz es la Iglesia”.

Paz por la que lucha el pueblo de Nicaragua ante el retorno de la “noche oscura del sandinismo” en el 2007, liderada irónicamente por los protagonistas irreverentes de la primera visita del Papa, cuyas acciones e imágenes llenaron de estupor al mundo civilizado. Y ahora nuestro desagravio es al BEATO JUAN PABLO II, cuya voz no “tengan miedo”, repercute en el ámbito nacional y su invitación a la “civilización del amor” para nuestro pueblo que espera aun el milagro cívico de la unidad en este 2011 tan crucial para la Patria de Rubén Darío.