martes, agosto 12, 2008
"LA IZQUIERDA RADICAL NI SIQUIERA ES UN MODELO"
Vicente Fox, ex Presidente de México.
“La izquierda radical ni siquiera es un modelo”
Arlen Cerda
politica@laprensa.com.ni
El ex presidente de México, Vicente Fox, cree que la izquierda radical que lideran algunos presidentes en América Latina, es preocupante por “mesiánica” y “fracasada” y significa un retroceso para la democracia en la región, al cual contribuye el actual Gobierno de Nicaragua
El ex presidente de México, Vicente Fox, dejó la comodidad de su rancho de San Cristóbal, en el Estado de Guanajuato, para viajar a Nicaragua a hablar sobre “El estado de la democracia en América Latina”, en una conferencia que ofrecerá hoy al mediodía en el Club Terraza, con el auspicio del Instituto Republicano Internacional (IRI) y otras organizaciones y universidades nacionales.
El hombre que en el 2000 alcanzó la Presidencia de México con un partido distinto al que había gobernado ahí durante más de 70 años, dice que lamenta el “retroceso” de la democracia en la región con los gobiernos de Venezuela, Bolivia, Ecuador y, también, Nicaragua, a quienes califica de “mesiánicos” (con confianza desmedida en un esperado bienhechor), que no ofrecen soluciones reales a la gente, sino que responden a “ambiciones personales” de sus mandatarios, y —sin que le pregunten— dice que las próximas elecciones en Nicaragua son una oportunidad de cambio.
¿Cuál cree que es el estado de la democracia en América Latina?
Creo que primero, como antecedente, que en el siglo XX en Latinoamérica perdimos miserablemente el tiempo en manos de dictadores, de dictaduras militares, gobiernos autoritarios, de centralismo, de corrupción, de falta de transparencia, de falta de democracia, en general, todos: Centroamérica, Sudamérica, México mismo y es hasta final del siglo que se logra el cambio democrático y sólo Cuba se quedó fuera. Todos los demás echamos para afuera las dictaduras y los dictadores.
¿Hoy cuál es la situación? Me parece que hay claroscuros. Hay por un lado una consolidación democrática, de transparencia y de rendición de cuentas, consolidación de libertades en una buena parte de los países latinoamericanos. Pero hay una regresión democrática en otros.
Y aquí quiero antes aclarar que no tengo nada más que respeto para los países socialistas, para los partidos socialdemócratas, para la izquierda constructiva latinoamericana y mexicana, pero no así tengo ese respeto para líderes mesiánicos que están pretendiendo quedarse para siempre en el poder, reformando constituciones, que engañan a la gente con demagogia y con populismo, con cosas que nunca van a suceder, con proyectos de gobierno y con modelos económicos estatistas, otra vez centralistas que ya probaron su fracaso absoluto en el siglo XX. Entonces sí es preocupante el caso de Venezuela con Hugo Chávez, el caso de Bolivia con Evo Morales, el caso de Ecuador y el caso de Nicaragua.
¿Por qué?
No hay claridad en lo que proponen, es una utopía fracasada el socialismo del siglo XXI, la guerrilla ya no tiene nada que hacer cuando hay democracia y los esquemas de ese estilo ya no tienen presencia en Latinoamérica. Fueron una manera de sacudirse a dictaduras y a dictadores como fue el caso aquí y en otros países latinoamericanos, pero hoy andar diciendo que se es hermano de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), o tomando otras medidas como asilos a Lucía Morett son situaciones ya que no aplican en países democráticos.
¿Esa preocupación es pareja hacia una forma de gobierno o sólo hacia gobiernos de izquierda, porque en Colombia, por ejemplo, el presidente (Álvaro) Uribe también busca otra reelección?
Yo soy demócrata. Creo en la democracia y creo en la alternancia, no creo en las reelecciones permanentes. Personalmente creo que un par de términos constitucionales son más que suficientes y tan malo es una reelección permanente entre los mesiánicos y los populistas como sería, desde mi punto de vista, para cualquier gobierno.
¿Este tema de las FARC cómo cree que afecta a la democracia?
Repito que las FARC no tienen qué hacer, es una guerrilla que viene desde hace cuarenta o cincuenta años, que en su tiempo pudo haber tenido alguna justificación mientras hubo esos gobiernos autoritarios, dictatoriales; mientras hubo la falta de democracia absoluta, pero hoy yo no encuentro justificación en esas guerrillas como las FARC, más bien encuentro terrorismo y espero que pronto ya termine esa situación en Colombia, para bien de Colombia.
¿Cree que se pone en riesgo la seguridad de los Estados con el tema de la guerrilla colombiana?
Eso sería darle demasiado lugar a la guerrilla y a las FARC. Yo creo que ya ni siquiera es una amenaza a la seguridad en Colombia, mucho menos fuera de Colombia. Pero crean inestabilidad, crean violencia, ofenden a personas, a familias y a territorios y ¿cuál es su justificación hoy en día? No entiendo cuál es la justificación de las FARC.
En cuanto a la región. Latinoamérica parece tomar tres tipos de modelo en sus gobiernos: los liberales, la izquierda radical, a la que se refería, y la llamada izquierda “racional”. ¿Qué ventajas y desventajas ve entre estos modelos?
Es claro. Para mí que primero no son ni modelos. Son ambiciones personales, obsesiones de poder, son sentimientos mesiánicos iluminados, el caso de Chávez, además guerreando contra todo el mundo y tratando de mantener cohesión interna a base de atacar a quien se le pone enfrente. La única razón de que Chávez esté en el poder hoy es porque tiene el dinero del petróleo, que ni siquiera es de él, es de los venezolanos y lo anda repartiendo a diestra y siniestra. Eso para mí no es un modelo, es una excepción, un aborto dramático que no tiene nada que hacer en el siglo XXI. Esa mofada del socialismo del siglo XXI, francamente no sé si ya probó un fracaso total en el siglo XX.
Yo creo que aquí en Nicaragua que bueno que viene una elección próxima. Yo hago una invitación a la gente a estar atenta, a cuidar a su país y en eso lo primero que todo el mundo tiene que hacer es salir a votar, pensar y elegir bien a sus candidatos, a defender la democracia a ultranza, a asegurar que los procesos electorales sean limpios y transparentes, justos y equitativos para todo el mundo y este es un deber ciudadano. Yo creo que todo el mundo debe impulsar la ciudadanía, tener más y más ciudadanos y ciudadanas comprometidos con su país y comprometidos con la democracia. Ese es el verdadero camino a salir del subdesarrollo y poder alcanzar niveles de educación, de ingresos verdaderamente a la altura de lo que se espera.
Entonces, creo que ésta es una gran oportunidad para trabajar, consolidar, nutrir, promover, proteger la democracia nicaragüense. Que no se ponga en riesgo por quien pretendiera llamar a un cambio constitucional para reelección permanente. Eso no es democrático y esa es una tarea de la gente y de los ciudadanos. Nicaragua puede llegar a ser un gran país. Necesita seguir trabajando en su desarrollo humano, en la educación, en el combate a la pobreza y seguir confiando en la democracia y en la libertad, absolutamente para todos.
Yo no entiendo por qué el Estado nicaragüense anda comprando medios de comunicación, no entiendo para qué. Esas no son más que síntomas de pretensiones dictatoriales. Los medios de comunicación deben ser absolutamente libres y no deben estar en manos del Estado. Precisamente a esos signos hay que estar muy atentos, y se están dando aquí.
Estas ambiciones personales que usted señala, ¿cree que puedan predominar en los gobiernos de América Latina, que se conviertan en mayoría?
Si los ciudadanos no actuamos, no nos comprometemos, no votamos, no protegemos nuestra democracia, claro que se pueden colar estos mesiánicos, este tipo de personas al poder.
La democracia es una responsabilidad de todos y es a través de la democracia que protegemos a nuestros países, con la condición de que todos los ciudadanos participen y estén atentos y eso es lo que aquí en Nicaragua yo invito que se haga. Yo no vine a promover un partido político. Yo vengo a promover lo que hago en toda Latinoamérica porque soy presidente de la Internacional Demócrata de Centro, que son 110 partidos políticos de centro, humanista, y nuestra misión es promover la libertad, la democracia y en eso he empeñado yo mi vida y por eso insistiría yo aquí en Nicaragua en la importancia en esta próxima elección y en toda elección de participar, de votar, de escoger nuestros candidatos libremente y asegurarnos que el país siga su rumbo hacia adelante.
¿Esas diferencias que señala cree que puedan aumentar alguna tensión entre los países del continente?
No. Eso tal vez es darle demasiado sustento a eso. No. No. Están perjudicando a sus propios pueblos. Nadie más va a pagar el precio de tener a un Hugo Chávez que los propios venezolanos, son ellos los que van a ver que tanto dinero del petróleo no sirvió para nada: que no hay una estructura industrial, manufactura, fábricas ni inversión, que sí hay inflación y no hay crecimiento económico y sí se extiende la pobreza. Por eso yo digo que el tema venezolano corresponde a los venezolanos y son ellos quienes deben de actuar y están actuando y por eso un Yon Goicoechea (líder estudiantil venezolano) se ha vuelto un personaje mundial de la democracia y como impulsor de ese movimiento juvenil para detener los pasos hacia la dictadura que pretendía dar Chávez.
Hay quienes temen por ese populismo, ¿cómo se puede lidiar contra eso?
¿Aquí? Yo digo, primero, esta próxima elección es una gran oportunidad. Hoy en día yo creo que hasta la persona más pobre y menos informada entiende que el camino para vencer la pobreza es generar riqueza a través de una economía humanista, que sea exitosa, que genere empleo, dé trabajo, haga inversiones, importaciones y Nicaragua tiene una gran oportunidad, gente maravillosa que tiene hoy una gran convicción democrática y recursos naturales.
Lo que necesita es un gobierno amigable a la inversión, que dé confianza, certidumbre, seguridad para que venga la inversión. Lo que necesita es un gobierno que no esté espantando y presionando a los medios de comunicación y que el gobierno invierta en educación, salud, oportunidades de empleo para la gente. A mí me sorprendió mucho viajar del aeropuerto al hotel y ver tantos chiquillos y chiquillas en calzones, descalzos, vendiendo cosas o pidiendo descargar un camión para ganarse unos centavos. Hay basura por todos lados y yo estoy seguro que los nicaragüenses no se han acostumbrado a ver tanta basura y tanto cochinero en las calles ni se ha acostumbrado a lo irremisible de la pobreza, sino que tiene una esperanza y esa esperanza se va a dar en esta elección.
Yo sí creo que las segundas partes nunca fueron buenas y esta repetición de este gobierno no le está trayendo nada bueno a Nicaragua. No veo qué es lo bueno que le haya traído, más que bla, bla, bla, bla, bla. Es lo único que veo aquí. Lo demás: desarrollo, escuelas, hospitales, empleo, limpieza no lo veo.
Ya que lo menciona. ¿Cómo se ve el clima de inversión desde el exterior?
Lo que te puedo decir es que ahorita nadie está pensando en invertir en Nicaragua, hay incertidumbre, no se sabe a dónde va, no hay una promoción amigable a la inversión y a la empresa. Al revés, hay amenazas de nacionalizaciones, de cerrar medios de comunicación o de comprarlos y eso no atrae inversión. Y yo nuevamente recurro al ciudadano que está leyendo esta entrevista a reflexionar sobre el país. Ya lleva un buen rato el nuevo gobierno y para mí me una decepción venir al país en esta ocasión (porque) no veo nada de desarrollo o que implique desarrollo, no veo un rumbo claro, no veo hacia dónde va.
Tras esta reflexión, ¿qué lectura merecen los resultados del referendo del domingo en Bolivia, donde la población ratificó a Morales, pero también a los gobernadores de la oposición?
Cambiar para que todo quede igual. Yo no veo nada. Lo que el ciudadano quiere no son referendos, quiere empleo, no inflación, ingresos, escuela para sus hijos, salud en los hospitales de calidad. Yo no sé de ningún gobierno democrático, o en Europa, que anden con referendo, salvo los sistemas parlamentarios. Pero lo demás es trabajar y dar resultados. Me parece que es taparle el ojo al macho. Yo no veo que cambie nada con eso.
Durante su gobierno en el primer sexenio de este nuevo milenio, el ahora ex presidente mexicano, Vicente Fox, fue un ferviente promotor de los Tratados de Libre Comercio (TLC) entre latinoamérica y Estados Unidos.
Hoy, fuera del poder, cree que la iniciativa estadounidense del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) no tiene nada que ver con la Alternativa Bolivariana para las Américas (Alba) que promueve el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
Según el ex mandatario, Chávez carece de credibilidad porque aquel “no cree en la integración” y cita como prueba el bombardeo orquestado contra el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que proponía Estados Unidos.
“¿Cuál es la credibilidad que puede tener Hugo Chávez promoviendo el Alba o cualquier otra cosa si él mismo no cree en eso, ha estado haciendo injerencia con distintos países, se pelea con sus vecinos, con Estados Unidos, con Europa, con el Rey de España? ¿Cómo va a andar promoviendo integración si lo que hace es desintegrar? Ese no era el espíritu bolivariano”, cuestiona.
Fox destaca que con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés), México ha logrado una balanza comercial de 500 mil millones de dólares, “tan grande como la de toda América Latina junta”, un ingreso per cápita de 8 mil 500 dólares y “un aparato productivo y de manufactura sin parangón en América Latina”. Por lo que cree que alternativas así “sí funcionan”, tal como el TLC con Centroamérica, la Unión Europea y otros, que estima como “verdaderos caminos al desarrollo”.
La educación es otro de los caminos al desarrollo que promueve Fox, también desde el Centro de Estudios, Biblioteca y Museo que preside en México y lleva su nombre.
El ex presidente reconoce que la meta de la inversión en educación para el desarrollo “es el huevo y la gallina de siempre” porque los países pobres que urgen educación preguntan cómo obtienen los recursos para invertir en la educación necesaria si no los tienen. Su respuesta es que se debe romper el círculo vicioso y responder a la necesidad urgente de mejorar las escuelas, incentivar y capacitar al magisterio y dar becas de primaria a la universidad, porque la gratuidad es sólo el primer paso.
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